Si tras el azul del cielo,están tus ojos teñidos de añil intenso,
yo seré el primero en ir hacia ellos,
y me colaré por el iris de tus pupilas,
hasta llegar al fondo de la retina,
y me daré un baño con tus lágrimas,
y a la luz que filtra el ojo de buey,
dentro de tus ojos claros.
Si tras el mar azul estás tú,
y tengo que andar sobre los mares,
ten claro, que llegaré a ti,
nadie ni nada me puede parar,
y más si estoy seguro de lo que persigo,
y si ese algo eres tú y el azul de tus ojos,
juro que nadaré y nadaré hasta encontrarte.
En los desiertos no existen fronteras,
ni siquiera la hierba crece,
y su sangre es de arena fina, muy fina,
y si detrás de esa duna, estás tú,
y con llegar hasta ella, yo te recupero,
volaré por el azul del cielo,
siguiendo la estela que dejan las estrellas.
Si estás al otro lado,
si realmente estás en él,
mándame una señal luminosa,
un rayo o un destello de tus ojos claros,
o dame un grito de fiera herida,
un grito que desgarre los sonidos,
y que me indique, que sí, que estás ahí,
bajo la sombra de una palmera,
y a la espera,
de que, por fin, te saque de la niebla
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