
Al final hago las cosas con las dos manos, una para unas y la otra para otras, pero las cosas gordas, las finas no sé ni con que mano las hago y eso, igual que la noche, me confunde y el resultado final, es ser un patoso. Aunque también creo que influye el que carezco de la debida paciencia para ser fino, no soy pertinaz y a la primera que no sale, lo dejo y ya está, me autoconsuelo diciéndome que no estoy dotado para la finura. Supongo que la carcasa con que nací, sería más perfecta y que la política de joder a los zurdos influyó en mi cerebro, pero lo que ahora sé, es que la carcasa tiene un fallo y que ya pasó la garantía, así que a joderse toca y no me queda otra que reconocer que soy un patoso. De todas formas éstas manos que me tocaron, hacen muchas otras cosas y las hacen bien, bien de sobresaliente y les encanta divertirse jugando a escribir y a jugar al padel o a las palas, aparte de otras cosas, que por pudor, ni siquiera voy a mentar, aunque seguro que es fácil de suponer.
Mis manos son mías y las reconozco como tales y las aprecio y las quiero, pero desde luego no son mi punto fuerte, si es que tengo alguno, pues son manos burdas, y como decía mi madre, son manos de camionero, son anchas y cortas, son dos palas de remar, pero una bofetada con cualquiera de ellas, es un golpe de martillo y un puñetazo, prefiero no contarlo, pues el mundo temblaría. Aparte que cada una de ellas es un arma de tortura, pues entre mi indice y pulgar se forma una pinza poderosa y como les hacía a mis hijos cuando eran pequeños, les apretaba a nivel de la muñeca y buscando hueco entre dos tendones y no se las soltaba, hasta que me dijeran que como me llamaban y la respuesta era: "El tenazas". A veces se les deslizaba alguna lágrima por su mejilla, antes de decirme como me llamaban y yo les decía que así es como se aprende en la vida, se aprende con sufrimiento y con muchas lágrimas. Exagerado y torturador de niños, pensais, seguro que pensais eso, pues vais a ver cuando pille una de vuestras muñecas, vais a enteraros para que vale un peine, ya vereis. Los niños ahora están preparados para sufrir todo tipo de tortura. Como veis, ser un tenazas sirve a nivel educativo.