Tendré que pagar con la tarjeta de Ikea la última compra que hice allí, sí la misma de pagar a plazos. Pero para el mes o para el siguiente, tendré unos lindos muebles de cartón piedra, pero antes tendré que poner mis cinco sentidos en resolver los jeroglificos de los planos de montaje. Pero menos llorar y a ser positivo. Aunque pensándolo bien, yo haría una tarjeta de crédito que abarcara tiendas, aerolíneas, restaurantes y todas con un signo común, todas de bajo coste, o sea unas tiendas low cost, que suena mejor que bien. Y en éste club low cost entrarían:
Por supuesto Ikea, para los muebles de cartón. Ryanair para los vuelos intergalácticos. Lidl, con sus ofertas de mierda semanales. Mc Donalds con sus hamburguesas de rata a 1 euro. El Corte Inglés, pero sólo cuando esté de Rebajas. El Mediomark, porque yo no soy tonto. También entrarían los Gitanos, sólo los que venden polos de marca pija, pues hacen tan bien la copia, que sólo por eso, se merecen estar en éste club tan único. Y por fin, los chinos, los chinos con sus baratijas y porque siempre hay algo que se nos olvida a última hora y ahí está el chino de la esquina y abierto 24 horas al día.
Se podrían llegar llegar a diversos acuerdos. Por ejemplo, yo compro un mueble a plazos en Ikea y me dan un vale de descuento y para ir a comer a Mc Donalds y en éste sitio y después de comer una hamburguesa de mierda y a 50 céntimos, pues allí mismo, me dan otro vale para ir a las rebajas del Corte Inglés y allí me compro un traje de Vitorio and Luchino y por esa compra me dan otro vale que me sirve para ir al Lidl y comprar un abridor de latas de sardina. Por último, sacas un billete de vuelta y bien rebajado y en litera de Ryanair y hasta que por fin, llegas a tú casa y con el mueble desmontado debajo del brazo y un abrelatas de sardinas en el bolsillo. De repente te viene la idea, la idea de Ikea y recuerdas que en el último sitio, te dieron un vale para los chinos y el cual te servía para que el chino te montara el mueble en tú casa, el mueble de Ikea, claro. Y como yo no soy tonto y por eso compro en Mediamark, pues ya tuve la solución a mi angustia, que el mueble lo montara el chino de la esquina. Y así de un mueble que compré desmontado en el Ikea, pues pasé a comer una hamburguesa de perro o ¿era de ardilla? en el Mc Donalds, a comprar ropa pija en el Corte Inglés, a seguir comprando más cosas inútiles en el Lidl y hacer un precioso viaje en el avión de Raynair y por fin llegar a casa y que el chino te monte el rompecabezas. ¡que más puedo pedir!. Pues éstas son las ventajas que yo le encuentro a tener una tarjeta de bajo coste.
Por supuesto Ikea, para los muebles de cartón. Ryanair para los vuelos intergalácticos. Lidl, con sus ofertas de mierda semanales. Mc Donalds con sus hamburguesas de rata a 1 euro. El Corte Inglés, pero sólo cuando esté de Rebajas. El Mediomark, porque yo no soy tonto. También entrarían los Gitanos, sólo los que venden polos de marca pija, pues hacen tan bien la copia, que sólo por eso, se merecen estar en éste club tan único. Y por fin, los chinos, los chinos con sus baratijas y porque siempre hay algo que se nos olvida a última hora y ahí está el chino de la esquina y abierto 24 horas al día.
Se podrían llegar llegar a diversos acuerdos. Por ejemplo, yo compro un mueble a plazos en Ikea y me dan un vale de descuento y para ir a comer a Mc Donalds y en éste sitio y después de comer una hamburguesa de mierda y a 50 céntimos, pues allí mismo, me dan otro vale para ir a las rebajas del Corte Inglés y allí me compro un traje de Vitorio and Luchino y por esa compra me dan otro vale que me sirve para ir al Lidl y comprar un abridor de latas de sardina. Por último, sacas un billete de vuelta y bien rebajado y en litera de Ryanair y hasta que por fin, llegas a tú casa y con el mueble desmontado debajo del brazo y un abrelatas de sardinas en el bolsillo. De repente te viene la idea, la idea de Ikea y recuerdas que en el último sitio, te dieron un vale para los chinos y el cual te servía para que el chino te montara el mueble en tú casa, el mueble de Ikea, claro. Y como yo no soy tonto y por eso compro en Mediamark, pues ya tuve la solución a mi angustia, que el mueble lo montara el chino de la esquina. Y así de un mueble que compré desmontado en el Ikea, pues pasé a comer una hamburguesa de perro o ¿era de ardilla? en el Mc Donalds, a comprar ropa pija en el Corte Inglés, a seguir comprando más cosas inútiles en el Lidl y hacer un precioso viaje en el avión de Raynair y por fin llegar a casa y que el chino te monte el rompecabezas. ¡que más puedo pedir!. Pues éstas son las ventajas que yo le encuentro a tener una tarjeta de bajo coste.