LOS PORCULEROS

A veces tengo o me da la sensación de que parezco al Papa, por eso de ir haciendo menciones como si fueran bendiciones. Y ¡joder! no está el horno para bollos y debo preocuparme más de mi mismo y de mis pensamientos más profundos. Mucho barrer hacia afuera y tengo mi casa, figurativa, llena de polvo y de mierda variada. Yo tengo problemas existenciales y me pregunto cada día, ¿qué hago yo aquí entre los mortales?.

Pues muy fácil, dar por el culo todo lo que puedo o sea que soy un ser, porculero, que así se llaman. A los porculeros, como yo, también se les identifica como las moscas cojoneras o como los tocapelotas, todas éstas son subespecies de la misma especie. Todas éstas subespecies tiene algo en común, que arrasan con todo lo que ven y tocan y que disfrutan de ello con pasión y alevosía.

Los porculeros somos así y nos encanta tocar la fibra sensible de la gente, pero para ello hace falta saber observar, ver y analizar a tus congéneres, no todo es llano y así de fácil, tienes que saber como atacar y en que momento y después dar el hachazo convenientemente. Nos encanta ir tocando las pelotas de la gente y provocando a todo quisque. P
ero tampoco somos violentos físicos, sí lo somos mentalmente, pues nos encanta agredir los pensamientos ajenos y rozar el borderío y jugar en el borde, puede tener un precio, que los demás y antes que tú les mandes, te pueden mandar a tomar por el culo. Pero en la vida todo y todo tiene su riesgo.

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JULIO CORTÁZAR