PEDANTES

Y mira que en éste mundo hay pedantes. Hay pedantes que para hablar de que alguien le cae muy bien, tienen que ensalzarlo con desmesura y al final, todo resulta un pastel de crema y relleno de nata. Quién ensalza demasiado, sin darse cuenta, supongo, retuerce demasiado los sentimientos y ya nada queda claro, si  es que realmente aprecia a esa persona o simplemente está haciendo la pelota. Esos epítetos grandilocuentes de que gran persona eres y desbordas humanidad por todos tus poros y eres mi amigo del alma y después nunca los ves juntos y eso que viven en el mismo pueblo.

Éste soy yo cuando sonrío.

Qué fácil es adular con las palabras, pues las palabras, de momento, son gratis. Y yo supongo que tanta adulación tiene un fin, que yo no lo sé, pero el que adula si lo sabe y el adulado también lo sabe. Sólo soy yo el ignorante, pero es que visto desde fuera no logro entender casi nada, porque hacer pública en el Facebook su adulación y no mandarle un correo personal e intransferible a esa persona adulada. Porque parece ser que hay esa necesidad de publicarlo y que todo dios se entere de lo buena persona que es y que se preocupa de todos sus amigos
.

Vamos que van como los Papas, bendiciendo a todo dios y emanando santidad cristiana. Pues nada, que si no se ha enterado el susodicho, pues que hay correos privados y personales y donde se puede poner todo lo que uno quiere y así el pasteleo queda entre los dos señores y punto. Hay pedantes, cursis, estúpidos, imbéciles e hijos de puta y porque no todos juntos se agrupan y hacen una Asociación, la Asociación de Impresentables, que seguro que ganan las próximas elecciones.