¡¡¡QUÉ QUIMERA!!!

Y hoy de nuevo es Sábado, ¡joder! cuantos Sábados hay al año, pues exactamente hay 48. No si estoy hecho un hacha ene esto de las matemáticas. Un hacha, un crack y tengo claros síntomas de ser un superdotado o un clarividente. Esto último realmente me lo creí en una época determinada, hará ahora dos años y todo porque después de mi paso por el loquero, pude comprobar que había recuperado la memoria y gran parte de mis pensamientos y ante esa avalancha de sensaciones yo me llegué a creer que era un superdotado ya un tanto tardío, pero un superdotado.

No sé como explicar esto sin caer en los tópicos, esos que dicen que para saber una cosa hay que vivirla. Porque explicar que uno se sentía como un dios en la tierra  y que nada ni nadie podía conmigo, suena cuando menos a alucinado, pero era verdad que así lo sentía. Creo que sólo se lo comenté a dos o tres personas y dado el éxito que tuve, no volví a comentarlo, pues lo único que había conseguido era aumentar la sensación de que estaba tarado o que del Psiquiátrico había salido más loco de cuando había entrado.

Con el paso del tiempo se fue sosegando esa sensación tan maravillosa. Es decir volví al terreno de los mortales y por tanto fui comprendiendo que tengo mis limitaciones. Pero mientras me duró el globo lo pasé del carajo y como podía con todo, abría frentes por todos los lados. Después de años de relativo decaimiento, ese subidón me puso a tope y en parte aún lo conservo, aún de vez en cuando noto sus picos adrenalínicos. Porque las sensaciones que almacené durante esa época van a quedar en los anales de mi propia historia, y yo como un superdotado, ¡Ayyy qué quimera!.

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JULIO CORTÁZAR