Parece que el viento empiezo a tenerlo de popa y menos mal, pues han pasado diez días y a mi me parecieron diez años. Porque los días pasan y pasan sin remedio, pero si uno se siente descerebrado pasan de otra forma. Supongo que en el fondo es el miedo el que te domina y solo puedes pensar que ya no volverás a ser el mismo. Un zurriagazo he llevado y aún huelo a chamusquina. Pues nada, que habrá que celebrarlo, pero para ello, creo que aún me quedan unos cuantos días, pues de momento aún funciono a trozos. Las pilas se descargan fácilmente.
Bueno, pero ya estoy aquí de nuevo y con más ganas de comerme el mundo. El Mundo, el Universo y todo lo que se menea. "Calma dice mi karma". Claro que si quiero ser sincero, tendría que decir que empecé éste año gafado y no puedo eludir el bulto y tengo que decirlo: año 2.014, año gafado. Pero, pero, pero, pero en el fondo me importa un carajo que esté gafado, pues todo se desgafa o a todo se le da la vuelta y es más, si 2.014 empezó gafado ya me encargaré yo de lo que queda de año cambien las tuercas. En peores guerras me he visto y también más duras y más crueles.
Lo único que no me acompaña en éste momento, es el físico, estoy echo una mierda pinchada a un palo. Una buena Neumonía, como fue la mía, es una paliza por dentro, es como si te demolieran las estructuras y ahora se trata de eso, de recomponerlas. "Calma dice mi karma". Y yo le creo, pero también le creo porque no me queda otro remedio. Cuando notas la sensación del frío acero, todo lo que sea calor te reconforta y por tanto ese calor es un valor añadido. Sin fuerzas no hay vida. Sin fuerzas doblas la rodilla. Sin fuerzas te ablandas y te haces pastoso. Sin fuerzas no sientes, no percibes, no te estimulas y en fin, no vives. "Y calma dice mi karma" y también lo digo yo, como lindo epitafio.

