Y puede ser que ahora que he vuelto a casa no tenga ganas de volver a currar ésta noche. He acabado en un sitio y tengo media hora por delante, para irme al otro. Una buena ducha y a cenar fruta y lo que pagaría por poderme quedar. Creo que me estoy haciendo más casero que nunca y como mi casa ninguna y como mi mesa de estudio y como mi cama o como mi cuarto de baño. O la mejor es la vejez la que hace envolverme más con mis cosas o a lo mejor es que estoy cansado de andar tirado por habitaciones asépticas e incómodas. Porque las habitaciones de los curres están carentes del mínimo detalle personal y todo está en orden, pero en su orden impersonal.
Me acuerdo que cuando iba a Madrid y a casa de mi hermana, pues que me dejaba dormir en la cama de su hijo o de mi sobrino. Y era una especie de camarote de barco y estaba decorada como tal, pero aquella habitación estaba con todos los avíos decorativos y en cambio estaba carente de vida, le faltaban detalles personales que cualquier niño tiene. Hombre tenía dos fotos de winsurf, deporte que mi sobrino practicaba y ya estaba, ya no había más florituras. Pues me costaba dormir un huevo, pues me sentía en una habitación extraña y sin personalidad.
En una habitación aparte de la cama, la mesa y la mesilla de noche, debe haber alguna foto o un cuadro que te identifique algo y libros que estás leyendo o que has leído, alguna revista o algún cómic o sea con cosas que te gusten. Algo que identifique en parte quién allí vive y duerme o sea algo que te identifique como persona, pues eso llena más de lo que pensamos. Pero una habitación del curre tiene que ser aséptica e insulsa por definición, porque si dejas de alguna manera tu huella, siempre hay alguien que se cela y ¡joder! que la habitación no es tuya y que es de todos, te dicen los celosos compañeros.

En una habitación aparte de la cama, la mesa y la mesilla de noche, debe haber alguna foto o un cuadro que te identifique algo y libros que estás leyendo o que has leído, alguna revista o algún cómic o sea con cosas que te gusten. Algo que identifique en parte quién allí vive y duerme o sea algo que te identifique como persona, pues eso llena más de lo que pensamos. Pero una habitación del curre tiene que ser aséptica e insulsa por definición, porque si dejas de alguna manera tu huella, siempre hay alguien que se cela y ¡joder! que la habitación no es tuya y que es de todos, te dicen los celosos compañeros.