Y acabo de ver una primera parte de un partido de fútbol y me ha llegado para cumplir para varios siglos. Me aburrí hasta los tuétanos y eso que era mi equipo del ama, el Celta de Vigo. Y nada, que así repudia cualquier ser viviente el fútbol, es una buena terapia antifútbol. Y es que hoy ya doy por finiquitado el día, cierro el telón de acero y me quedo definitivamente en mi bunker y ni móviles, ni llamadas extrañas, ni nadie tocándome los cojones y porque se encuentra malito, yo así me encuentro así algunas veces y no por eso estoy llamando al 061.
Y claro el médico de turno, ese que dice que tiene el control de todas las llamadas y que se cree un portento y un fenómeno extraordinario y sito allí, en Palma de Mallorca o dicho en otro idioma, en la Isla grande de al lado, pues ¿qué pasa?, qué pasa un kilo y medio y te mete cada embolado que sería una causa de juzgado de guardia. Pero es lo que ocurre en éste país de mierda, que casi todo dios se dedica al escaqueo y yo estoy por encima de ti y de tus muertos y por eso te mando a lo que me sale de mis cojones. Y claro, yo tengo que ir como un capullo y me tengo que joder dos veces, una por tener que ir a una mierda de aviso y otra, porque el tío que dio esa orden "entre comillas", se está riendo de mi, a carcajadas.
Bueno no soy al único al que le pasa, le pasa a todos los que curramos en emergencias en ésta Isla y en todos los sitios del mapa pasa lo mismo o peor. Porque vamos a ver, yo venía de Cádiz y en Cádiz hay mucho quillo, pero también hay mucho chorizo y aquello era Corea y en plena guerra y esto a su lado, es el cielo más glamuroso. O sea que menos llorar y a joderte más, ¡capullo de mierda!, que hoy estás demasiado delicadito.

Bueno no soy al único al que le pasa, le pasa a todos los que curramos en emergencias en ésta Isla y en todos los sitios del mapa pasa lo mismo o peor. Porque vamos a ver, yo venía de Cádiz y en Cádiz hay mucho quillo, pero también hay mucho chorizo y aquello era Corea y en plena guerra y esto a su lado, es el cielo más glamuroso. O sea que menos llorar y a joderte más, ¡capullo de mierda!, que hoy estás demasiado delicadito.