¡CAPULLO DE MIERDA!

Y acabo de ver una primera parte de un partido de fútbol y me ha llegado para cumplir para varios siglos. Me aburrí hasta los tuétanos y eso que era mi equipo del ama, el Celta de Vigo. Y nada, que así repudia cualquier ser viviente el fútbol, es una buena terapia antifútbol. Y es que hoy ya doy por finiquitado el día, cierro el telón de acero y me quedo definitivamente en mi bunker y ni móviles, ni llamadas extrañas, ni nadie tocándome los cojones y porque se encuentra malito, yo así me encuentro así algunas veces y no por eso estoy llamando al 061.

Y claro el médico de turno, ese que dice que tiene el control de todas las llamadas y que se cree un portento y un fenómeno extraordinario y sito allí, en Palma de Mallorca o dicho en otro idioma, en la Isla grande de al lado, pues ¿qué pasa?, qué pasa un kilo y medio y te mete cada embolado que sería una causa de juzgado de guardia. Pero es lo que ocurre en éste país de mierda, que casi todo dios se dedica al escaqueo y yo estoy por encima de ti y de tus muertos y por eso te mando a  lo que me sale de mis cojones. Y claro, yo tengo que ir como un capullo y  me tengo que joder dos veces, una por tener  que ir a una mierda de aviso y otra, porque el tío que dio esa orden "entre comillas", se está riendo de mi, a carcajadas.

Bueno no soy al único al que le pasa, le pasa a todos los que curramos en emergencias en ésta Isla y en todos los sitios del mapa pasa lo mismo o peor. Porque vamos a ver, yo venía de Cádiz y en Cádiz hay mucho quillo, pero también hay mucho chorizo y aquello era Corea y en plena guerra y esto a su lado, es el cielo más glamuroso. O sea que menos llorar y a joderte más, ¡capullo de mierda!, que hoy estás demasiado delicadito.

UN NAV DE LA VIDA

Yo me preparo para lo peor, porque a lo mejor se acaba el mundo y no me va a coger en pelota picada. No señor, ya tengo un bunker preparado y bien surtido de comida, bebida y unas cuantas muñecas hinchables, que no podemos olvidarnos del sexo, que después te encuentras apurado y te follas hasta un ladrillo. Y eso creo que duele y además sangras y un buen bunker debe ser aséptico y sin sangre, que después vienen las moscas a joderte y venga a chupar sangre.

y mira que hay locos por la vida que se construyeron un bunker y todo por el miedo, al puto morir. Vamos que prefieren pensar en enterrarse vivos en un bunker, que morir fritos por una bomba nuclear. Yo ante un desastre nuclear, prefiero morir estando de acampada y así me muero en el medio de la naturaleza y si quedo tieso, pues quedo y vendrán los cuervos y buitres a comer mis restos carroñeros. En esto y como veis soy naturalista y prefiero morir rodeado de árboles, a que me aplaste el hormigón armado.

Sí, en algunas cosas soy naturalista y sólo me falta ser un tío bueno y devoto. Animalista, sí que no soy y eso que me gustan los animales, pero no voy del rollo, de que los animales sean más importantes que las mismas personas, aunque es de justicia el reconocer, que hay animales que son mejores que algunas personas. la verdad es que me falta el hacerme vegetariano y ya sería un Bruno al completo, Naturalista, Animalista y Vegetariano o sea un NAV de la vida
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SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS

Yo nací agresivo, pero sien justos del todo, también es  cierto que me desarrolle en ambientes agresivos. Yo creo que lo primero que aprendí y antes incluso de decir mi primera sílaba, fue saber recibir una buena hostia y dada con saña. En mi casa se encargaba mi madre de ésta faena y de vez en cuando mi padre, mi padre se quedaba como segunda alternativa y si superabas la primera prueba, que era la hostia de mi madre, me esperaba la siguiente, la de mi padre.

En el Colegio de curas, también me las dieron por todos lados, en la cara, en las yemas de los dedos, en los muslos, en las manos. Y claro en éste ambiente agresivo y hasta la médula, las hostias siempre me acompañaron y no podía ser una excepción la puta calle. Los juegos eran agresivos y se trataba de joder a alguien y de hundirle la moral y si no encontrabas a alguien propicio, siempre había un gato, un perro abandonado o no tanto, una cabra, un cordero o un burro y la cuestión era matarlo o dejarlo mal herido.

Bueno pues con estos antecedentes personales ¿como voy a ser yo? y eso que me olvidé de mencionar las hostias que nos dábamos entre nosotros, o sea entre los chavales de la calle. Y ahí aprendí que ante el enemigo que es más fuerte que uno, tienes que ser más listo y para eso sabemos morder, pellizcar, apretar los huevos, meter los dedos en los ojos o en las narices ajenas, o tirarle del pelo o de las orejas y así hasta doblegarle y que por supuesto hasta que dijera, ¡que se rinde!. Sangre, sudor y lágrimas, esa fue mi infancia, pero aún así no se la cambio a nadie.

UNA DE LEONES

En fin, que hoy estoy para que me echen a los leones y que los leones tengan cuidado, porque cuando estoy como hoy, saco fuerzas de flaqueza y puede que acabe la cosa, devorándote yo a esos leones de mierda. Hoy en cambio de estar infectado del Ébola, estoy infectado de la Rabia y es que hasta echo espuma por mi boca. Bueno aquí sentadito aún me contengo un poco y tengo pinta de ser un tío bueno, pero si salgo a la puta calle, ya es otra cosa distinta.

Me tendré que encerrar en mi propia casa. De todas formas desde que me medicaron y me embutieron de pastillas, ya no soy el mismo que era. Ahora voy más de agresivo de boquilla y parece que ladro y muerdo y en realidad, estoy más domado que un perro doméstico o sea que estoy domesticado y acudo al amo, al nombre de Bruno. Sólo me ha quedado la bravuconería y el ese de que te voy a partir la boca, te voy a segar las piernas, te voy a arrancar la cabeza de cuajo y al final, todo se queda en unas simples palabras.

Mejor que mejor, pues no sé como a lo largo de mi vida me libré tantas veces de unas buenas hostias, algunas si llevé, pero al parecer nunca fueron las suficientes. Fanfarrón y estúpido, chulito e imbécil, matagigantes, suicida de película y no sé cuantos calificativos más, tendría para definirme en los que son ahora, viejos tiempos. Y nada que fuera culpa la adolescencia y del subidón hormonal, pues yo ya nací así de chulito y no puedo barrer para afuera y decir que fue debido a fenómenos educativos y por el ambiente en el que viví y crecí.

DORMIR A CACHOS

¡Joder! hoy he dormido en tres cachos, por la noche dos horas, otras dos horas de mañana y por la tarde, una hora. Eso es lo que se le llama dormir bien y descansado. Viene publicado en los manuales de salud pública y en las últimas recomendaciones internacionales, lo recomendable que es lo de dormir a cachos. Es como lo de comer, que recomiendan cinco comidas al día, pero como no te da tiempo material a cinco comidas y a cinco dormidas, pues ponen tres dormidas y a tomar por el culo.

Y es que eso tiene un gran problema, que destroza a tus sueños y no da tiempo a que tengas uno al completo. Vamos que te corta la meada de continuo. Y los sueños son sagrados, aquí y en Cuba y uno no puede ser un ser humano al completo, sino disfruta de sus sueños. Al final tienes como tres cortos en cambio de una gran película y además los tres cortos tienden a ser macabros y convierten a los sueños en pesadillas.

Por tanto te levantas las tres veces mal, con el cuerpo echo trizas, con mal sabor en la boca y destrozado mentalmente  por las pesadillas. Y es fácil que te encabrones a la mínima y es que coges unos rebotes que no veas. te molesta todo, te molesta que te hablen, te molesta que te pregunten, te molesta que te dirijan la mirada, te molestan los colas del supermercado, las bocinas de los coches, el tráfico, la risa y hasta la música que siempre te ha gustado, no la soportas. En fin, que no te soportas ni a ti mismo.

"NACIDOS PARA JODER"

Mucho hablar de muertos, pero yo vivo rodeado de un motón de ellos, sólo que son muertos vivientes. Gente sin alma, gente inanimada, gente sin sentimientos, secos de pensamientos, en fin, gente malvada que está llena de resentimientos y que su función principal en la vida, es dedicarse a joder a sus congéneres. "Nacidos parta joder", se podía llamar la película. Bueno, tampoco descubro nada con esto que digo, todos conocemos un montón de casos.

Son ratas de alcantarilla, son huidizos, son de ojos salidos y siempre están atentos, atentos a ver que dicen sus posibles víctimas y para ir allanado el terreno de por donde atacar. A veces muerden y después se escapan, pero siempre vuelven, pues ellos se alimentan de las miserias humanas y cuando tienen hambre necesitan atacar de nuevo. Ellos pararán de incordiarte cuando tú te quedes sin una gota de sangre, pues su fin, es alimentarse de ti, pero también el dejarte tieso y seco.

La maldad humana, la maldad humana es perfectamente reconocible, se ve en los gestos, en las miradas asesinas, en las palabras hirientes, en las zancadillas que te meten y lo peor de todo, es que esa maldad está recompensada socialmente y entonces estos seres ascienden en el escalafón social y llegan a la cúspide. Bueno alguno se queda por el camino, y esto es peor, porque aumenta su resentimiento y además los tendrás a tú lado.

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...