
Es caro vivir en un trozo de piedra en medio del Mar mediterráneo y todo por culpa de vivir casi del turismo. Hay algunas cosas más, pero son pequeñas y aportan poca cosa. El tema va de vivir en un paraíso natural y la verdad, que en una buena parte lo es, pero que en otra, vives de la belleza natural o mal vives de la belleza natural. Aquí todo es caro, porque al parecer deben traer la comida en yates de lujo y entonces, las tasas y aranceles se disparan. pero bueno, ya se sabe que de un pepino puedes hacer tres y de un tomate, una rica ensalada de tomate, un zumo y de lo que quede, tomate frito para el día siguiente.
Si es verdad, que a todo te acostumbras o que te haces o que te adaptas, pero eso no quiere decir, que el bosque no te deje ver los árboles. Que hay que sobrevivir, pero ya lo dice la palabra, sobrevivir, que no es igual que vivir o que vivir más o menos bien. Claro que después de éste pensamiento te das una vuelta por los maravillosos alrededores y ya se te pasa todo el cabreo. Por tanto, es verdad que uno también se alimenta de la belleza paisajística, que parece que no, pero llena más de lo pensamos. Pero al final, la belleza natural sale muy cara.
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