Claro que las grandes victorias se consiguieron pisando pilas y alfombras de cadáveres. Pues con mi victoria va a pasar lo mismo, primero van a correr ríos de sangre. Primero me arrancaré mis vísceras y haré como los brujos que interpretaban las vísceras, leeré en ellas cual va a ser mi devenir. El Hígado me dirá que estoy jodido, que de tanto que me pasé con él, está un tanto engurruñado. Los Pulmones me harán señales de humo, señales de socorro y me dirán que mi porvenir es un tanto negro, tanto que mientras siga fumando, el suyo también lo es. Mis riñones ya se conservan en mejor estado y además me dirán, que aún les queda mucho por mear.
Mi Cerebro, ay!! mi Cerebro. Mi cerebro es una perla con algunos granos exóticos y además tiene profundos agujeros u oquedades. A veces pienso que lo tengo de corcho, pues nada fácilmente en balsas de aceite o en lapsus prolongados. A veces se queda pasmado y en estado catatónico, pero eso sí, mi Cerebro vuelve y noto como una especie de chasquido, que es el resorte que lo enciende. Mi Cerebro también es prodigioso, pues gracias a él puedo viajar a través del Universo y amanecer en Saturno o dormir en el Mar de Plata.
Mis huesos ya son polilla, ya están más agujereados que un colador. Y eso que mis huesos son patrimonio de la Humanidad, pues de las palizas que les he metido por la vida, somo una reliquia sacrosanta. Mis ojos aportan muchos datos, pues en ellos están reflejadas todas mis imágenes y en la Retina y al fondo a mano derecha están grabados todos mis datos. Pero hay que abrirlos, porque si uno sólo se queda con su aspecto exterior, pensaría que son ojos de un viejo leñoso y desaprensivo y no señor, por dentro se verá que esos ojos tienen las ideas muy claras, que tienen preciosos pensamientos, que se adornan de maravillosos sentimientos y que tienen la misma luz que tiene la vida.
Mi Cerebro, ay!! mi Cerebro. Mi cerebro es una perla con algunos granos exóticos y además tiene profundos agujeros u oquedades. A veces pienso que lo tengo de corcho, pues nada fácilmente en balsas de aceite o en lapsus prolongados. A veces se queda pasmado y en estado catatónico, pero eso sí, mi Cerebro vuelve y noto como una especie de chasquido, que es el resorte que lo enciende. Mi Cerebro también es prodigioso, pues gracias a él puedo viajar a través del Universo y amanecer en Saturno o dormir en el Mar de Plata.
Mis huesos ya son polilla, ya están más agujereados que un colador. Y eso que mis huesos son patrimonio de la Humanidad, pues de las palizas que les he metido por la vida, somo una reliquia sacrosanta. Mis ojos aportan muchos datos, pues en ellos están reflejadas todas mis imágenes y en la Retina y al fondo a mano derecha están grabados todos mis datos. Pero hay que abrirlos, porque si uno sólo se queda con su aspecto exterior, pensaría que son ojos de un viejo leñoso y desaprensivo y no señor, por dentro se verá que esos ojos tienen las ideas muy claras, que tienen preciosos pensamientos, que se adornan de maravillosos sentimientos y que tienen la misma luz que tiene la vida.
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