BENDITA ESQUIZOFRENIA

Pues ya  estoy de nuevo en mi Isla y pocas cosas han cambiado. Todo sigue con la misma quietud y tal y como si hubieran repartido Valium a todos sus habitantes. Pero Valium de 50 mg., nada de Valium 5 o 10. Además sin mí que puede pasar de interesante en ésta Isla, si yo debo ser el tío más raro del peñasco. A veces es bueno el sentirse el ombligo del mundo o en éste caso, de la Isla. ¿Y porqué?, pues buena pregunta, porque además, no tengo la respuesta.

Es bueno, porque en definitiva a mi me da la gana. Yo creo que en el fondo es por aumentar mi propia autoestima, que precisamente no es que esté en horas bajas, pero que a mi me gusta, que siempre esté en el podio o sea que sea una campeona. El otro día pensaba sobre esto y parece que ya empiezo a ser consciente de que estos tres años anteriores, estuve subidito a la parra, vamos que no había nadie que me tosiera a la cara.

Y como además coincidió la cosa con mi divorcio, pues nada, que todas mis pasadas de tono y de faltadas iban al mismo saco sin fondo, es que me acabo de divorciar y punto. O sea que me pasé tres o cuatro pueblos con alguna gente y como me di cuenta que lo del divorcio era un puto chollo, pues que nada, que dije todo lo que me salió de las pelotas. La verdad es que no sé si ha sido malo o bueno, pero lo que os puedo jurar es que me lo he pasado de película, hacía mucho tiempo que no me divertía tanto. Estar pasado de rosca es un estado alucinante, es sentirte una especie de semidios y al que no se le puede llevar la contraria. Como decía en anterior escrito: ¡Bendita ESQUIZOFRENIA!.

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