Yo no creo en las verdades absolutas y ya sean de cualquier tipo. No creo que en las verdades divinas y tampoco en las terrenales que sirven como dogmas. Las grandes verdades, como todo, tienen que ser flexibles, tienen que saber adaptarse y remodelarse y una verdad se transforma en otra verdad y así sucesivamente y así hasta el infinito y como decía el otro, hasta el infinito y más allá. No hay verdades inamovibles y que a través del paso del tiempo, no cambien. Si hasta las grandes verdades científicas cambian y se hacen moldeables y eso pasa con todas las grandes verdades, salvo con las religiosas, pues presumen de ser verdades universales y además, no hechas por el hombre, sino por un ser superior.
Hay muchas cosas que no me gustan de éste mundo y una de ellas, es partir de que existimos gracias a un ser superior y porque ya se parte de que no somos nadie o sea que nuestra misión en el mundo, es doblegarse a un ser superior. Si existimos es gracias a él, si respiramos también y si vivimos, es en contra de su voluntad, porque mientras vivamos en pecado no somos merecedores de nuestra existencia, a no ser que seamos perdonados por él. Todo esto indica que ya nacemos señalados, que tenemos grabado el estigma de nuestra esclavitud. Esto es como la pesadilla que se muerde la cola, pues en definitiva todo lo que hagamos y por muchas vueltas que se le dé, siempre estará Dios presidiendo el asunto.
Las religiones siempre ejercieron de corsé para el pensamiento humano y a través de la historia no hay un sólo ejemplo que me diga lo contrario. Siempre han luchado por volver hacia atrás, por volver a sus oscuros e inquisitorios orígenes, a las verdades de fe, a la palabra de Dios o de Alá y de sus profetas. Claro que para que puedan triunfar se basan el algo, se basan en los miedos humanos, en la muerte y que hay después de la muerte, en la vida y porque estamos vivos y en definitiva, se basan en el porqué de nuestra existencia. Vamos que lo que aún no tiene una explicación plausible, se mete dentro del mismo saco y de ahí sale una Religión y ya tenemos un motivo y una causa de adoración.
Hay muchas cosas que no me gustan de éste mundo y una de ellas, es partir de que existimos gracias a un ser superior y porque ya se parte de que no somos nadie o sea que nuestra misión en el mundo, es doblegarse a un ser superior. Si existimos es gracias a él, si respiramos también y si vivimos, es en contra de su voluntad, porque mientras vivamos en pecado no somos merecedores de nuestra existencia, a no ser que seamos perdonados por él. Todo esto indica que ya nacemos señalados, que tenemos grabado el estigma de nuestra esclavitud. Esto es como la pesadilla que se muerde la cola, pues en definitiva todo lo que hagamos y por muchas vueltas que se le dé, siempre estará Dios presidiendo el asunto.
Las religiones siempre ejercieron de corsé para el pensamiento humano y a través de la historia no hay un sólo ejemplo que me diga lo contrario. Siempre han luchado por volver hacia atrás, por volver a sus oscuros e inquisitorios orígenes, a las verdades de fe, a la palabra de Dios o de Alá y de sus profetas. Claro que para que puedan triunfar se basan el algo, se basan en los miedos humanos, en la muerte y que hay después de la muerte, en la vida y porque estamos vivos y en definitiva, se basan en el porqué de nuestra existencia. Vamos que lo que aún no tiene una explicación plausible, se mete dentro del mismo saco y de ahí sale una Religión y ya tenemos un motivo y una causa de adoración.
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