UN GRITO DE DOLOR

Antes de conocerte y hablo en plan imaginario, yo pensaba que la Tierra era redonda y que el querer era muy sano y además, tenía confianza en la raza humana. Pues era de esos iluminados que creía en la honestidad de las personas y que cuando se quiere a alguien, simplemente se le quiere y se le ama y sin más tapujos. Y es que es verdad que yo te quise y que te quise a muerte, quizá te quise demasiado porque por dentro estaba vacío y hueco y me agarré a ti como a un clavo ardiendo o como un naúfrago a un salvavidas. Pero la cuestión es que te quise y pensé que tú también me querías, que me regalabas tus besos y caricias con verdadera y sincera pasión.

Y fuí ciego y lo fuí mil veces seguidas, porque con cada acto de amor por mi parte, tu te deslizabas por senderos del jugar a dos partes: sí, yo te quiero y nunca podré olvidarte, pero necesito vivir mi vida... y de la cual no sé si formas parte. Y en esa esquizofrenia vivimos mucho tiempo y el ahora, te quiero y el ahora, ya no te quiero tanto. Y mientras éste imbécil, aquí presente, se comía por sus adentros y cuando en realidad el tema era sencillo, el defecto ya venía de fábrica: nunca me quisiste y a tí el juego te resultó fácil, pero a mi me costó años de resquemores, malos sueños y muchas autoculpabilidades.

Han pasado los años y ahora ya no te quiero, ni ganas tengo. Ahora hay por el medio años de distancia y por eso soy capaz de ver lo que veo y siento. La verdad es que gran parte de lo ocurrido, fue por mi culpa, por pensar que todo es demasiado sencillo y si se quiere, se quiere y si no, pues no y de aquellas no fui capaz de entender que hay gente que disfruta andando entre dos aguas y ahora necesito tu apoyo y ahora, que te den por el culo y porque en el fondo no llego a entender que beneficio sacan de ello, quizás les guste hurgar en la herida ajena y sacarte de quicio. Por eso y en éste mismo momento estoy dotado para decir esto: que te den por el culo y espero que disfrutes en el Infierno (porque por mucho que se diga, hay cosas que nunca se podrán perdonar).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA CAÍDA de Batania

Fue mi historia con ella como tirarse del décimo y encontrarse en el aire con una mujer que se había lanzado del noveno: pensé que nos unía ...