Día 30 de Octubre y nada destacable bajo éste suave sol otoñal, bueno sí, que he salido de Guardia y más o menos salí entero. También que es Viernes y que ya se nota el tufillo a muerto, mañana es su día y como suele pasar, ya algún adelantado que asoma su cuerpo putrefacto. Suelen ser los muertos más jóvenes o sea los más recientes los que tienen más prisa por salir de los ataúdes, después con el paso del tiempo, ya van aprendiendo. En mi Tierra Galega, los muertos salen en procesión y los preside la Santa Compaña, que es una señora muerta que flota por los bosques de Galicia en los días de intensa niebla.
Puede coger cualquier forma, puede ser una piedra, puede ser un árbol, puede ser un cervatillo o un jabalí o una lechuza, puede ser cualquier cosa que queramos imaginar, ahora sí, tiene que ser un espíritu que flote, como flote ya es un problema de cada uno. En esto el imaginario popular de mi pueblo gallego, es espléndido, pues en cuestiones de muerte, es como muy avanzado. La vida y la muerte se juntan y juegan y no hay dominador claro, la mayoría de las veces puede la vida, pero en algunas ocasiones, se deja que la muerte domine.
En teoría procedemos de los Celtas y los Celtas eran unos perfectos aduladores y adoradores de la muerte. En Galicia es muy importante que la tumba o nicho tenga buenas vistas, que el sol la caliente y que el viento no la azote y eso se valora en el precio de venta que adquiere el nicho. Supongo que como en tods los sitios, pero en Galicia se valora un poco más. Los Celtas fueron los que se inventaron el día de Todos los Muertos y por eso a la Santa Iglesia no le gusta mucho éste día de crelebración pagana, ellos, los curas, se llevaron la celebración a los cementerios, pero en realidad la cosa no es así, la cosa va de que los Muertos se paseen y coman en su noche y eso, no tiene un territorio determinado y el mundo es su territorio real. Fijaros en una cosa, yo me olvido hasta de la fecha mi cumpleaños y en cambio, nunca me olvido del día de los muertos, lo de los muertos lo llevo en mi alma gallega y a ¡mucha honra!.
Puede coger cualquier forma, puede ser una piedra, puede ser un árbol, puede ser un cervatillo o un jabalí o una lechuza, puede ser cualquier cosa que queramos imaginar, ahora sí, tiene que ser un espíritu que flote, como flote ya es un problema de cada uno. En esto el imaginario popular de mi pueblo gallego, es espléndido, pues en cuestiones de muerte, es como muy avanzado. La vida y la muerte se juntan y juegan y no hay dominador claro, la mayoría de las veces puede la vida, pero en algunas ocasiones, se deja que la muerte domine.
En teoría procedemos de los Celtas y los Celtas eran unos perfectos aduladores y adoradores de la muerte. En Galicia es muy importante que la tumba o nicho tenga buenas vistas, que el sol la caliente y que el viento no la azote y eso se valora en el precio de venta que adquiere el nicho. Supongo que como en tods los sitios, pero en Galicia se valora un poco más. Los Celtas fueron los que se inventaron el día de Todos los Muertos y por eso a la Santa Iglesia no le gusta mucho éste día de crelebración pagana, ellos, los curas, se llevaron la celebración a los cementerios, pero en realidad la cosa no es así, la cosa va de que los Muertos se paseen y coman en su noche y eso, no tiene un territorio determinado y el mundo es su territorio real. Fijaros en una cosa, yo me olvido hasta de la fecha mi cumpleaños y en cambio, nunca me olvido del día de los muertos, lo de los muertos lo llevo en mi alma gallega y a ¡mucha honra!.
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