PREDICIONES

Predecir en el tiempo, predecir tu futuro, predecir que te vas a morir y como y en donde y con quién o sin quién, eso es magia o brujería, eso es tocar el reloj de la vida y poner sus agujas en la hora cero y eso sólo lo podemos hacer unos cuantos sabedores de que va la vida y porque nacimos con ese don, sabemos que vamos a morir sólos y por una enfermedad letal o por un gravísimo accidente. Y eso señores, no lo sabe cualquiera. En fin, predecir el como va a ser tu vida o la de los otros, tiene mucho de coña, tiene demasiado de cuento chino o de Caperucita Roja buscando champiñones.

Yo no predigo, yo digo y lo que digo lo pregono a los cuatro vientos y porque en eso no tengo vergüenza, ni me corto un pelo. Yo si digo algo es porque lo tengo pensado una vez, dos veces y un ciento de veces y si es espontáneo como la vida misma, siempre aclaro o trato de aclarar que la fuente de mi información es lo que me vino a la cabeza. De todas formas también es verdad que me gusta pregonar todos mis pensamientos y con o sin aclaraciones de donde vienen y porque ya nací así y porque siempre me gustó que los demás me escuchen. Si por mi fuera escribiría una Biblia entera con mis pensamientos y por eso, para que no os traguéis semejante ladrillo, debo dosificarme.

En el fondo y en la superficie el mercadeo que se hace con las predicciones se basan en nuestras inseguridades vitales. Si tú no sientes feliz, pues en el futuro querrás verte feliz y sonriente, y vivo y cojonudo y buena gente y si en un horóscopo de mierda  te describe como un tío que va ser feliz y que se va a comer el mundo, pues vas tú y te lo crees. Total creer no cuesta dinero, pero cuesta otras cosas, como pensar que vas a ser feliz cuando en realidad eres un infeliz de mierda.

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JULIO CORTÁZAR