Pues después de estos dos últimos escritos, ya me siento preparado para la guerra. Pero ahora me falta la segunda parte, la de la mejor táctica y la mejor estrategia, que no siempre coinciden con esas ganas de luchar. Porque una vez que estás en el campo de batalla, puedes ver a tu enemigo de muchas maneras, lo puedes ver aparentemente dócil y derrotado y con cara de corderito degollado y entonces debes saber esperar. O puedes verlo encabronado y chulo y ahí, sí que no hay espera posible y ahí, suenan las trompetas llamando al ataque y ten bien afilada tú espada, porque los cuellos a veces son más duros de lo que parecen.
Incluso puede usar la táctica de la puta creatividad o sea, que va y te plantea cosas para mejorar y ahí y de alguna forma, tienes que ser cooperante. Pero la creatividad como falsa pastalla, dura dos segundos y porque las ideas se agotan fácilmente cuando no están hechas para crear y entones, al minuto y dos segundos, el tío problema se tiene que empezar a desnudar y tú has sido cooperante y ahora, vas a ser un asesino. Pero la táctica más común, es el silencio y el enemigo deja que hables y hables y que cuentes y cuentes y para descubrir tus posibles fisuras, que seguro que les tienes, pues eso está contemplado en nuestra condición humana.
Y ante ésta última posibilidad, lo mejor es hacer una guerra de silencios y como hacíamos de niños, el haber quién dura más, porque tú tendrás más posibilidades de ganar cuanto más preparado vas. Que hable él primero, que hable, que ladre, que escupa, que mienta, que diga gilipolleces, que explique sus tonterías, que nos muestre su mierda de proyectos, que nos deleite con sus estupideces,y en fin, que descubra sus propias debilidades y ya sobre ellas, tú montas la táctica y estrategia adecuadas, pero eso sí, que sean contundentes y que la sangre llegue al río.
Incluso puede usar la táctica de la puta creatividad o sea, que va y te plantea cosas para mejorar y ahí y de alguna forma, tienes que ser cooperante. Pero la creatividad como falsa pastalla, dura dos segundos y porque las ideas se agotan fácilmente cuando no están hechas para crear y entones, al minuto y dos segundos, el tío problema se tiene que empezar a desnudar y tú has sido cooperante y ahora, vas a ser un asesino. Pero la táctica más común, es el silencio y el enemigo deja que hables y hables y que cuentes y cuentes y para descubrir tus posibles fisuras, que seguro que les tienes, pues eso está contemplado en nuestra condición humana.
Y ante ésta última posibilidad, lo mejor es hacer una guerra de silencios y como hacíamos de niños, el haber quién dura más, porque tú tendrás más posibilidades de ganar cuanto más preparado vas. Que hable él primero, que hable, que ladre, que escupa, que mienta, que diga gilipolleces, que explique sus tonterías, que nos muestre su mierda de proyectos, que nos deleite con sus estupideces,y en fin, que descubra sus propias debilidades y ya sobre ellas, tú montas la táctica y estrategia adecuadas, pero eso sí, que sean contundentes y que la sangre llegue al río.
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