Comparado con otros tiempos, ahora me siento un hombre hecho y derecho o sea me siento un hombre cumplidor, cumplidor con lo que digo, cumplidor con los que hago, cumplidor con mis deberes y en definitva, estoy más cerca de ser y de sentirme un hombre completo. Por lo menos ahora me preocupo de todas esas cosas siempre pendientes, de todos esos marrones que incordian tu existencia. Hoy hice dos cosas, que me llevaron media mañana y me siento tan henchido que no entro dentro de mí caparazón. Para mí es una sensación nueva, nueva si se puede decir a que sólo tiene tres años de existencia y espero que con el paso del tiempo, siga creciendo.
Ayer fuí a por setas, de las que crecen en los regatos transitorios, en esos riachuelos que hace la lluvia cuando se pone borde. Pues no estuvo tan mal la recogida y me darán para un buen y sabrosísimo revuelto de setas que ahora prepararé con todo mi esmero. La vida tiene esas cosas, de vez en cuando te regala sorpresas y que algunos no sabrán aprecir y en cambio otros, como yo, lo aprecian y lo disfrutan. Es la misma sensación que se tiene al ir a pescar, pues sientes que cada pescado es un premio o un refuerzo a tu perseverancia y que además, que no has probado un pescado tan rico en tu vida.
Pues con las setas pasa lo mismo, te metes unas buenas caminatas rebuscando por el bosque y el premio son, una deliciosas setas y que en consecuencia y porque así lo pone en el libro de las setas, debían ser comidas en el mismo día o noche y alrededor de una preciosa chimenea. Las setas, no es sólo el ir a buscarlas, también tiene su propio protocolo: primero buscarlas, después reunirse bajo la lumbre de la chimenea y tercero, cocinarlas a fuego lento y todo esto en grupo. Las setas están muy ricas, pero sobre todo las setas unen grupos de personas.
Ayer fuí a por setas, de las que crecen en los regatos transitorios, en esos riachuelos que hace la lluvia cuando se pone borde. Pues no estuvo tan mal la recogida y me darán para un buen y sabrosísimo revuelto de setas que ahora prepararé con todo mi esmero. La vida tiene esas cosas, de vez en cuando te regala sorpresas y que algunos no sabrán aprecir y en cambio otros, como yo, lo aprecian y lo disfrutan. Es la misma sensación que se tiene al ir a pescar, pues sientes que cada pescado es un premio o un refuerzo a tu perseverancia y que además, que no has probado un pescado tan rico en tu vida.
Pues con las setas pasa lo mismo, te metes unas buenas caminatas rebuscando por el bosque y el premio son, una deliciosas setas y que en consecuencia y porque así lo pone en el libro de las setas, debían ser comidas en el mismo día o noche y alrededor de una preciosa chimenea. Las setas, no es sólo el ir a buscarlas, también tiene su propio protocolo: primero buscarlas, después reunirse bajo la lumbre de la chimenea y tercero, cocinarlas a fuego lento y todo esto en grupo. Las setas están muy ricas, pero sobre todo las setas unen grupos de personas.
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