Sabéis ¿qué me pasa?, pues me pasa que estoy en onda de sequía, estoy seco de ideas y pensamientos y por tanto, no soy capaz de hilar cuatro palabras seguidas, me falta el hilo conector o dicho de otra forma, me falta el argumento. Hoy no saco las ideas de la chistera, hoy las saco a regañadientes y después de un gran esfuerzo. Mi chistera no está para bollos, ni está para malos rollos, mi chistera es amplia y se adapta a lo que hay, pero creo que no está hecha para vivir en desiertos sin vegetación. Necesita brotes verdes y un montón de hojas caducas, necesita musgo, setas y helechos y todo eso, sabemos que necesita mucha agua.
Otoño, entrañable Otoño. Otoño que es triste para el que se siente triste y es cálido y humano, para el que aprecia sus tonos ocres y verdes. Sí, en el Otoño llega el momento crucial del año, es el momento de cerrar el Verano y de abrir las puertas del Invierno. En la vida hay unos cuantos cambios radicales y uno de ellos es el paso del Verano al Otoño, otros son cuando te enamoras y cuando después te deja o la dejas. Pero bueno, hay unos cambios más y que son tan importantes como los anteriormente mencionados: el paso de las diversas etapas de la vida y cuando te vas a estudiar a la Universidad o te pones a currar.

Después, tengo que mencionar la importancia que tienen los pequeños detalles en tu vida, sí, hablo de esos insignificantes detalles sin importancia que de repente adquieren una importacia vital. Yo muchas veces me acuerdo de mi primer beso y ya sé que era un simple beso, pero ese primer beso hizo cambiar mi vida, pues de repente se abrió ante mí un mundo nuevo y mágico, se abrió el mundo de los sentimientos y de los placeres del cuerpo. Y de pronto mi cuerpo sufrió un fuerte escalofrío y fue sacudido por una corriente eléctrica, sí señor..., por fin, había descubierto el placer que dan los besos y después, ya nunca jamás pude parar de dar besos.