De nuevo, Domingo dominguete y hoy ha empezado mal el Domingo, pues ya llevo activado y volando de aquí para allí y hasta el infinito, desde las 8 de la mañana y ahora a las 14 horas, por fin me he parado. Volar es bonito, pero volar con un medio muerto ya no es tan bonito y más si va enchufado y normalmente lo va, a todo tipo de cables y artilugios. Parece mentira pero después de un servicio de éste tipo te encuentras agotado, lo digo porque al fin y al cabo son 6 putas horas de curre, pero eso sí, de una intensidad desbordante. Control de cables, de las diversas máquinas, de los medicamentos y de sus dosis, de si se altera algo y hay que corregirlo, de los cambios de todo del Hospital a la ambulancia y de ésta al avión y después en el punto de destino, de hacerlo a la inversa.

Y además, que no llevas delante a una lechuga, llevas a todo un ser humano y con el importante añadido de que su vida depende de como lo hagas. Sí, su vida está en tus manos y nunca mejor dicho, pues no hay nadie más en el traslado, estamos el enfermero o enfermera y el o la médico y no hay nadie más a quién se le pueda preguntar o consultar. Y como el cuerpo humano no es una suma de factores, cada vez que corriges algo tiene sus consecuencias y eso, lo debes de tener en cuenta y para poner en la balanza si merece la pena que por ejemplo le cambies una dosis de medicamento.
A veces te ves obligado a tener que elegir un mal mínimo o sea, que te lo tienes que llevar medio jodido y porque si corriges ese aspecto, desequilibras otras partes de su cuerpo y por eso digo, que a veces te llevas a los medio muertos. Pero no voy a quejarme, pues me gusta y me encanta éste trabajo que tengo y además, que no lo cambiaría por ninguno. ¡Hombre!, a veces me saturo de tanto convivir con los casi defenestrados y porque se te pone por delante una nube de muerte, pero me supongo que eso mismo pasa en todos los curres, que las repeticiones te van apagando los estímulos vitales.

Y además, que no llevas delante a una lechuga, llevas a todo un ser humano y con el importante añadido de que su vida depende de como lo hagas. Sí, su vida está en tus manos y nunca mejor dicho, pues no hay nadie más en el traslado, estamos el enfermero o enfermera y el o la médico y no hay nadie más a quién se le pueda preguntar o consultar. Y como el cuerpo humano no es una suma de factores, cada vez que corriges algo tiene sus consecuencias y eso, lo debes de tener en cuenta y para poner en la balanza si merece la pena que por ejemplo le cambies una dosis de medicamento.
A veces te ves obligado a tener que elegir un mal mínimo o sea, que te lo tienes que llevar medio jodido y porque si corriges ese aspecto, desequilibras otras partes de su cuerpo y por eso digo, que a veces te llevas a los medio muertos. Pero no voy a quejarme, pues me gusta y me encanta éste trabajo que tengo y además, que no lo cambiaría por ninguno. ¡Hombre!, a veces me saturo de tanto convivir con los casi defenestrados y porque se te pone por delante una nube de muerte, pero me supongo que eso mismo pasa en todos los curres, que las repeticiones te van apagando los estímulos vitales.