¿SOLUCIONES?

Si y ya sé que algunos solo quieren soluciones y como si en ésta puta vida el tema está en buscar lo que hago o debo hacer en un puto libro o en el san Google...pues no señor, hay cosas que no se pueden buscar y menos mal y porque ya llega con tantos descerebrados que buscan soluciones a sus sentimientos o pensamientos y como si el amor, fuera un puto corazoncito que solo late o como si las penas fueran de chocolate. Pues no señor, el amor hay que vivirlo y hasta el límite, pero también hay que sufrirlo y a las penas hay que darles manteca y cosa buena o sea, hay que soltarle el hilo y hasta que el pez empiece a tirar y claro y después hay que acordarse de tirar del hilo y a saber lo que cae en tus manos (pero eso, es otro problema). ¡Joder! el que quiera pan, que se lo gane y que se lo sude y que se lo llore y porque no vengamos con zarandajas de dar pena lastimera.

Bueno y al parecer siempre tenemos a un pobre al lado, a un pobre de pasta o un pobre desgraciado y porque necesitamos tener relleno ese hueco, el de la puta caridad y todo, por ese sentido tan cristiano de que si das una limosna, serás perdonado o por lo menos serás exculpado de tus putos pecados. Y es que otra cosa hacen los ricos, porque ellos explotan y revientan a la gente...pero el Domingo van a Misa y de paso, dan una limosna a un pobre desgraciado y ya está..., ya tienen las pilas cargadas para seguir explotando personas y sacando su pasta a paraísos fiscales. Si es que los tontos somos nosotros, los de a pie, los que nos a cuesta llegar a fin de mes, los que tenemos que ahorrar con los putos céntimos y metiéndolos en un puto cerdo de barro y para que al final de mes, tengamos 10 euros extras...pues eso, que nosotros somos los tontos que las pasamos putas para que engorden mejor los de siempre...

Bueno, yo no descubro nada y porque ya todo está descubierto, pero es bueno y decente reflexionar sobre ésta puta vida y sobre todo, que viene muy bien hacer un recordatorio de que en que clase de sociedad vivimos y que el rico, además de gilipollas, se hará de cada vez más rico...pero bueno, eso va dentro de su pedigrí: soy gilipollas pero soy rico y por eso tengo un inmenso yate, una choza en el Caribe y me paso las Navidades en las Islas Caimán y bueno... y tengo un hijo yonqui, pero eso lo soluciono yo, a golpe de cheque y por tanto, lo desintoxico en las mejores clínicas...pero el rico no sabe que en el fondo, los yonquis no saben de propiedades y mira por donde le va a morder el pez y desde sus propias entrañas.

¿QUÉ HAY QUE HACER?

Pocas cosas me pueden hacer más daño y porque estoy al límite y porque estoy hasta los cojones...y para decir yo eso, ya tengo que estar hasta la misma bandera y porque piso mierda y porque estoy rodeado de ella. Y dicen que las cosas hay que tomarlas con paciencia y ¡tranqui tío! que con el paso del tiempo esas mismas cosas no serán tan importantes o por lo menos, no serán tan dañinas. Bueno, pues yo hago todo un esfuerzo por aplicarme ésta pomada tan desnatada y todos los días me digo lo mismo:"tranquilidad y buenos alimentos" y al mismo tiempo yo pienso, que los cementerios están llenos de gente tranquila y que se alimentaba más o menos bien y a lo mejor, se murieron por exceso de celo o sea, por pasarse de tranquilidad y de buenos alimentos.

Por tanto, en ésta vida no hay fórmulas mágicas y en cambio, sí que hay un exceso de mierda. Es que pienso que cuando iba de puto asfixiado, me iba mal y porque me tenía que ir mal y cuando iba de guerrero y sanguíneo, me fue muy bien, pero al final me pasaron la factura por tanto cadáver que fui dejando en la cuneta y cuando estaba en mi puto globo y pensando que yo era el puto amo de la película, también me fue muy bien durante un tiempo, pero pronto me empezaron a sacudir el polvo y empezaron las preguntas: ¿y de que vas?, ¿y que piensas que son los demás?...y largo y extenso etc...

Y entonces y a modo de conclusión: ¿qué hay que ser en ésta puta vida? y si la respuesta es, que hay que ser un poco de todo, pues diré que también lo he sido o sea, ser un poco depresivo, otro poco de llorón, otro poco de sonriente y agradecido y con un buen trozo de cariñoso y de buena persona...y lo siento, porque tampoco funcionó...y porque sé, que las buenas personas están en período de extinción y por ser tan escasas, de repente les cae el peso del mundo o todo el peso de los demás y te cargan y al final, te revientan y por exceso de peso...Por tanto, hay que ser y punto y porque no vamos a arreglar nada siendo unos conciliadores y unos santurrones...bueno, a no ser que quieras sacar pasta de ese tinglado y entonces le metes música suave al tema y hablas de que tenemos que conocer nuestro interior y bueno y si te gusta, lo adornas con el mantra o el karma o con la inteligencia emocional y por supuesto, dices que dentro de nosotros tenemos nuestra solución.

YA ENTIENDO...

Ya entiendo...ya entiendo lo que es un palo o mejor dicho, como un gran palo te deja jodido  y echo mierda y echo polvo...Pero hay mentes que dicen, que de las derrotas se aprende y que es nuestra mejor forma de aprender...claro que eso se aproxima mucho al dicho: "que la letra con sangre entra", bueno ya sabemos, dicho de otra manera y adaptado a nuestros tiempos, porque ahora no se puede hablar de sangre y porque sería muy antipedagógico y entonces se sustituye la sangre por la palabra, derrota y en eso se nota que somos más Europeos y que nos sentamos a la mesa con los cubiertos puestos en su puto sitio...

Yo ahora que soy más mascador de derrota que de otra cosa, os puedo contar que la derrota es una puta mierda y que de la derrota no se aprende nada de nada...se aprende a sentirte derrotado, humillado, vilipendiado, asqueado, asquerosamente derretido y como decirlo...a sentirte más ladilla que nunca. Pero aquí estamos, yo sigo aquí sentado y sigo aporreando el mismo teclado y ¿me siento más mierda?, pues sí me siento así y todo lo positivo de éste asunto se lo dejo a los capullos que piensan que en los negativo está la solución de las cosas, porque repito, yo en lo negativo, solo veo y siento MIERDA...

Ya sabemos que hay algunos que ven, que cuando con tus pies aplastas una hormiga, es algo positivo y porque mantienes el orden, el orden de las cosas y una puta hormiga está destinada a ser aplastada y que por ese hecho, tú te sientas mejor...Bueno más o menos es la teoría del mono, que a base de echarse pajas y más pajas, se acabó convirtiendo en hombre y porque el hombre y que me perdonen los monos, es el rey de las pajas...pero bueno, esto es otro asunto y del que hablaré otro día y hoy me resumo: somos una mierda y cuidado, porque las mierdas a veces no se ven y parece ser que siempre aparece una amable bota que se encarga de aplastar el pastel.

SIENTO QUE ME PIERDO (Poema)

Siento que me pierdo,

como siento que te he perdido,

dos perdidos en medio del desierto,

dos seres y dos almas,

dos árboles sin raíces,

dos pensamientos libres,

dos que fueron uno

y ahora son dos objetos perdidos,

y es que no hay nada que compense

la profunda tristeza del alma,

ni siquiera yo puedo,

ni los milagros de los dioses,

sólo podemos tú y yo,

y tú y yo estamos tan lejos,

que apenas te oigo,

cuando tú me dices,

que me sigues queriendo.

YO SÓLO CONTRA TODO (Poema)

Y quién levanta su mano

y quién dice aquí estoy yo,

y yo sólo contra todo,

con mi escudo de apariencia,

con mi voz entrecortada,

con mi túnica de seda,

y con mis antecedentes personales,

y yo, paupérrimo de mi,

y yo que me quedo sólo,

y por eso no lloro,

ni pierdo el sentido,

ni la vergüenza me abraza,

y me quedo yo sólo,

y yo sólo contra todo.

FORMAS DE VIVIR Y DE MORIR

Pues estoy indagando dentro de mi Blog y para saber de una puta vez todo lo que escribí...porque he seguido mi método al pie de la letra y no fue otro, que el escribir seguido y sin pausa...y sin mirar nunca hacia atrás y en eso consistía, en parir Poemas, escritos y pensamientos a la velocidad del vértigo y alucinaba con mis primeros escritos, pero no mal, sino que simplemente alucinaba, porque era tal mi verborrea y mi ansiedad, que mis Escritos y Poemas eran cuando menos que kilométricos, pero tenían un pulso vital que ahora no tengo, eran taquicárdicos y entonces, las palabras se devoraban las unas a las otras, pero esto era debido a las grandes velocidades de mis pensamientos. ¡Era una puta máquina pensante! y no sé como de aquellas, no me había estallado el cerebro. Bueno un poco si lo hizo y me dio un aviso en forma de un Ictus, de un Ictus sin secuelas y menos mal, ¡qué sin secuelas!.

Y también y ahora que lo pienso, sufrí otro aviso y éste fue en forma de Síncope y caí al suelo como un puto saco de patatas. Y al minuto o medio minuto me recuperé y claro, vi un charco de sangre a mi lado y me dije: ¡Joder! tanta sangre por un puto rasguño de mierda...Claro que ese pensamiento me duró justa y hasta que me planté delante de un espejo y entonces, divisé mi brecha y era una gran brecha que partí mi frente en dos partes, vamos como un puto melón y como aquello no paraba de sangrar tuve que acudir a Urgencias del Hospital y allí, me cosieron y me pusieron nuevo. Bueno, me tuvieron encerrado en el Hospital, 6 días putos días del ala y venga a hacerme pruebas y más pruebas y hasta que pudieron comprobar que yo estoy hecho de otro material y un Síncope para mí, es como un puto estornudo para el resto de los humanos.

¡Vamos a ver!, que si yo hubiera podido escoger una forma de morir, escogería ésta forma y porque me volví a despertar, sino estaría tan tranquilo en el otro barrio y seguramente jugando al mus con los paisanos del otro lado y yo no sé que muerte te produce un rayo sobre tu cabeza, pero como sé que es fulminante, creo que ésta forma de morir se aproxima a lo que es una muerte por un Síncope, las dos son fulminantes y ¿que más da morir frito por un rayo, qué morir en un charco de sangre?, si total te quedas tieso igualmente y entonces mi conclusión es esta: que prefiero morir súbitamente y de un solo tajo, porque la agonía significa dolor y además, es un dolor inhumano. Pero creo que no vamos a tener la suerte de poder escoger el tipo de muerte, pero por si acaso, dejo escritos mis deseos y aunque la muerte se limpie el culo con ellos.

DEL REVÉS... (Poema)

¿Y yo?... ¿y tú?,
¿y los dos?,
 ¿y qué quedó de los dos?,
porque entre tú y yo,
hubo fuego intenso
y ardores sin resquemores,
y ácidos y versos y palabras sin versos,
e insomnios y horas con muchos desvelos,
y ahora me acuerdo...
de como quemaban tus besos
y de esas caricias inversas
y al revés de las horas...
¡es que me acuerdo al revés!
al revés del tiempo,
al revés del querer,
al revés del amanecer,
y al revés del revés...
y repito, al revés del revés...
y es que nunca hemos visto un amanecer
o como el sol se pone a nuestros pies,
y es que nos falta tanto,
y yo sé, que siempre nos faltará,
por eso es mejor que sigamos del revés,
de fuera para adentro y a la inversa,
o sea, primero la esencia
y después...,
lo que venga después del amanecer.

LA CREATIVIDAD

"La creatividad  es la inteligencia divirtiéndose"

       Como la definiría Einstein. Es verdad que la inteligencia se divierte de otras maneras y hay muchas. Ahora eso sí, ninguna de ellas resulta tan divertida e interesante, como ésta, !ni de lejos!. La creatividad es la madre de la inteligencia, es su musa, es su duende, es su leche materna. Cuando se habla de creatividad, todo el mundo piensa en crear grandes ideas, pensamientos o inventos. No es esa la cuestión a plantear. La creatividad la llevamos todos dentro, es innata a nosotros, es el secreto que lleva cada uno. Quien de nosotros, cuando era niño, no disfrutaba con un juego, un amigo o un pequeño juguete y a su vez no creaba un mundo nuevo, donde tuviera cabida el juguete, el juego o el amigo. Esto es creatividad, podernos trasladar en la mente a un mundo nuevo y creado sólo por tu mente..

       Es verdad, que con el paso de los años la vamos practicando de cada vez menos. Pero no creo que el descenso de frecuencia, disminuya la intensidad de esos momentos. Una cosa es que por falta de tiempo y de tener más cosas en la cabeza, disminuya el número de intentos y otra muy distinta es que éstas escapadas no sean igual o más o menos de intensas. Quien al coger, por ejemplo, una raqueta en su mano, de repente se le va la bola, la bola de su cabeza y se ve jugando la final de Roland Garros o cuando ve una pelota de fútbol, no se ve con la camiseta que ama, levantando y celebrando la Copa de Europa o la Copa de Asia. Aunque algunos a esto le llaman alucinac ión, pues yo creo que no, esto es creación.

                          Estos saltos en el vacío cada uno los hace a su manera. Pero tienen un hilo  en común, que consiste en que todos, al final, somos seres creativos. La creatividad, es un instinto primario, quizá el sexto de los cinco sentidos. Todos tenemos ese poder, el poder de transformar la realidad, y a veces y cuando es demasiado dura, la transformamos en una realidad más asequible o más comestible. Como si no, los niños del tercer mundo podrían sobrevivir a tanta miseria que les rodea. Pues por el poder de su imaginación. Claro que si ésta hambruna se prolonga en el tiempo, la imaginación se queda sin pilas y se apaga dentro de ese cuerpo reseco . Ellos transforman su desgraciada existencia, en un mundo mágico y donde no tengan cabida ni el hambre, ni las miserias, ni tantas penas.

                         Nosotros tambien en nuestro mundo, el que nos tocó vivir, tambien usamos la creatividad para sobrevivir. Basta recordar nuestros juegos de cuando éramos niños. Acaso con un rueda de bicicleta no llegamos a pensar que ganábamos el Tour de Francia o con un tirachinas en nuestras manos, no te cargabas a todos los pájaros del cielo e incluso ganabas las guerras interestelares. A ésta creatividad, tambien le llaman imaginación, pero mal llamada. Pues la imaginación es la misma creatividad pero suelta, libre, sin cadenas. La imaginación, queda dentro del concepto de la creatividad, es solamente una parte de ella. Se puede tener imaginación y no saber concretarla y entonces eres un ser imaginativo, pero no tienes que ser a la fuerza creativo.

                                 Se puede ser creativo sin apenas tener que imaginar. Pues crear es un instinto primario y como tal a veces no hace falta que pase por el filtro mental. Las manos, a veces, hacen cosas sólas y sin recibir una orden mental. Y cuando vemos lo que han hecho, enseguida pensamos, ¿el como lo habrán hecho?. Y nuestro proceso mental, rapidamente les da un sentido, una proyección. Es una proyección abstrata que posteriormente se concreta y cuando se concreta, ya se está creando. Lo poco que queda claro de todo esto, es que cuando nos imaginamos algo, no pensamos si se podrá realizar o no. Este último proceso mental se da, cuando el objetivo que queremos conseguir tiene algún atisbo de ser real. Si lo tiene, concretaremos los pasos a dar y si no lo tiene, lo dejaremos en paz. Solamente lo disfrutaremos en ese momento y en otros más, por muy irreal que sea, lo almacenaremos dentro de nuestros sueños, lo archivaremos en la carpeta de la Utopía.

       La creatividad, se relaciona casi siempre con grandes ideas, con su originalidad y mucho más con el arte de la Pintura, la Música, la Escultura y la Escritura. Una cosa es creatividad y recalco de nuevo que todos somos creativos y otra es saber plasmar esa creatividad en algo concreto, en algo que se pueda mostrar a los demás. En ésto, si que hacen falta herramientas. Para saber sacar, moldear y darle forma a los pensamientos. Esto sí que no lo conseguimos todos.

       Plasmar una idea y saber transmitirla a los demás, ya sea con letras, pintura o una fotografía, sí que esto no está al alcance de todos. Es un tema dificil y espinoso. Como también, que esta capacidad o cualidad, no se adquiere ni se aprende. Para desarrollarla tiene que haber una base, algo con lo que se nace. Aunque a veces puede pasar por delante de tú vida y tú morirte sin enterarte.
      Por eso, se puede crear sin aprender. Pero si se puede mejorar tú creación, aprendiendo técnicas, por ejemplo de lenguaje y con eso darás una forma mejor, más vistosa, más original, más atraíble, a tú creación. (Igual pasa con la pintura, la fotografía o cualquier otra).
      Pero, volviendo al principio. La base es común a todos, todos tenemos imaginación y por tanto todos somos seres creativos. El problema está, en que no todos somos capaces de concretar el sueño de cada uno, en un papel o en un lienzo. Pero, el sueño si que está en cada uno y cada uno le da rienda suelta, a su manera. 

     Así, que a soñar y a crear. Que es como realmente se disfruta en ésta puta vida. Nos quitan el trabajo, las pelas y los derechos, pero esto lo llevamos muy dentro y no hay un mal nacido que pueda llegar tan lejos. Es nuestro y esto no es negociable en ningún convenio.
Así, que a cultivarlo. No dicen que "el hambre agudiza el ingenio", pues que remedio nos toca, que comer del ingenio...

LA CLANDESTINIDAD

                  De Santiago de Compostela, recuerdo que también fueron tiempos de clandestinidad y de revoluciones, aparte de Universidad, pero no sólo en Santiago, también en Vigo aprendí éstas artes de esconderse, disimular, camuflarse, escaparse y también, acojonarse. Yo a los 15 años, era una especie de hipie ya casi en extinción y al mismo tiempo, era una esponja que absorvía la nueva moda, la era de la revolución, la revolución pendiente. Entre éstas dos aguas andaba y en ese verano se me ocurrió hacer un viaje por toda España y cuando junté la pasta necesaria, me puse un día a hacer dedo y emprendí mi viaje a lo desconocido. Por el camino quedaron Astorga, Asturias, el Pais Vasco, Navarra, Cataluña , Valencia y vuelta de nuevo al hogar y por la vía recta. No fuí capaz de completar el círculo, pues en mis planes estaba dar la vuelta a toda la península Ibérica, pero después de un mes de dormir en los parques urbanos y a veces en alguna pensión de mala muerte, estaba ya muy cansado, aparte de sucio y hasta los cojones de hacerme el hipie. De éste viaje, no saqué muchas conclusiones, quizá la de que ahí fuera, había un mundo extraño y no conocido hasta ahora por mí y me quedé con la promesa de conocerlo más adelante.

                                                  Ese invierno, yo seguía con mis flores cultivadas en mi cabeza, hasta que un reciente amigo  empezó a comerme el coco: que si las libertades, que si los derechos sociales, que si la clase trabajadora..., y yo enganché el anzuelo rápido y como siempre que me meto en algo, me metí hasta el fondo y hasta las entrañas y así pronto estaba organizando paros, manifestaciones y asambleas. Sin apenas darme cuenta, ya estaba metido hasta las trancas y ahí aprendí a saber manejarme en ese submundo, que es la clandestinidad.  Las reuniones eran de 3 o 4 personas, no más, por cuestiones de seguridad. Para llegar al sitio previamente concertado, había que cumplir una serie de normas, que estaban dentro del catálogo de la clandestinidad. Pasar por comercios con amplio ventanal y a través de su reflejo ver si alguien te seguía, pararse a atar un cordón del zapato y observar, dar unas cuantas vueltas a la manzana antes de entrar y por fin ver a las ventanas del piso de reunión, si las persianas estaban alzadas, era vía libre y si estaban bajadas, es que había un problema y había que acudir a la próxima cita en otro lugar ya concertado con anterioridad.

        Esta película de ciencia-afición, se repetía en cada reunión. Esto le daba sabor a miedo pero tambien la daba emoción y ésta emoción siempre era más grande que la propia reunión. La salida, era de uno en uno, con espacios de cinco minutos y ya en la calle ya no nos concíamos en absoluto. Desde aquí, desde ésta célula clandestina, organizábamos todo: asambleas, pintadas, manifestaciones,...El resto del trabajo era transmitir órdenes a diestro y siniestro y hacer que se cumplieran. En mi Instituto, recuerdo las asambleas, los paros y demás protestas, que organizábamos.Recuerdo el día en que el Director del Instituto se puso a llorar en la clase, por tanto lío montado y allí mismo, delante de todos y con las lágrimas cayendo por sus mejillas, anunció su dimisión. A nosotros no nos dio mucha pena, no eran tiempos para penas y menos para lágrimas, eran tiempos de luchas y de reivindicaciones.

        Al otro Director de Instituto, al anterior, que presumía de ser un tio muy rojo, pero que en clase era un cabrón, pues se reía, humillaba y ridiculizaba a todo dios, con esa prepotencia que sólo da el poder, aunque fuera un poder muy pequeñito. Así pues pronto empezó a circular una idea y pensamos en su Volswagen rojo, que él amaba tanto y un día y aún ahora no sé el porqué, el coche apareció en llamas y negro como un chamizo. No sé ¿a lo mejor por la noche le cayó un rayo?, pero el caso es que ardió. El pobre desgraciado prepotente y después de ésta, también acabó dimitiendo. En las asambleas programábamos las acciones y revueltas, una de ellas era conseguir que el autobús escolar fuera gratis, así que convocamos a todo el Instituto a subir en el mismo autobús oruga (los que son muy largos y en el medio llevan una especie de fuelle), lo hicimos en masa y dentro nos desplazamos a su parte trasera y todos al tiempo nos pusimos a saltar y claro el autobús hizo crak!, se partió en dos, por su punto más débil, por el fuelle. Despues de ésta nos quedamos sin bus, pero sin bus para nada, ni gratis ni pagando y así que nos pusimos a andar y esto si que era gratis.

         En Vigo, en nuestra vida cotidiana, no todo era revolución. Nos daba tiempo a divertirnos y tambien a follar como cosacos. Esto último tenía su guasa, pues a la hora de organizar orgías ya no había ideologías. Nos juntábamos anarquistas, troskistas, comunistas y maoístas, todos en piña, en el campo o en la casa de cualquiera. Una vez presté mi casa de la playa, con entrada por la ventana (no iba a pedir a mis padres la casa, para follar a destajo) y a los cinco minutos, tirando a mucho, ya estaban todos chingando como brutos, yo empecé a agobiarme y a pensar como iba a quedar la casa despues de éste folleteo sin orden ni mesura. Yo veía bragas, calzonzillos y condones por todas las esquinas, así que en ese mismo instante decidí que a partir de ahora, me era mejor ir a follar a casa de los demás y nunca más en la mía.

        Las clases tambien tenían su aquél, pusimos de moda en el Instituto, el quemar el pelo de un compañero. En esas épocas todos éramos unos asquerosos melenudos, por tanto siempre tenías a un melenas delante y la gracia, si la tenía, consistía en que el que estaba en el pupitre de delante y cuando se descuidaba, cogías el mechero y le quemabas la melena. De repente las llamas salían de su cabeza y rápidamente  el susodicho agredido las apagaba. La clase quedaba con un olor apestoso a pelo quemado y entre la niebla que quedaba y un tío a medio pelo o medio calvo, la clase proseguía como si nada y hasta que a otro se le prendía de nuevo la cabeza. En éste Instituto se pusieron de moda, el sombrero y las gorras y hasta el llevar casco.

        A los 16 años o sea un año después, la revolución ya ardía por mis venas y sólo pensaba en la lucha armada y como derrocar al poder y por supuesto en como instalarme en él. Así,que empecé a estar más incómodo en casa y para irme provoqué que el ambiente se hiciera irrespirable, para mi y mis padres. Llegaba a casa siempre tarde, hacía lo que me venía en gana y así las broncas fueron el plato de cada dia y claro, que llegó el momento esperado, una gran bronca, un portazo y asunto arreglado. Me fuí con mi orgullo a vivir a otro sitio, ya sabía a donde iba, todo estaba perfectamente planificado y pensado, y sin mirar atrás, me instalé en un piso junto a otros dos iluminados más. La vida transcurrió, pero hubo que hacer varios cambios. Al no tener pasta, no quedaba otra que ponerse a currar y lo primero era pasar a clase del Instituto nocturno, así podría currar por el día. Así lo hice y empecé currando en unos Astilleros. Aún se deben estar meando de risa los currantes, al ver a un chico fino, con cuerpo y manos de señorito en aquel tugurio lleno de ruidos  metálicos y de un fuerte olor a soldadura.

        Apenas duré dos meses. Entonces, me fui a otro curre, a una fábrica de gaseosas. Me tocó el peor curre, al ser el último en llegar, me tocó la cadena de producción. Esa que empieza a funcionar y sigue y sigue y sigue y es que no daban descanso ni para mear. Se me ocurrió, que la cosa tenía que cambiar y me puse a ello, intenté empezar a hablar con los compañeros proletarios, a quejarme de tanto currar, que no hay derecho, etc... A mi me llamaba la atención dos cosas, una que eran todos muy jóvenes y la otra que en cuanto les hablaba, se ponían a currar más. Hasta que un día ya se me apareció la Virgen, era viernes y para pasar el fin de semana en sus casas, vinieron los padres de los demás currantes, a recogerlos. Me olió chamusquina, y por fin cayó el telón y de repente me di cuenta que eran niños con discapacidad mental y convenientemente explotados y que para ellos era un favor del patrón que les diera un puesto de trabajo y claro, pagándoles una mierda. Así mis diatribas habían caído en saco roto. !Maldita sea su estampa!,el cabrón del patrón, no se conformaba con esclavizarnos en una cadena sin fin, si no que aquello ya era una  explotación bestial, era el colmo del esclavismo. Entonces decidí, que esto del proletariado se lo dejaba para otros, más fuertes y aguerridos que yo, eso sí me hice la fuerte promesa de poner en mi lista de sitios pendientes de ser quemados, aquella fábrica de mierda. A partir de ese momento tenía muy claro lo que quería y sólo quería estudiar y el proletariado se los dejaba para otros.


        En ésta fábrica aguanté cuatro meses más, se me hicieron cuesta arriba, pues la moral me quedó en los suelos. Despues ya me centré del todo en mis estudios y no dije nada a los demás, mi decisión ya estaba tomada. A tomar por culo todos los trabajadores del mundo y mi trabajo a partir de ahora sería, aparte de la revolución, el incar los codos con toda mi devoción... Y así hice, pero al no tener ingresos me quedé sin pasta, entonces tuve que plantearme el volver a mi casa. Para ello tuve que negociar con mis padres y quedamos en una cafetería para hablar de éste tema tan interesante. Yo creo, que yo lo hacía para intentar salbar mi orgullo, no porque creyera que se iba a cumplir lo pactado. En definitiva, quedamos en respetarnos mutuamente.  Éste pacto duró muy poco, pues yo seguía con mi revolución y a veces me levantaba a las 4 de la mañana para ir a hacer pintadas, a tirar panfletos a las puertas de una fábrica o de un instituto.  Dos o tres veces me pillaron mis padres ¡Menuda tontería! lo del pacto, ya anteriormente habíamos pasado la frontera del respeto y una vez que se cruza ya no hay vuelta atrás. Pero esto era lo que había. Así, que volví a mi casa con el rabo entre las piernas, pero en el fondo muy contento y con la esperanza de que llegara el momento de irme. y así fue, hubo una convocatoria  y que tuve la suerte de poder aprovechar. Y así fue, como en Febrero aprobé y en marzo ya me trasladé a estudiar a Santiago.

                   En Santiago me tocó contactar con mis nuevos camaradas, a los cuales por supuesto no conocía de nada. Por tanto, tuve una cita clandestina en una cafetería. A la cual acudí con periódico doblado, tenía que ser un periódico raro, que no fuera común y que no llevara un estudiante normalmente, creo que fue el ABC. El tema era que quien tenía que contactar conmigo de alguna manera tenía que identificarme y de ahí que llevara un ABC y si aún así se tenía alguna duda, mi contacto me hacía una pregunta muy rara, por ejemplo: ¿Como se llama el perro de tú vecino? y yo tenía que dar la respuesta correcta, que era a su vez igual de extraña, yo respondía, "se llama me pica el culo" y tenía que ser ésta la respuesta.

        Despues ya nos ibamos de la cafetería y ya concertábamos otra cita para la primera reunión en mi Santiago del alma. Que ilusión tenía y que alegría de poder estar allí, libre y a mi puta bola.
        Como llegué en el mes de Marzo a través de mi contacto revolucionario pude irme a vivir a un piso,en el que no conocía a nadie, pero al parecer eran todos fiables. Así, que un día me trasladé a mi nueva casa, tenía tres compañeros de piso y como llegué el último, me tocó la habitación que quedaba libre. Era una mierda de habitación, apenas cabía la cama, era interior, sin ninguna ventilación, pero era lo que había.

       Mi llegada al piso, fue bien acogida por mis compañeros, era una solución para tener que pagar menos. A los pocos días, empezaron a venir chavalas, venían a darme la bienvenida y de paso darme un buen repaso. Resulta que me precedía la fama. Durante los dos últimos años en Vigo, se habían organizado muchas huelgas y manifestaciones de estudiantes y de todas y en gran parte se me hacía a mi responsable, en parte era cierto, pero seguro que no tanto. Ya se sabe que en esos momentos hacía falta crear líderes y victimas del franquismo. Y a mi de momento me tocó ser el primero, era el líder de los estudiantes de Vigo y ésta era la fama que me precedía. Hasta aquí sin problemas, después la mecha de que era un lider se encendió por muchos sitios y entonces empezó la fiesta, el paseo de tías fue un goteo constante. Yo, por mi parte no me opuse para nada, era el rey de la selva y aquello era una orgía perpetua. Me dejé querer todo lo que pude y yo andaba como flotando entre tetas y más tetas y durmiendo sobre las nubes. Después empezaron los exámenes finales y hubo que hincar los codos y ahora lo de follar ya era sólo de vez en cuando. Me puse como el gato con botas y encima aprobé mas´de la mitad de las asignaturas.

 Prosiguió el verano sin muchos cambios, bueno sí, de nuevo volví a Vigo y a principios de Septiembre volví a Santiago. El 1 de Octubre de 1975 fue una fecha que llevo en el alma, nunca nunca se me olvidará el 1 de Octubre. Ese día me fuí con un amigo y compañero revolucionario, a matricularnos en la Facultad. Cogimos los papeles de las matrículas y nos fuimos a una nueva cita con nuestro contacto. La cita era en una plaza grande y nosotros quedamos en una esquina determinada y al lado de una cafetería muy conocida en Santiago. Pasaron los minutos y el tío no llegaba, empezamos a inquietarnos, ya no sabíamos lo que hacer, pues empezamos a preocuparnos. Para que pasara más rápido el tiempo, nos sentamos en un alfeifer de una ventana y nos pusimos a cubrir la matricula, entonces con los nervios no parábamos de ver hacia donde suponíamos que tenía que venir el tio y a continuación seguíamos rellenado la matrícula. Era una sucesión, de miradas ansiosas y de escribir a ratos. Estábamos tan atontados, que no nos reparamos que hacia donde mirábamos con tanta frecuencia, había dos policías nacionales. Y claro, de tanto mirar hacia ellos o eso pensaron, se fueron mosqueando y cruzaron la calle y empezó el baile. Como íbamos a una reunión clandestina, íbamos cargados de papeles y escritos y todos muy comprometidos. Así, cuando sacaron el primer papel raro, ya vino de inmediato una furgona con nosecuantos policías y pa dentro y a la Comisaría sin más preámbulos.

        La llegada a la comisaría fue interesante y muy bonita. Los policías hicieron una especie de sardana e hicieron un  círculo pero con nosotros en el medio. El primero te daba una buena hostia y llegabas al segundo, el segundo te la daba aún más fuerte y llegabas al tercero y así consecutivamente. Era una noria de hostias, un baile nuevo. Los policías se iban caléntando y ya no preguntaban nada, sólo estaban centrados en nuestras caras. Llegó un momento en que pararon un rato y me acuerdo que mi amigo quiso aprovechar éste momento y les dijo que por favor no le dieran en el ojo derecho, pues le habían operado del conducto lagrimal el día anterior. Empezó de nuevo el baile y ahora las hostias iban todas dirigidas al ojo de mi amigo, pronto aquello no era un ojo, era una tomatera. Cuando se cansaron de dar hostias, hubo uno que nos dió una pista de que iba aquello.

        Resulta que era el día 1 de Octubre de 1975, como dije antes y ese día se inaguraron los GRAPO, los Grupo Revolucionarios Primero de Octubre, la A, no se muy lo que significa, puede ser Armados o puede ser Asesinos,los dos son igual de válidas. Los GRAPO acababan de cargarse a cinco policías nacionales en Madrid. Los policías estaban fuera de sí y les dio por pensar que nosotros éramos del Grapo. Despues nos tiraron en dos celdas asquerosas con una cama de cemento y una simple manta. Cada media hora se encargaban de venirnos a visitar, no para darnos más hostias, si no para que no pudiéramos descansar ni un sólo momento. Los de las hostias nos esperaban en el primer piso...

   Desde que nos instalaron en la suite del hotel Palace o sea en la celda de castigo, ya cambiamos de manos, los policías Nacionales sólo venían a la celda a despertarnos a gritos e insultos y también para acompañarnos a subir al primer piso. Aquí ya había otros policías, estos iban de paisano (les llamábamos los secretas, de la policía secreta), al verlos de paisano, uno se relajaba un poco, ya no eran todo uniformes y te entraba una bana esperanza de que éstos nuevos policías, no te darían tantas hostias. Pero esto sólo fue un momento, pues pronto se te quitó la idea, de inmediato pusieron manos a la obra y empezó el interrogatorio. Este siempre se realizaba en un cuarto sin ventanas, para seguir sin tener referencias del día o de la noche . Con luz de interrogatorio de película, la luz de un flexo en tú cara. El tiempo en ellos transcurría despacio, muy despacio. Se empezaba haciendo la misma pregunta. Si ibas a cantar como una gallina. Si era no, como era, ya empezaba el poli malo, a descamisarse, a remangarse, a fruncir el ceño, en señal de cabreo y a frotarse las manos, en señal de ponerse las botas. A continuación, se iba el poli bueno y empazaba la fiesta, sin más preámbulos. Primero te calentaba la cara con unas buenas bofetadas (todo un detalle, por cierto), despues ya cerraba los puños, y tanto los cerraba que ya no le corría la sangre. Al principio el viaje del puño empezaba cerca de tú cara, despues empezaba lejos, el puño se levantaba, cogía carrerilla a su espalda y caía como una exhalación. Era un martillo pilón lo que te venía encima.


        Cuando se cansaba fisicamente de dar hostias, digo fisicamente, pues mentalmente el seguiría hasta que la gallina cantara o pusiera un huevo, dejaba transcurrir unos minutos. Unos minutos en el que él empezaba a preparar el material para la siguiente función. Te enseñaba una pistola, una palangana, las esposas, etc..., todo muy despacito. Para que te enteraras de lo que iba a venir y si cabía una señal de miedo o de duda, si esta no la percibía, pasaba a la acción, para él tan deseada. Empezaba el baile de nuevo. Lo primero era ponerte la pistola en la sien, con fuerza para que el cañón se marcara en la piel. El apretaba el gatillo y la pistola se disparaba, tú ya te habías despedido de todo y dejabas tús bienes al perro del vecino. Hacías un somero repaso de tú paso por tú corta vida y ya despertabas de tú viaje astral. Estabas vivo y entero y claro después de semejante momento, notabas entre tús piernas el calor de tú propio meo y no sólo eso, el olor de la plasta que llevabas pegada a tú culo. Era magnífica ésta sensación nueva, cagarse y mearse todo a la vez, !que placer!, tanto me gustó esto, que sigo practicándolo por lo menos una vez a la semana. Como poco a poco te hacías con el truco y él lo sabía. Le iban añadiendo más ingredientes a la salsa, decían que las otras veces estaba descargada, pero como ahora estaba hasta los huevos, esta vez si que la había cargado. Así que lo sentía mucho,...

        Pasado éste momento tan divino. La cara estaba bañada en lágrimas, yo lloraba por fuera y por dentro, tú cerebro era papilla, se quedaba en aquel momento congelado. Eras un muñeco hueco, sin sensaciones ni pensamientos. Sólo te abrazaba el miedo, pero habías llegado tan lejos, que había un momento en que el miedo desaparecía. Ya no tenías miedo a nada, ni siquiera a la muerte y hasta pensabas en ella como tú única salida de aquel infierno. Después y ahora sin pausa, venía otra buena dosis de hostias. De atontado y agotado que estabas, ya casi no sentía nada. Aquí creo que se equivocaban. Pues después de darle un beso en la boca a la muerte, las hostias sólo producían odio, ira y rabia. Lo mirabas desafiante, le mantenías la mirada y le marcabas un esbozo de sonrisa. Esto le disparaba y el tio se encegaba. Pero uno como en ese momento, no sentía ni padecía, ponías cara de poker y eso le jodía aún más.

        No es que fuera un héroe o un superman del tiempo, no, lo que pasaba es que tonto no era y como diera la más mínima señal de debilidad y dejara entrever, que era cierto lo que ellos pensaban, iban a empezar a tirar del hilo y esto seguro, que llevaría el mismo derrotero que antes, a hostia limpia. Además que nunca tendría un final, pues siempre habría algo más que sacar. Así que no fue por no cantar, ni por ser un héroe de leyenda, simplemente lo fue por puro instinto de supervivencia.
        Toda ésta película duró tres días. A mi parecieron tres años. Pues me aplicaron, lo que ellos llamaban "la ley antiterrorista", en la que podían ampliar el plazo de detención de 24 horas a 72 horas. Así pasaron los dias, y yo ya estaba cómodo en el túnel del miedo y para mi la esperanza ya había huido y hacía tiempo. Pero llegó el día, siempre llega cuando estás con el agua en el cuello, y nos anunciaron que iríamos al Juzgado.  Yo no me lo creía. En ese momento era un desconfiado, me enseñaron a serlo con sus tretas, primero una buena noticia y despues una buena hostia, así que yo prefería la hostia directamente, sin preámbulos, sin vaselina, !estaba harto de ese juego!. Cuando nos metieron en el furgón de la policía, ahí empecé a notar como el ánimo me calentaba, como las sienes me latían, como sudaba y me aceleraba y como mis pupilas se dilataban. Todos eran signos de que mi alma se llenaba de vida y que ésta había entrado por una rendija, por una rendija que la esperanza siempre deja.

        Despues, fueron trámites y más trámites, declaraciones y mentiras y el resultado fue, el que ya se sabía, ibamos directos a la cárcel por asociación ilícita. Nos llevaron a la Cárcel de A Coruña, la que está al lado de la Torre de Hercules. Bendita Torre que ilumina el mar todas las noches, pero en éste caso también iluminaba  a los que estábamos entre las rejas. La entrada en la Cárcel, fue de curiosidad sana. El miedo había quedado en Santiago, dibujado en las paredes de la comisaria, ahora tocaba ver, mirar, observar y callar. Concentrarse en todo y en los pequeños detalles, fotografiar el entorno y quedarse con los semblantes.
        De aquellas, en las cárceles, había una parte para presos comunes y otra para presos políticos. A mi por lógica, me tocó con los políticos. Los compañeros de aventura, nos recibieron con entusiasmo y cariño. Se les veía enteros y contentos, pues a pesar de seguir en la dictadura de Franco, ya se asomaban tiempos inciertos: la enfermedad de Franco, las revueltas en la calle,la incertidumbre de los poderes. Todo hacía indicar que aquello por algún sitio iba a estallar, que eran días o quizá unos meses.
        Aquello funcionaba por dentro, en comunas y cada una tenía su representante. Así el primer día ya nos soltaron el rollo, cada uno su rollo. Había una comuna de etarras, eran tres, que les gustaba estar sólos ellos tres y ni se molestaron en explicar nada, o se estaba con la ETA o no se estaba y si además no eras vasco, pues para que molestarse. Había otra, que era la de los GRAPO, tenía sólo un integrante, que se deshacía explicancándote las virtudes de su comuna y que era la única unitaria y abierta, pero a medida que iba narrando, el mismo se daba cuenta que sólo podía estar él, pues las trabas eran tantas que solo el las cumplía. Despues había la de los revisionistas (el Partido Comunista y los de Comisiones Obreras), éstos eran pocos, pero estaban descartados por principios, eran revisionistas y nosotros izquierdistas, por decirlo de alguna manera. Con lo que nos quedaba la última, la que decían que era unitaria, abarcaba desde el Movimiento Comunista, al Partido de los  Trabajadores y a la Liga Comunista Revolucionaria (los troskistas), nosotros al ser del Movimiento Comunista, entramos en ésta sin apenas comerse el coco. Pusimos las pelas que había que poner para gastos comunes, nos pusimos de acuerdo en la aportación a nivel de comida, la parte que tocaba dejar de lo que nos traía la familia y ya está, todos contentos.
        Estos días fueron plácidos y tranquilos, de disfrutar y reir a carcajadas, de jugar como los niños, de hacer bromas sin sentido. Todo era armonía y alegría, nos reuníamos para darnos charlas para ver quien se comía más el coco, jugábamos partidos de baloncesto, entre presos políticos y presos comunes, poníamos la radio, radio Paris, para escuchar los nuevos  partes de la enfermedad de Franco, echábamos partidas interminables a las cartas, mientras hacíamos todo esto, los etarras se dedicaban a vigilar, insultar y amenazar a los carceleros, les ponía su poder, el poder que da el tener armas y ellos disfrutaban con ese juego macabro, le encantaban las amenazas de muerte, no hace falta explicar más su simpleza y su calaña. Además de asesinos, eran como niños encerrados en la Guardería, no paraban de imaginar las posibles vías de escape, como hacerlo, en que momento y con que medios. Cada día era una historia distinta, a la que  por hartazgo, ya nadie le hacía ni puñetero caso.
        Despues de salir de chirona, me tuve que dar un paseo por Vigo, para recibir la enhorabuena de parte de mis padres, !estaban locos de contentos!. Logicamente, me cayó la del pulpo y me amenazaron que a lo mejor tenía que dejar la Facultad. Esto pasó y ya llegué de nuevo a Santiago, no me recibieron en manifestación, pues estaban prohibidas, pero en seguida noté que algo había cambiado. Por las miradas, por lo que habia detrás de ellas, por como te oían y te escuchaban, por como asentían a todo lo que dijeras, eras un pequeño dios en la tierra, eras un héroe revolucionario, que no había cantado, que había pasado por encima de la tortura,..., todo esto y más eras a sus ojos y allí estabas como uno más, sólo que ellos, los demás te ponían en un altar. Como me gustaría explicarle a todos, que yo no era un héroe de nada, que yo no había cantado, no por los demás, ni tan siquiera por la revolución, !que va!,lo había hecho por mi, sólo por mi, por mi ombligo, por salvarme yo, sólo yo y nadie más, que yo había sopesado todo, que cantar sería como cabar mi propia tumba, que sólo era eso, que no había más, pero como hacerlo, si en aquellos tiempos era imposible...
        Menos mal, que dios existe y me echó un cabo. Pues los acontecimientos anunciaron la muerte de Franco. Para mi fue un doble alivio, por un lado se desviaba la atención y se concentraba en la muerte de Franco y por otro era un motivo de celebración y alegría. Esa noche Santiago se tiñó de fiesta, corrió el vino, el champán, los abrazos y las risas.
        Los días siguientes, siguió la fiesta, pero más moderada. El activismo político si que no paraba, asambleas, manifestaciones, panfletos y pintadas, todo era febril de noche y de día.
        Fueron tiempos dulces, de comerse el mundo, de replantearse todo, de disfrutar de los pequeños momentos, de correr todo el día, de dormirse sobre los panfletos y tambien como no, de transición política, así le llamaban, a aquel contubernio de negociaciones en las altas esferas. Esta transición iba a una marcha diferente a nuestros objetivos y esperanzas, lo nuestro eran ideales descarnados de utopías y deseos.

        Claro que llegó un momento, siempre llega, en que estos dos mundos se encontraron y claro chocaron y ahí si que se nos cayó el palio, los deseos se nos escaparon entre los dedos, la utopía se fue de vacaciones al Caribe y al final no quedó casi nada, algo sí, pero muy poco. Tanto luchar por llegar a la cima, pensar que estuvimos tan cerca de ella y resulta que al final no nos habíamos subido ni a su primera piedra.
        Pero ésta fue una conclusión a posteriori, mientras disfrutamos como cosacos, vivir al día era nuestra consigna, disfrutar de cada instante era nuestra meta y comerse el coco en aquellos momentos, no entraba en los planes de nadie.

SANTIAGO

Eran tiempos de la sin razón, en que lo importante eran los objetivos y para nada importaban los medios. Pues en ésta plaza, en su Catedral, para ser más concreto, tambien hicimos varios encierros. Sólo que aquí nadie planteó, por suerte, ninguna quema de puertas. Estos encierros en la Catedral son dignos de mención, pues éste si que era un encierro con arte. Eso si, sin mucha devoción. Estos encierros los aproveché para conocer la Catedral por dentro. Ya que por fuera ya Éramos amigos de toda la vida y sobre todo su tejado, ese tejado lleno de balaustradas, escaleras y figuras de piedra.
        A su tejado, subíamos por la parte trasera, en la parte más baja, la que daba a la plaza de la Quintana. Esto sólo se podía hacer de noche, pues era cuando la vigilancia se relajaba. El paseo nocturno por los tejados de la Catedral, es un paseo que nunca se me va a olvidar. Primero andábamos por sus callejuelas rodeadas de barandillas, cruces y figuras, y ya desde la cima dominábamos el mundo. Y allí, desde ese punto, ese punto de tener al mundo bajo tús pies, nos fumábamos el primer canuto. Las palabras, las risas, resonaban como si  estuvieramos dentro de una caja hecha con piedra. La luz de la luna, la lluvia fina, la neblina y el canuto, todo ayudaba al viaje al fin del mundo. Seguíamos el paseo sintiendo el poder en las venas e intentábamos interpretar esas figuras y caras talladas en piedra. Descubrir los secretos que tenía escondida, tocábamos, saltábamos, corríamos y disfrutámos, hasta que el amanecer se anunciaba. Era hora de desandar lo andado y  caer de nuevo,en la plaza de la Quintana.
     
        Esta plaza de la Quintana, tiene unas escalinatas, no unas cuantas, sino bastantes. Que servían logicamente, para subir y bajar, pero su principal función era la de hacer de Solarium. Sus asientos eran tumbonas de Balneario, que servían para retozar al sol. Al mínimo rayo de sol, rápidamente se llenaba de adictos y esa plaza se transformaba en un hervidero de conversaciones cruzadas, de sentimientos encontrados, de ilusiones perdidas, de deseos incontrolados. Todo esas voces entrelazadas, se tornaban en una sóla voz, que rebotaba en la piedra de la plaza.
        Esta plaza, aparte de servir para retozar y de servidumbre de paso. Servía y sirve para muchas cosas. Por ejemplo, para hacer Asambleas Abiertas. Abiertas eran, pues todo dios podía acudir, otra cosa diferente, era poder hablar. Pues era lo de siempre, hablar hablábamos los mismos, con el mismo rollo y las mismas letanías. Yo, llegando a éste punto de la película. En la que la repetición era su protagonista. Ya echaba humo por las orejas, me levantaba y gritaba con voz apasionada, que teníamos que irnos de manifestación por las calles de Santiago.
        Aquí, en las manifestaciones, yo ya no era yo, era un bulto con ojos salidos. El sudor ya no era sudor,era epinefrina pura. Me movía, organizaba, gritaba cuatro consignas y no sé como lo hacía pero siempre acababa en la cabeza de la manifestación. Despues, venía la disolución de la manifestación. La policía se encegaba y daba de hostias a todo dios.  Nos dispersaban y nos juntábamos de nuevo. En cada esquina se hacía un nuevo grupo, sólo que de cada vez más reducido. Y llegado a un punto, en el que ya sólo saltábamos dos o tres, nos mirábamos a la cara y entonces entendíamos, por fin, que aquello ya se acababa. Y aún con el cuerpo cortado, por tenerse que ir, alzábamos la voz con un sólo grito común: !asesinos!.
        Los paisanos de Santiago, estaban acojonados. Por un lado, la poli dando hostias brutales y por otro lado, los estudiantes piraos destrozando el mobiliario urbano. Cogían sillas y mesas de las terrazas y las usaban de parapeto policial. Cuando no iban y cogían un coche en bolandas, entre ocho o diez y lo plantaban en medio de una calle. Difícil dilema el del paisano de a pie, la policía era seguridad y decencia y los estudiantes aunque estaban piraos, eran los que le daban de comer. Así que en ese momento del dilema tomaban la solución más pragmática, la cual se resumía en esperar a que llegara primeros de mes. Para que su bolsillo de nuevo engordara con el alquiler del mes.
        De vuelta a la plaza. A esta plaza, sólo la recuerdo llena hasta los topes, una vez al año, el 25 de Julio,dia del Apostol Santiago y tambien Día da Patria Galega. Como se ve se cumple el axioma,se juntan la religión con lo profano en el mismo día.!Así es la vida!.
        Ahí, en ese día, se reunía todo el ganado gallego. Con su pedigrí de pura cepa, de auténtica ternera gallega y como no, primero siempre desfilábamos por las calles de Santiago en manifestación, con su punto final, en la Plaza de la Quintana.
        Como todo tema patriotil, aquello estaba lleno de banderas y de consignas que ensalzaban las virtudes de nuestro querido pueblo. Los defectos los dejaban para funerales, entierros y velatorios.
        A continuación, se daba rienda suelta a los mítines. En los que siempre hablaban los mismos, (igual que en las Asambleas). Como todos ya sabíamos de que iba, sólo esperábamos el momento de entonar nuestro "Himno Galego", todos a coro, en una sóla voz.
        Cuando sus últimas notas aún resonaban, nos dirigíamos hacia los vinos y aperitivos. Como aquí en Santiago, hay más bares que piedras, pues no había problema y se empezaba por el más cercano y despues sólo había que dejarse llevar por la bajamar.
        Despues de darse todos un buen baño de vino. Sonaba la corneta llamando a retirada y todos como corderos nos dirigíamos a una Carballeira,(el roble simbolo de nuestra amada tierra) y bajo su sombra nos cobijábamos de la lluvia y a veces del sol.
        Allí, nos deleitaban con más vino, empanadas variadas, pulpo y demás viandas da nosa terriña galega.
        Llegada ésta hora, ya uno buscaba donde podía tumbarse, para echarse una buena y merecida siesta. El problema estaba,en donde apoyar la cabeza, si en un árbol o un regazo amigo y mejor si era de mujer. Pues estaría bueno que despues de luchar, reivindicar, comer y beber, va uno y liga, pues que iba a ser, un día completo.
        Con los efluvios del alcohol encima, junto a la conquista del día. Tú te hinflabas, como lo hace el pavo real y cantabas a pleno pulmón las notas del "Oliñas veñen e van", y al ponerse uno de pie, parecía que ésta Carballeira estaba encima de un trasatlántico en medio del Océano Atlántico.
        Bajando de la plaza de la Quintana, por unos escalones de piedra,llegamos a la plaza de las Platerías. Una plaza pequeña, pero muy bella, con duende. Que se rodea casas con blasón y a su vera, está la omnipresenta Catedral de Santiago de Compostela.
        En el medio tiene una fuente, de la que emergen cuatro o seis cabezas de caballo y de su boca sale un chorro de agua. Aquí recuerdo sentarme en sus escaleras y tambien algunas actuaciones musicales. Con esa sonoridad más recojida, más íntima, más envolvente, en la que se mezclan las notas musicales con el sonido de los chorros del agua.
        Al lado de ésta placita de plata, está la calle de los vinos, la calle de "El franco". En la que cada portal es un bar. En ésta misma calle, no recuerdo la fecha, se hacía el "Paris-Dakar". La diferencia era que no se hacía con coches, si no con los vinos. Daba la casualidad, que al principio de ésta calle, había un bar que se llamaba Paris y al final de la misma, había otro que se llamaba Dakar. Esta era una carrera de vinos y había que entrar en todos los bares, e ir tomando un vino tras otro,uno en cada bar. Participaban bastantes, pero llegaban muy pocos.
        En ésta calle llena de bares, había uno que me encantaba, "El Gato Negro". Era una tasca auténtica, con una barra pequeña y al fondo unas cuantas mesas. Me acuerdo, que el día que iba a por el giro postal, el que me traía la pasta, lo primero que hacía era acudir a éste bar a pedirme una nécora,sólo una,pues la pasta no daba para más. La saboreaba, la olía y por supuesto me la comía. Las manos no me las lavaba, así me llevaba su perfume a mar.
        Esta calle alberga en sus fauces otra placita muy coqueta, no me acuerdo de su nombre, pero si tengo su fotografía en mi memoria. Me acuerdo de cada rincón, de su fuente, de su luz, de su vida. Enfrente de ella está un edificio precioso, "El Palacio de Fonseca", que en su día fue un palacio y ahora una Facultad. En mis tiempos la Facultad de Económicas. Este edificio, es una injuria a la vista, una explosión de oxígeno líquido. Sólo traspasar su entrada, es entrar en el limbo. A los lados, tiene unos pasillos desde los cuales se acede a otras aulas y por el otro lado, se divisa un patio precioso. Te quedas absorto y de piedra, para no desentonar con la piedra que te rodea.
        Seguimos la calle y ésta, nos vomita al final a una Alameda. Que es como todas las Alamedas, llena de árboles y plantas, sólo que ésta tiene un encanto especial. Para llegar a su punto más álgido, aún hay que andar un buen tramo. Pero merece la pena, pues es un punto mágico, se ve la ciudad con su catedral, con sus iglesias de postal, con su exuberancia de piedra.
        Despues de esto, es mejor dejarlo todo e irse a comer, para así digerir tanta belleza. Al final de la comida, recomiendo una copa fría de un buen orujo casero. Será una explosión por dentro, un calor, un sudor, pero siempre te reconforta. A continuación es aconsejable un buen paseo, para hacer la digestión, y es buen momento para volver sobre nuestros pasos y volver a recorrer las anteriores calles,ya que dada la hora,las calles están semivacías y se puede observar con cautela, cada rincón que nos enseñan las piedras.
        Los dias de lluvia, recorrer las rúas con sus soportales, al abrigo de la lluvia, ver como ésta cae en finas cortinas y como crea reflejos en la piedra del suelo. Si a uno le empieza a entrar el frio, hay una solución, en la "Rúa Nova", hay un bar pequeño, donde caben 2 o 3, que se llena de estudiantes. Y en el que sirven un mejunje, que se llama "tumbadios". Ya os figurais el brebaje, aguardiente mezclado con licor café, !!que mejor combinación!!. Lo tomas y ya entras en calor, por la boca te salen llamas como las del dragón. Ahora sí, !que importa el frio!, la lluvia, el hielo o la nieve, despues de este subidón...
        En Santiago, igual que se hace la ruta de los vinos,tambien se podía  hacer la ruta de las Plazas o de las Iglesias. Pues tanto unas como otras abundan en ésta ciudad. La Iglesia de San Martin Pinario, con sus columnas inclinadas, es visita obligada y de paso se conoce su barrio de alrededor y si es por la mañana mejor. Pues queda de paso la plaza de Abastos, toda ella tallada en piedra, con su bullicio, con sus quesos de tetilla expuestos sobre hojas de verdura, con sus carnes de cerdo o de ternera, con sus lacones o chorizos, con todo tipo de empanadas. Uno no tiene ojos para todo, sus olores, su karma, su alegoría al buen gusto del paladar. Uno no puede con todo, son muchas cosas a la vez y optas por quererlo todo. Pero el sentido común, el más común de todos los sentidos, te frena en seco y recapacitas. Esto va a dar un tufo insoportable en el avión, esto se espachurra..., y al final, de atolondrado que te quedas, sólo ves lo que tienes delante, a un palmo, no más. Y eso es lo que al final te vas a llevar. Al final, son siempre tres cosas, queso, lacón y grelos y  asi te vas tan contento, feliz de la vida con tú compra.
        Cuando por fin pasas el mercado. Te asomas al barrio que en su seno acoje a la iglesia de San Martin Pinario. Este es un barrio tambien hecho de piedra, quizá un poco menos afinado, pues la piedra sigue siendo de granito, pero quizá no tan fina como en el centro, pues éste barrio en sus tiempos, fue un suburbio de la ciudad.
        A la izquierda del mercado, a unos trescientos metros, hay una plaza, en que su único encanto, es que desde ella se acede al Museo do Pobo Galego,que yo no conozco personalmente, pero dado el nombre que tiene debe ser interesante y bonito. A su lado queda un gran edificio, que es un seminario con cuatro gatos que quedan como seminaristas.
        Subiendo la cuesta que hay en ésta plaza, llegamos a otra placita muy mona. Lo sé porqué viví cerca de ella. Y ésta plaza, era mi fuente de pensamientos y el porqué de mi existencia, sobre todo cuando me encontraba con varios suspensos presentes. De aquí parten tres calles, dos estrechas y alargadas, que albergan algún pub y poco más. Estas dos calles dan a una plaza, la Plaza de Cervantes, flanqueada por casas y por una iglesia, faltaría más. Esta plaza,  tenía diversas esquinas. En una de ellas estaba el ciego con sus cupones. En otra los estudiantes sentados. En la tercera, estaban las amas de casa, por su paso obligado hacia el mercado. Y en la esquina más remota, se agazapaban los yonquis esperando a su camello. Siempre nerviosos e impacientes, hablando de su monotema, de su última dosis. Si el caballo de hoy es mejor que el de ayer, si me prestas una cucharilla, si tienes limón, si me faltan cien pesetas para comprar una papelina y al final todo acababa en gritos y peleas y sólo se tranquilizaban al ver llegar al camello. Entonces ya todo eran prisas, pisotones y mentiras. Que si llevo dos horas, que no me he puesto nada desde hace dos dias, que yo estoy de mono. etc...Una vez servidos, se evaporaban como el agua y ya sólo necesitaban dar de comer a su vena. Y para ello buscaban el rincón más escondido....
        Santiago, no sólo tiene piedra de granito, iglesias, cementerios, plazas y monumentos. Tambien tiene, como todas las ciudades, una parte nueva. Una preciosa parte nueva. Creo que los arquitectos eran todos de la once e hicieron una selección previa, a ver quien era el más ciego y a ese fue el que cogieron para llevar adelante ésta gran y ardua empresa. Esta parte de Santiago, es un hervidero de edificios, de todas las formas y tamaños, un pupurri, un diseño de ensueño.
        Este análisis o repaso de la parte nueva de Santiago, había que extenderlo a todas las partes nuevas del resto de las ciudades, es verdad, pero resulta que ésta parte nueva, de Santiago,hace mucho más daño,pues al lado de una ciudad vieja,que perdura en los siglos de la historia,a su lado tienen la osadía de construir un vertedero,una chapuza,un monumento al cemento,esto es lo que me enerva y me desquicia,por lo menos un detalle,digo yo,si la construyeran a varios kilómetros de ésta bella ciudad vieja,aún tenía un pase,pero justo al lado,yo sinceramente pediría la pena de muerte al señor que tuvo la idea.
         Bueno,vamos a lo que vamos y centrémonos,!cálmate chiquillo!,como diría mi cuñada.Asi que en éste hervidero,vivíamos la mayor parte de los estudiantes,en pisos compartidos y en el medio,no sé si por sorteo o porque no les quedaba otro remedio,algún paisano atontado,que con el tiempo pasaban a ser zombies,no comían,no dormían y siempre entraban en una depresión tan honda, como la de la Fosa Atlántica,sino más.
        En ésta selva de hormigón y de cemento,transcurría el devenir de nuestras vidas,la levantada era tardía,malcomíamos y cuando llegaba la noche,con luna o sin ella,nos transformábamos en los amos de la noche.Allí no dormía ni dios,de noche todo era un ruido infame,en la calle,en las casas,en las camas y en los wateres.Estas noches infernales,se prolongaban por lo menos hasta las tres de la mañana,otras veces nos daba de cara, el sol de la mañana.
        Estos pisos de estudiantes,al ser compartidos,los paisanos se aprovechaban de ello y el alquiler era a precio de piso de lujo,y no sólo esto,tambien el mobiliario del piso era de sexta mano,comprado en un Reto o cualquier chiringuito que se precie de vender muebles enclenques y feos.
        Así que con éstos antecedentes,de vez en cuando nos mosqueábamos y organizábamos una revuelta, exigiendo,por lo menos,una rebaja del precio de los pisos.Aquello se convertía en una caldera,todo eran gritos y bullicio,cruzábamos coches en la calzada,quemábamos todo en cientos de hogueras,y de cuando en vez una "cacerolada",que consistía en salir a la ventana o al balcón,coger un cazo cualquiera del piso y con el primer utensilio,aporrearlo con fuerza,con todas tús fuerzas,hasta que se rompía el cazo o el utensilio.Como se ve aunque fuéramos estudiantes,quedaba demostrada la teoría de que procedíamos de los primates.Cuando entrábamos en éste brote colectivo,las horas de sueño eran pocas y mañaneras,el silencio de la noche pasó a ser el silencio mañanero.Al cabo de una semana de tan ardua lucha,las ojeras ya marcaban nuestra cara.
        La noche,era febril,de actividad constante,ibas a una casa,despues a otra y en cada visita te asomabas a la ventana,con tú cazo en ristre y con un utensilio cualquiera en la otra mano.Entre casa y casa,abajo en la calle,hablabas con amigos y desconocidos,alrededor de la hoguera o mientras ayudabas a rompre los muebles de sexta mano,todo iba a la hoguera,para que despues digan que de aquellas no se reciclaba.
        Sobre las tres de la mañana,cuando se apagaban ya las hogueras por falta de más material inflamable,tocaba la trompeta la retirada,pero antes de dirigir nuestros cuerpos a la cama,era de rigor hacer presencia en el último acto,en la gran hoguera,que siempre se hacía en nuestra "Plaza Roja" (su verdadero nombre de pila,no me acuerdo muy bien,pero creo que era la "Plaza de José Antonio"),allí ya era la muerte,se quemaba todo igual,sólo que con más ganas y en cantidades industriales,los muebles de los pisos,el mobiliario urbano,los materiales de obras,en fin,todo lo que ardiera.Esta si que era la despedida,los fuegos artificiales de la fiesta,y ya cuando las llamas se doblegaban,partíamos hacia el camino de vuelta,cada uno a su cama o si habías tenido suerte en ésta noche tan larga,a la cama de una que hubiera caído en tú telaraña.
        Cabe una reflexión seria de todo esto, ¿Que fue de los paisanos que vivían rodeados de tanto indio?, pues muy sencillo,como dije al principio,de dormir tan poco, por la mañana se dedicaban a ponerse a la cola para pedir la cita al Psiquiatra de su Ambulatorio...
  En definitiva, de Santiago me quedo con todo o casi todo. Ya sabéis mi opinión acerca de la parte nueva de Santiago. Del resto me quedo con todo, para lo bueno y para lo malo. Me quedo con sus piedras, con sus calles estrechas, con su mercado, con sus plazas e iglesias y hasta con sus vinos (por cierto antes se me olvidó comentaros, que antes de deglutir el primer vino, conviene zamparse un almax o un omeprazol, !el que avisa no es traidor!) y puestos a decir tambien con sus bocadillos.
        Hablando de bocadillos, os recomiendo un sitio singular y pintoresco. Es un bar de bocatas, que está situado al final de la calle de los vinos (la calle de El Franco, para los profanos). Al pasar cerca de éste bar, el olor de su plancha te impregna y el humo tambien, pero como muertos de hambre que éramos, ese olor nos fundía las entendederas y como zombies enfilámos hacia su puerta. Se bajaban dos escalones y entrabas en la guarida y entre la bruma de humo, medio distinguías a un tío que lucía un mandil de cocinero, que le cubría parte del pecho y debajo llevaba una camisa que en sus tiempos debió ser blanca. Con unas medallas colgadas desde la época de la guerra civil y con unos ribetes muy marcados por los surcos de su sudor sobaquil. Así que, con sigilo, te acercabas a pedir el bocata y ya en esta visión cercana ya era el no va más. El tio guardaba sus manos en sus sobacos sudados y con esas mismas manos cogía con templanza, de uno en uno, los bocadillos. Creo que sinceramante, éstos bocatas nos gustaban tanto, por ese aderezo tan especial y ese sabor que le daba el sudor. Eso, y más la plancha, llena de capas de grasa superpuestas, hacía un conjunto, una aleacción, que no nos quedaba otra que devorar aquellos bocatas con fruición.
        De Santiago, he hecho un repaso por fuera. Me gustaría tambien hacerlo por dentro. De como vivían los paisanos, ya hice un somero repaso, pero como vivían los estudiantes por dentro, en sus nichos, digo en sus pisos. A esto es a lo que voy.
        Cada año, variábamos de prisión. Quizá porque nos cansáramos de la anterior vivienda o lo más problable, que fuera una falta de entendimiento entre el dueño del piso y los inquilinos. Parecía que siempre había un descuadre de números. No coincidía nunca nuestras cuentas con las del patrón,por lo que lo adeudado,se quedaba en eso, en deuda, pero eso sí, ya nunca nos volvería a alquilar ningún piso más.
        Al llegar al piso, se echaba un vistazo general. Se contaban las habitaciones, y en el baño y la cocina ya ni siquiera se entraba, pues fue el mismo diseñador el que hizo todos los baños y cocinas de ésta parte nueva de Santiago, ¿para que verlos?,  si todas eran fotocopias del mismo plano original. Así que, ya concertábamos una reunión para esa misma tarde, para tratar todo lo referente al piso. En resumen se hablaría de los pagos y de los asuntos que concernían a nuestra convivencia.
        En la reunión de los inquilinos del piso, lo primero que se trataba, era del reparto de las habitaciones. Pues la variedad era variopinta, no era igual una habitación interior y sin ventanas, que una en la que calentara el sol. Tampoco era igual el tamaño, pues había habitaciones con cama y armario a otras en que ni la cama entraba. Asi que, se procedía a su reparto, esto se hacía de la forma más democrática posible. No solía haber ningún problema en éste sorteo, si los dos que buscaron el susodicho piso les tocaba las mejores habitaciones de la mansión. Pero, si lo había, si a éstos no les tocaba. Entonces empezaban las discusiones, si yo estuve un mes buscando, si yo visité nosecuantos pisos..., entonces el sorteo ya no valía. Al final, escogían primero los dos buscadores de piso y los demás si entraban en el sorteo. Yo, por si acaso, era de los que siempre me ponía a buscar piso, por razones obvias.
        El segundo punto del orden del día, solía ser el de las tareas comunes. Esas  respetables reglas que te ayudaban a tener una convivencia mejor. Se empezaba, por la limpieza del baño, y así tocaba una vez por semana hacer la limpieza de los restos de tú mierda y la de los demás.
        Seguía el turno de los demás espacios comunes: la sala de estar si la había claro y la cocina. La sala de estar, se llegaba rápido a un acuerdo. Con barrer de vez en cuando iba que chutaba. La cocina, ésto ya era otro cantar. Había que hacer los turnos rotatorios, de los que cocinaban y los que limpiaban. Nadie se podía librar de hacer una sabrosa comida, que incluso podía llegar a matar a un elefante africano (Ay!!, mi querido Juanca, si tú hubieras sabido que con una comida de estudiantes de Santiago, te hubieras cargado a un elefante africano de una sóla vez y sin un sólo tiro. Cuanto te hubieras ahorrado de munición, fusiles y disgustos).
        Al final, se hablaba de poner la pasta para el fondo común. En que lo más común en él, es que nunca hubiera fondo ninguno, por lo menos a partir de la primera semana del mes.
        Los días pasaban y cada uno con sus quehaceres. Al pricipio la casa iba mediotirando. Pero en el día a día, se iba fallando en cada vez más detalles. Hasta que un día petaba la cocina, el eslabón más débil. Bajar la basura cada día, era más duro y ya se olvidaba, de vez en cuando, alguna que otra bolsa de basura. Lo malo era, cuando se acumulaba una serie de días,entonces aquello se convertía en un vertedero. Pasados los siete días, la cocina era putrefacción total, los hongos tomaban forma de monstruos. Los gusanos por el suelo, te decían muy educadas los buenos días y las cucarachas montaban sus tiendas de campaña. El hedor, ya no era hedor, era olor a holocausto judio. Ni con máscaras antigas, uno se atrevía a entrar en la cocina. Por lo tanto, se procedía a su clausura y cierre. De aquí a final de curso, ya nadie osaría a poner un pie en la cocina. Asunto resuelto.
        Nuetro espacio vital a partir de ahora, era la habitación, el pasillo y la sala de estar, suficiente para unos sufridores como nosotros. Aún quedaba espacio por destrozar. Así el siguiente paso, era ir a por el cuarto de baño. Las paredes del baño, iban adquiriendo con el paso de los días, ese color gris, medio amarillento y sus bordes se iban adornando de un marco de mierda negra, que le daba un toque muy a la moda. El desagüe del baño, en vista de que siempre se perdía el tapón, se dejaba que se hiciera un tapón natural, hecho de pelos acumulados, formando una bola con el jabón.
        El water, !que bonito era el Water!. Alrededor de la taza ,se adornaba de un acúmulo de meadas mal apuntadas,que tomaban forma de charca. Idóneo para ir a mear descalzo. La taza del water por dentro, eran chorros de óxido amarilo-marrón, junto con los restos de cagadas, en forma de pequeñas avellanas, que se adherían con fuerza herculínea a la taza. Era tal su adhesión, que cuando uno iba a mear, siempre intentaba apuntar a las avellanas con la meada. A veces al darle de lleno y si las cogías desprevenidas, se soltaban y tú salías tan contento, por cooperar a la limpieza del water. Pero la mayor parte de las veces, no podías y salías deprimido. A continuación, se lo comentabas a tús camaradas y les explicabas que avellana era la que se resistía, el color y su situación, para que ellos a su vez tambien apuntarán. Este era un espacio común y la limpieza era de todos, !que mejor que todos cooperaramos a mentener limpio nuestro espacio común!.
        El lavabo, en sus tiempos era blanco. Ahora se teñía de marrón, con manchas mezcladas de lapos enconados y restos de pasta de dientes. En la encimera del lavabo, se acumulaban dentríficos acabados, cuchillas de afeitar oxidadas, junto con esqueletos de pastillas de jabón, con los cepillos de dientes y a veces todo esto adornado, a modo de guinda, de la funda de un tampón.
  Tambien recuerdo, en esa convivencia de piso, a diversos personajes de leyenda, que sin saberlo ellos, me dejaron de herencia su historia estudiantil.
        En un piso cualquiera de Santiago de Compostela, empieza ésta historia. Eramos cinco elementos los que vivíamos allí y había uno que destacaba sobre el resto o por lo menos su historia, que en concreto es la que voy a contar. Este era un estudiante de Químicas, muy buena persona y que en él destacaba más una cosa. Eran sus gafas de concha, tipo culo de botella, con sus cristales llenos de circulos concéntricos en los que era imposible ver el color de sus ojos. Además las gafas que llevaba eran grandes, pesadas y feas. No precisamente de última generación.


        Este chaval dada sus gafas y que además no era muy agraciado, él no había mojado su canario. Así es la vida de cruel. Y ese curso, estaba entusiasmado con la posibilidad de que por fin se cumpliera su deseo. Para ello, se puso el mono de faena y se marcó los pasos a dar. Lo primero que tenía que hacer era operarse de su Fimosis. Y sin más, cumplió su primer deseo. Se operó un dia de otoño y despues de ello, nos lo contó a todos los demás elementos.
        Nosotros, recibimos con entusiasmo semejante acontecimiento y enseguida concertamos una cita para esa misma noche. Para celebrarlo por todo lo alto, con unas buenas copas esta buena nueva. Así llegó la noche, con vinos, copas y más copas. El estaba loco de contento y nosotros contagiados de su alegría.
        Como siempre fuimos cambiando de sitio. Y en cada uno una copa. Hablábamos un rato entre nosotros y despues nos despirgábamos y a veces nos perdíamos, pero al final volvíamos a vernos, para irnos juntos al siguiente pub. De nuevo charlábamos los integrantes del piso. Hasta que llegó un momento, que el chaval feliz, se acercó a nosotros todo preocupado. Nos contó su historia de esa noche y nos pedía consejo, !pobre desgraciado!, pensé yo.
        Se puso a narrar. Resulta que la chavala que le acompañaba (ninguno de nosotros se había enterado, de que estuviera con una chavala), nos la señaló con el dedo. A él le gustaba y que el tema era mutuo. Al parecer ella le había comentado, si se iban juntos a la cama. El se quedó pensativo y no contestó nada, pues pensó en su polla llena de puntos y entonces se le ocurrió pedir consejo a sus compañeros de piso, !vamos al consejo de sabios!. Nosotros por unanimidad, le recordamos que él nunca había follado y que una oportunidad así, no se puede dejar escapar. Que los puntos son los puntos, pero follar era otra cosa muy distinta.
        Se le abrieron los ojos en señal de agradecimiento y de ellos emanó la felicidad. Se fue raúdo y veloz hacia la piba. Al rato se levantó y de la mano desapareció con su chavala. El resto de la noche la disfrutamos, hasta caer rendidos cada uno en su propia cama.
        Por la mañana. Nos levantamos tarde, arrastras y con resaca. Y en eso llega él, con cara de pocos amigos. Nos fuimos a la cocina, a que nos contara sus aventuras de alcoba. Resulta que sí, se habían ido a la cama y que al ponerse a follar, aquello que envolvía su polla empezó a petar. Estalló como estalla una bombona, fue una explosión y una sangría. De inmediato, se trasladaron a Urgencias. Me los figuro a los dos de la mano y él agarrando su polla o más bien el colgajo que le quedaba, con ese dolor, que sólo da el dolor de ese sitio y sus caras de susto y de verguenza de sólo pensar, que tenían que contar su experiencia.
        El cirujano, de nuevo le cosió la cosa y los dos emprendieron el camino de vuelta. Ahora sí, bien provisto. Pues en su mano llevaba una buena bolsa con hielos dentro. Prevención por si acaso aquello se atrevía de nuevo a levantar su cabeza.
        Pues colorín colorado. Este cuento se ha acabado y como todos los cuentos el final es bueno.
        De este profundo dolor nació el amor. Sé que siguieron saliendo juntos durante mucho tiempo. Para que despues se diga que nuestros consejos no eran buenos.

        En este mismo piso. Había otro inquilino bastante peculiar. Había estado dos o tres años embarcado en barcos de pesca, de los que iban a ese gran caladero, el "Gran Sol", allá al norte de Irlanda. Despues decidió, como yo había decidido, dejar éste trabajo para los marineros vedrdaderos y se puso a estudiar Magisterio. Este chaval, traía costumbres de convivencia en barcos pequeños. De dormir por turnos, mojados, sin ventanas y con sueño partido en trozos pequeños. De ahí, debido al agobio que tenía por los espacios cerrados y sin ventilar. Aquí cogió la costumbre de dormir con las ventanas abiertas. En invierno, en primavera y en verano, daba igual el tiempo. El siempre dormía con sus ventanas abiertas. Se zambullía en la cama, debajo de un montón de mantas, y sólo dejaba al aire su prominente nariz. Por eso le llamábamos el "Nari".
        Un día fuí yo a su habitación a hablar de algo que ahora no me acuerdo. Ví que desde su cama, salía un cordel y que éste a su vez salía por su ventana y que despues descendía por el patio interior de la casa. Le pregunté, que para que quería aquel cordel. Y él sin abrir la boca, empezó a tirar del cordel. Al final del cordel, había un rollo hecho de calcetines y calzoncillos. Decía que como era muy limpio y ya le había dado dos vueltas a los calcetines y calzoncillos, del derecho y del revés, del revés y del derecho,q ue no le quedaba otra, que tirarlos a ventilar por el patio interior. Algo es algo, decía. Con el sólo hecho de subirlos y enseñarmelos el olor a pescado podrido se quedaba corto y me dijo, con esa flema tan británica que le cacterizaba, que ahora aún olían, pues sólo llevaban al aire una hora, que por la mañana era distinto. Despues de pasar por varios lavabos de agua de lluvia y por el centrifugado que creaba el viento. Y que de buena mañana, él se los ponía y me juraba por dios, que de verdad no olían, que si quería probar éste invento...
        En otro piso, en una época ya muy lejana,aunque no tan lejana de la anterior. Con distintos protagonistas, pero como siempre estando yo presente. Hubo otro protagonista que dió pie a ésta historia. Este elemento procedía de un pueblo muy mono y tambien muy marinero. A él, le gustaba presumir de ello (Aún no sé el porqué. El hecho es que le gustaba presumir de su pueblo marinero). Claro que a él, no le gustaba contar su procedencia familiar. El ocultaba que era hijo de uno de los más ricos del pueblo. Esto daba que pensar, en aquellos tiempos, en que el contrabando era una ley para muchos marineros y con esa pasta encima. Pues cada uno que piense lo que le dé la gana.
        Además este personaje tenía un Wolsvagen cucaracha antiguo y más nos daba en las narices. Pues de aquella, casi ningún estudiante tenía coche y va él llevaba un coche con esa solera.
        El tio, era bajito, con pelo rizado y corto, de rasgos más bien comunes, con gafas finas. Y en su dia a dia, no se caracterizaba por hablar mucho, más bien poquito y como muy abreviado (o sea como un poco cortito). Siempre estaba metido en sus cosas, ensimismado y con la mirada perdida. Y sólo cuando te hacía una pregunta,entonces te clavaba la mirada. Esta mirada, tan de él, denotaba por un lado inseguridad y por otro lado daba todos los síntomas de estar zumbado.
        Se pasaba todo el dia encerrado en su habitación. No salía nada, más que a mear y de paso, se acercaba a la sala de estar y nos espetaba una pregunta sobre la vida y su existencia. Que ya quisiera Platón tener tanta profundidad y tanto sentimiento.
        En una de sus tantas visitas cortas a la sala. Nos dice, que él con sus 23 años aún no ha chingao  (tema recurrente éste. Como para hacer un tratado de Sexología), que él se mata a pajas, dice que a tres por dia y que lo que tiene es miedo, a que si se le presenta una ocasión, si de darle tanto al manubrio, podría chingar. Vamos traduciendo, si es que aún le quedan fuerzas para que se le empine. El chiquillo estaba preocupado, si de tanto desgaste que le imprimía a su miembro. Este no respondiera en ese momento,tan vital e importante en la vida de cada uno.
        Creo que fui yo, que soy muy cabrón, el que le contesté y le dije que no se preocupara pues todo tenía una solución. La cual era, que no se pajeara durante un mes. Pues así tendría más ganas,si se podían tener,y que se concentrara con sus tres sentidos en intentar ligar. Que se fijara esa meta y que luchara por ella.
        Me miró a la cara, muy serio y con mucha solemnidad aceptó el reto y con determinación me dió la espalda y se fue de nuevo a su habitación, a pensar en su nueva etapa. Le quedaba por delante un mes de prueba y despues nos reuniríamos para sacar conclusiones.
        !!Menudo mes!!. El ya no se quedaba en su habitación. Era una fiera enjaulada, iba de habitación en habitación y de ahi a la sala. Sin pararse en la suya,para nada. De aquí sacamos la conclusión, de que él se encerraba en su habitación, para pajearse sin descanso y por el tiempo que antes se echaba en ella hicimos un cálculo. Pensamos que tendría una media como de nueve pajas al dia. Su mirada aún estaba más perdida, pero él seguía firme en su decisión. Ahora no había quien le hiciera cambiar de idea.
        Llegada la noche, acostumbrábamos a ir al pub de abajo. Pronto las chavalas que conocíamos, (las que no conocíamos seguro que tambien tendrían mucho que decir. Pero no nos dijeron nada), se empezaron a quejar de aquel tio. El de la mirada de loco, el que se les pegaba a su espalda como una lapa, el que babeaba mientras les miraba a las tetas, el que las desnudaba con la mirada, el que estaba más salido que un mono y que además no emitía ni siquiera un sonido y menos una palabra. Así que el asunto tomó otros derroteros. Había que cambiar de estrategia, aquello estaba a punto de petar. Decidí entonces, hablar en serio con él y le planteé que debía parar y cambiar de método, pues su táctica no surtía efecto. Le convencí, que el método idóneo para ligar era hablando, conversando y relacionándose, sin gestos obscenos. Pues peligraba su vida y que desde luego asi, no se iba a jalar ni una rosca.
        Esta conversación tuvo su efecto, pero por desgracia sólo le duró dos días. Al cabo de ellos, ya estaba de nuevo en la espalda de una chavala y con sus ojos encendidos clavados en unas tetas. Las tias, ya no podían más y pronto empezaron a despreciarlo con sus palabras y sus gestos.
        Con éstos tropezones, pasó el mes completo y aquella situación ya no se podía aguantar más, por nosotros, (el resto de moradores del piso), pues aquella bestia furibunda, no paraba de andar todo el día de un lado a otro, como un gorila enjaulado y hablando sólo.Tambien por las chavalas, pues ya alguna le había partido la cara y por él mismo sobre todo, pues a éste paso le iban a explotar los huevos y la cabeza le iba a hacer !crak!.
        Lo único que se pudo hacer. Fue hablar de nuevo con él, y plantearle las cosas a la cara, y formularle una nueva estrategia. Y así se hizo, se le dijo que volviera a mansturbarse, que se hiciera las pajas que quisiera, pero que por favor, por lo que más quisiera, que se encerrara de nuevo en su cochiquera y que por favor no saliera. Que por ahora eso llegaba y que más adelante, seguro que la suerte cambiaba. Quizá algún día...

¿SI DAS...RECIBIRÁS?

Y es todo un puto absurdo y es todo verse el ombligo y mirar si está bien o menos bien, o si está cuidado o descuidado, o si le hace falta una reforma o ponerle una bonita cama para que descanse de tanto ego o de tanto superego. Y que conste y que conste en acta, de que yo no me quejo de no tener ego, pues tengo bastante y ¡a mucha honra!, pero creo o eso quiero, que el ego no me nuble la vista y al final, me convierta en un ciego selectivo. Vamos que me convierta en un ser que solo ve para mi y que a los demás les den por el culo y sin vaselina. Yo por cojones, tengo que tener mi lado solidario y porque sino iría cojo por ésta puta vida. Por tanto, debo pensar en mi mismo, pero también en los demás, en los demás que merecen la pena, que son y creo que son muy pocos, pero igualmente son y porque no importa el número y si que importa la calidad de lo sentido.

Y éste es mi dilema de toda la vida: tener y ofrecer, dar y saber a quién das, dar más y querer más y amar y sentir y soñar, sobre todo, soñar. Bueno, éstas son cosas que se dicen siempre, pero que se dicen porque ahí están y seguirán estando, pues ese misterio no se resuelve, ni se resolverá. Y a veces das y te devuelven mierda y otras veces haces y te riñen, porque haces y entonces salen todas las normas y leyes a relucir...y porque en el fondo hay muchos que piensan que tú debes ser como los demás y en ese demás, entra mucha mierda pastelera y mucha ley cumplidora. Pero en el fondo subyace la envidia y porque tú te estás saliendo por la tangente y no señor, tú tienes que proseguir por el camino hecho y el que nos dictan las leyes y las normas sociales o sino, para eso, también está la Iglesia, para recordarnos que somos lindas ovejitas del rebaño del señor.

Y ese lema tan religioso de que "si das..., recibirás", no nos aclara mucho el panorama y porque a lo mejor das y recibes sacos de veneno y en eso sí que no, pues yo no soy de los tontos útiles que piensan que hay que poner la otra mejilla y si me dan una buena hostia, yo siempre respondo y responderé con otra mejor dada y que por supuesto, que le haga más daño. La venganza existe y existirá siempre y otra cosa muy distinta, es que toda tu vida se llene de venganza vengativa, pero eso pasa con todo, porque una cosa es el querer y otra, es el amar ciegamente y hasta la muerte.

21 DE ABRIL

Las tardes, uyyy!! las tardes. Las tardes son lo que son y se presentan después de la comida y son largas y son bellas y son más bellas, si tú quieres que sean más bellas o bueno, si puedes y porque yo odio en sí mismo y a muerte, al positivismo, es decir, serán bellas si puedes o te dejan y después y en último lugar, si tú quieres que sean bellas. Bueno, pues hoy estamos ante una bella tarde y porque no apareció, de momento, ningún cabrón que me jodiera la tarde y como estamos en su último aliento, me atrevo a decir que la tarde de hoy fue tirando a cojonuda. Y ya sé que me gusta exagerar mucho las cosas y entonces hago un esfuerzo sobrehumano por ponerme en equilibrio y concluyo: la tarde estuvo bien y punto.

21 de Abril y ya casi pasando la página de éste mes y después vendrá el mes de Mayo y hasta mediados del mes de Junio, seguiré viviendo en paz con los hombres y con mi entorno, pero después de esa maldita fecha, a mediados del mes de Junio, tendré que ponerme el kit de supervivencia y porque los guiris ya serán una puta plaga que inundará a ésta Isla por todos sus rincones y curvas. Pero de momento aprovechemos el tiempo y porque ahora mismo, la Isla está para comérsela crudita y reluciente. Bueno, ésta la misma repetición de todos los años y ahora y como le llaman, ahora viene la Temporada y ante la nueva temporada, se pintan las casas, se arreglan los jardines, se podan los árboles y para que todo luzca bonito a la luz del sol menorquín.

Así es la vida en una Isla que depende fundamentalmente del turismo y no sé porqué, pero pienso que siempre dependerá de los guiris. Bueno, es fácil, porque no tiene otras alternativas económicas, ni filosóficas, ni poéticas. Aquí, el Santo Grial y al que hay que despeluchar, es un puto guiri inglés todo blanquito y grimoso, que se pone lindas zapatillas y pantalón corto que deja ver sus piernas de palillo o de oso y dependiendo del caso, lucen sombreros de variopintos colores y las camisas deben ser de Primark, porque se deshilachan a los dos días y claro y eso nunca puede faltar, sus sobredosis de Ginebra mezclada con toneladas de cerveza. ¡Y ahí va! y ya tenemos el prototipo de guiri de Menorca.

VENGA LO QUE VENGA...(Poema)

Venga lo que venga,
suceda lo que suceda,
yo sé que algún día partiré a tierra de nadie,
sí, acudiré al vacío frío de la noche
y al escalofrío después de la madrugada,
y me vestiré de gala y sombrero,
camisa de seda y zapatos nuevos,
luciré mi encanto de muerto mal nacido,
mostraré mi sonrisa entre agradecida y de desafío,
y por fin..., me despediré de los vivos,
daré los pertinentes abrazos y besos,
y desvelaré mis últimos secretos:
"queridos amigos y familiares,
yo no fui una persona importante,
pero lo que tuve me lo gané a pulso
y lo que perdí por el camino,
lo tengo a fondo perdido...
y como legado os dejo,
y únicamente os dejo eso,
mi colección de sueños y quimeras".

SOMBRAS Y LUCES (Poema)

Rápido, muy rápido...
y persiguiendo la luz
y uno va como va
y va:
a paso rápido y muy rápido,
demasiado rápido
y sin entender de donde procede la luz,
pero esa velocidad es la de un disparo o dos o tres,
o la de una ráfaga sin balas,
que no se puede parar a entender,
porque no tiene ese tiempo,
porque esa luz es la meta,
y es el porqué de tu forma de entender,
de entender lo que te rodea,
de entender que hay detrás de las sombras,
de entender que la vida no son hechos,
sino que son formas de ser o de estar
y unos, maldicen las sombras sin luz
y otros, jugamos entre las sombras
y buscando la luz.

LA FLECHA Y EL VÉRTIGO

Dicen que para avanzar, primero hay que retroceder y para así ser lanzado con más fuerza, pero claro, hay que saber relativizar ese retroceso y porque si te pasas de ir hacia atrás, el proceso se invierte y ya no serás disparado hacia delante. Y como decía Lenin en unos de sus libros: "un paso atrás y dos, hacia delante", pero a Lenin también se le olvidó la segunda parte y que precisamente, es la más importante y se quedó en un simple paso atrás y que posteriormente ya fueron dos y tres pasos y así hasta donde estamos actualmente. Es lo que tienen las frases lapidarias, que son como demasiado categóricas y lo que nosotros realmente necesitamos, es más flexibilidad y además, si a esas frases las sacas de su contexto, se quedan vacías de contenido o se quedan rígidas y ateridas.

Y todo esto era porque había visto una frase sobre una puta flecha y que decía más o menos: "para ser lanzado más lejos y como una puta flecha, primero tienes que retroceder y tú función en mantener esa nueva dirección, pero tienes que entender que primero, tienes que retroceder". Y estamos ante un nuevo y repetitivo o mejor dicho, una variante más de: "un paso atrás y dos, hacia delante". Y habrá millones de frases sueltas que vienen a decir lo mismo, pero bueno, esas frases se buscan para que realmente no tengas miedo cuando vas marcha atrás y para que no te entre el vértigo que producen las dudas.

¡El vértigo que producen las dudas! y ¿las dudas producen vértigo?, pues algunas sí y otras, no y yo creo que si te producen vértigo es que estás retrocediendo demasiado, porque si vas para y hacia delante ese vértigo es placentero y no produce mareos y es que ¿quién se queja del vértigo de los buenos momentos y de cuando todo te va saliendo bien?. Yo, desde luego no y es más y quiero más y quiero más velocidad alucinante y más experiencias y más sentimientos y más pensamientos y lo quiero todo y cuanto más rápido vaya el asunto, pues mejor...

¿SOMOS UN BRAZO ARMADO?

Pues hoy es día 21 de Abril y es un día de Abril de aguas mil y por eso, llueve a conciencia y sin conciencia y llueve y ya está, LLUEVE...Y que llueva de ésta manera, me gusta y porque a veces la lluvia es sumamente agradecida y porque el medio ambiente estaba como demasiado espeso y seco y creo que de vez en cuando hay que sacudir a la gente y espabilarla un poquito o un mucho y dependiendo de su estado de empanada y claro, yo me incluyo, pues yo soy tan gente como cualquiera y también soy persona y ser humano, pero no soy masa y porque a las masas las temo. Las personas cuando se convierten en masa, son peligrosas, pues en sus decisiones entran todos los valores, desde la solidaridad (cosa muy loable), hasta la asquerosa envidia (cosa muy repudiable) y pasando por toda una amalgama de valores contradictorios.

Y por eso me reafirmo en que dije muchas veces, prefiero ser minoritario pero con las ideas claras y si somos dos o cuatro, pues sinceramente me da igual y porque no necesito la masa para nada, porque la masa sólo hará que me corté en cosas en las que pienso, la masa me dirá: "tío, no puedes obviar las fronteras y tienes que ser patrio y envolverte en banderas y tío, no puedes pretender que no haya guerras y porque para que no haya guerras tendremos que pasar por varias guerras". Y estos son solo dos ejemplos, pues podía escribir toda una biblia de recortes.

Y vamos a ver, yo no quiero guerras y no quiero guerras y punto y pelota y si para ello tengo que ser dominado por las fuerzas del mal, yo me adaptaré para luchar contra las fuerzas del mal, pero que nadie me diga que para luchar hacen falta más guerras y aunque la evidencia sea evidente, yo me rebelaré a usar la fuerza. Vamos, que yo no me creo que una metralleta es distinta en según que manos caiga, porque la metralleta mata igualmente y el que la usa sabe que tiene el poder entre sus manos y eso tarde o temprano se paga y por eso salen "revolucionarios del ejército" porque en el fondo siguen siendo los mismos y solo cambian el color de sus uniformes y en cambio de decir: somos el brazo armado de la clase dirigente, dicen, somos el brazo armado del pueblo...

SÁBADO

Sábado, primer sábado después de mi cumpleaños que fue el día 5 de febrero y ese día el mundo tuvo la mala suerte de saber que en una esquin...