La verdad, es que a mi me da igual donde me pongan y así, siempre ha sido en mi vida, bueno me da igual mientras el sitio al que voy me atraiga y cosa que no es tan difícil de realizar, pues en el fondo yo soy de la filosofía de que todos los sitios tienen su lado bueno y sino lo ves a primera vista, lo verás a la segunda o a la decimoctava vez y es que todo depende del momento en que te encuentres y las ganas que tengas de cambiar de sitio. Yo en éste aspecto dividiría mi vida en cuatro etapas: primera etapa: 15 años en mi querido Vigo natal. Segunda etapa: 15 años (que en realidad fueron más de 20) entre a Santiago de Compostela, A Coruña y a Costa da Morte (o sea en distintos sitios de Galicia y a cada uno más bonito). Tercera etapa: 15 años en mi hermoso Cádiz del alma y además, en ese territorio nacieron mis tres hijos y ese un vínculo imposible de romper. Y ahora mismo, estoy en mi cuarta etapa y espero que no sea la última y si lo es, tampoco me quitaría el sueño y porque si está escrito que me voy a morir en mi cuarta etapa, me moriré igual con sueño o sin sueño.
Bueno, el caso es que mi cuarta etapa se desarrolla en la Isla en la que vivo, en la Isla de Menorca y más o menos he cumplido los dos tercios de mi etapa isleña. En realidad yo ésta etapa la dejaría en 12 años y porque es una Isla pequeña y como van casi 10 años ( en realidad van 8 años), pues que ya me conozco casi todos sus secretos inconfesables. Vamos que aún me queda algo de mecha por quemar, pero intuyo que detrás de cualquier esquina de un año venidero próximo, están escondidas las ganas de volver hacia nosedonde, porque yo no tengo patria, ni tengo terruño, ni tengo familia y solo tengo la actual y me da igual un trozo de tierra aquí, que en el Sur o que en Norte o que en el Oeste.
Y quizá, Portugal y a la que le tengo un cariño especial. La verdad es no me importaría mucho que fuera enterrado en un precioso cementerio portugués, pero eso sí, que fuera de granito y con muy buenas vistas al océano Atlántico y porque de muerto prefiero estar mirando el océano Atlántico que el mar Mediterráneo y que me perdonen los mediterráneos, pero es que yo soy Atlántico de pura cepa y eso se lleva en la sangre. Y es que los deseos que se tienen para la otra vida, hay que hacerlos en ésta vida y porque no conozco ni sé, si allí tienen otro idioma u otra forma de hablar o resulta que todos son sordomudos y se expresan por señales de humo.
Bueno, el caso es que mi cuarta etapa se desarrolla en la Isla en la que vivo, en la Isla de Menorca y más o menos he cumplido los dos tercios de mi etapa isleña. En realidad yo ésta etapa la dejaría en 12 años y porque es una Isla pequeña y como van casi 10 años ( en realidad van 8 años), pues que ya me conozco casi todos sus secretos inconfesables. Vamos que aún me queda algo de mecha por quemar, pero intuyo que detrás de cualquier esquina de un año venidero próximo, están escondidas las ganas de volver hacia nosedonde, porque yo no tengo patria, ni tengo terruño, ni tengo familia y solo tengo la actual y me da igual un trozo de tierra aquí, que en el Sur o que en Norte o que en el Oeste.
Y quizá, Portugal y a la que le tengo un cariño especial. La verdad es no me importaría mucho que fuera enterrado en un precioso cementerio portugués, pero eso sí, que fuera de granito y con muy buenas vistas al océano Atlántico y porque de muerto prefiero estar mirando el océano Atlántico que el mar Mediterráneo y que me perdonen los mediterráneos, pero es que yo soy Atlántico de pura cepa y eso se lleva en la sangre. Y es que los deseos que se tienen para la otra vida, hay que hacerlos en ésta vida y porque no conozco ni sé, si allí tienen otro idioma u otra forma de hablar o resulta que todos son sordomudos y se expresan por señales de humo.