Hoy me he levantado descuadrado...como si todo lo que quisiera hacer no tuviera ningún sentido, como si me encontrara dentro de una bancarrota sentimental y todo me sabía a ruina. Bueno de sentimientos y todo hay que decirlo, no me siento en mi momento más álgido...pero de ahí a sentirme "un mierda" hay un pequeño gran trecho, digamos que me siento herido y mal herido y con quién compartía dichos sentimientos...pues eso que no hay más que decir, ¡que los compartía!. Ahora estoy como un perro rabioso lamiendo mis heridas de guerra y me supongo que serán mis últimas heridas amorosas, porque por mucho que se diga con eso de que no hay edad para el amor, yo sinceramente no me veo enamorado de alguien a los 70 años (ahora tengo 61). Pero doy ese margen, de 61 a 70 años, porque digo yo, que primero tendré que curar mis heridas.
Yo me consideraba indemne al daño que produce el amor o mejor dicho, al que produce el desamor. Pensaba, creía que....que podía estar muy jodido pero que ello no me iba a afectar a mi guerra diaria. Y no lo digo por prepotencia y de ir como un sobrado de mierda, lo digo porque era la verdad dentro de mis pensamientos, era como si aceptara el dolor que producen ciertas cosas, pero que estaba convencido de que al dolor lo tenía domesticado y que no se atrevería a levantar cabeza dentro de mis otras actividades diarias. Pues, ¡que demostración me ha dado!, ¡qué poder me ha manifestado!.
Me ha sacudido, me ha retorcido, me ha vapuleado por todos los lados y ahora creo, que puedo y lo digo por las manifestaciones de algunos de los síntomas, que puedo estar levantando cabeza. Menuda negrura tuve encima, menudo descalabro de sentimientos y pensamientos. Es que mientras bailaba lo hacía en pelotas y a todo trapo y ahora que ya se acabó el baile, tengo que aprender a controlar mis ganas de bailar y de tocar y de besar. Y espero que dentro de nada pueda decir: "a otra cosa Mariposa".
Yo me consideraba indemne al daño que produce el amor o mejor dicho, al que produce el desamor. Pensaba, creía que....que podía estar muy jodido pero que ello no me iba a afectar a mi guerra diaria. Y no lo digo por prepotencia y de ir como un sobrado de mierda, lo digo porque era la verdad dentro de mis pensamientos, era como si aceptara el dolor que producen ciertas cosas, pero que estaba convencido de que al dolor lo tenía domesticado y que no se atrevería a levantar cabeza dentro de mis otras actividades diarias. Pues, ¡que demostración me ha dado!, ¡qué poder me ha manifestado!.
Me ha sacudido, me ha retorcido, me ha vapuleado por todos los lados y ahora creo, que puedo y lo digo por las manifestaciones de algunos de los síntomas, que puedo estar levantando cabeza. Menuda negrura tuve encima, menudo descalabro de sentimientos y pensamientos. Es que mientras bailaba lo hacía en pelotas y a todo trapo y ahora que ya se acabó el baile, tengo que aprender a controlar mis ganas de bailar y de tocar y de besar. Y espero que dentro de nada pueda decir: "a otra cosa Mariposa".
No hay comentarios:
Publicar un comentario