Como ahora se circula o como ahora uno se relaciona, porque la relación se hace para circular mejor y claro, la rapidez entra dentro del concepto de una buena relación (a más rapidez, mejor relación) y por eso ahora el que va lento y aposentado, va de culo y sin frenos y además, no entra dentro de la definición de modernidad. Porque ahora estamos definidos por todos los lados y tienes que ser modernillo y creativo y por supuesto... las redes sociales te tienen que entusiasmar y en ellas tienes que demostrar tu creatividad escribiendo y bajando un buen montón de tonterías y demás mierdas que ahora están tan de moda. Y ya no hablemos de lo empático que tienes que ser, empático e imbécil, aunque eso de lo empático ya estaba inventado y era cuando te daban de palos y de hostias y tenías que sonreír con la mejor de tus sonrisas.
Bueno, pues puestos así, yo soy muy empático, porque en esas circunstancias de palos y hostias en cambio de poner la mejor de mis sonrisa, digo: ¡¡¡Uyyy que gusto!!!: Y digo ¡¡¡uyy que gusto!!! primero, porque me apetece y segundo, que lo digo pero que no me olvido que el que me mata a palos o a hostias no lo hace por darme el gusto y lo hace con auténtica saña de hombre cavernícola. Por eso yo no perdono y porque sé que algún día se dará vuelta la tortilla y ante mis ojos tendré la oportunidad de vengarme...pero os juro, que pasaré de ella, digo de la venganza, pero si que le recordaré a ese miserable que me acuerdo de él y de sus hechos y sobre todo, que no se olvide de que sigo vivo y calentito y la primera vez paso de mis ansias vengativas, pero a la segunda vez ¡ya no respondo de mis actos!.
Porque yo no voy de los que le parten la cara y ponen (como tontos que son) la otra mejilla. Nunca fui de esa tela y aunque hubo en tiempos más que remotos en que fui medio jipi, tengo que decir que nunca fui jipi del todo, pues la parte violenta nunca la tuve demasiado clara. Bueno soy tío y ya sabemos que los tíos somos así de violentos o de semiviolentos o sea, pasa que de vez en cuando nos colamos en la parte pacifista de la vida y todo va bien hasta que deja de ir bien y es así de simple: la primera bofetada, la soportas tragando saliva y a la segunda bofetada, ya tengo mis dientes en su puto cuello de cabrón.
Bueno, pues puestos así, yo soy muy empático, porque en esas circunstancias de palos y hostias en cambio de poner la mejor de mis sonrisa, digo: ¡¡¡Uyyy que gusto!!!: Y digo ¡¡¡uyy que gusto!!! primero, porque me apetece y segundo, que lo digo pero que no me olvido que el que me mata a palos o a hostias no lo hace por darme el gusto y lo hace con auténtica saña de hombre cavernícola. Por eso yo no perdono y porque sé que algún día se dará vuelta la tortilla y ante mis ojos tendré la oportunidad de vengarme...pero os juro, que pasaré de ella, digo de la venganza, pero si que le recordaré a ese miserable que me acuerdo de él y de sus hechos y sobre todo, que no se olvide de que sigo vivo y calentito y la primera vez paso de mis ansias vengativas, pero a la segunda vez ¡ya no respondo de mis actos!.
Porque yo no voy de los que le parten la cara y ponen (como tontos que son) la otra mejilla. Nunca fui de esa tela y aunque hubo en tiempos más que remotos en que fui medio jipi, tengo que decir que nunca fui jipi del todo, pues la parte violenta nunca la tuve demasiado clara. Bueno soy tío y ya sabemos que los tíos somos así de violentos o de semiviolentos o sea, pasa que de vez en cuando nos colamos en la parte pacifista de la vida y todo va bien hasta que deja de ir bien y es así de simple: la primera bofetada, la soportas tragando saliva y a la segunda bofetada, ya tengo mis dientes en su puto cuello de cabrón.
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