EL NEGATIVISMO

                       Mirar una cosa...voy a ser positivo. Positivo, ya lo soy normalmente, porque para eso me como el mundo cada día y me doy mis buenos días y con toda mi alegría. Yo soy positivo, netamente positivo, que no positivista, pues no es mi filosofía. Es decir, yo miro las cosas por su mejor lado, pero tan tonto no soy como para siempre verlas y pase lo que pase, por su mejor cara....porque pasa muchas veces, que para llegar a ver el lado positivo de las cosas, previamente tienes que verlas desde el ángulo malo y desde ahí y sólo desde ahí podrás llegar a ver el lado bueno de las cosas. Por tanto insisto, yo soy positivo e igual que rechazo al positivista de turno, también rechazo al negativista y el soy negativo y por encima de todo y de todos. Yo tuve un amigo negativista y la verdad es que era bastante desquiciante, pues cuando tú ya estabas celebrando el lado bueno de cualquier asunto que teníamos entre manos, el menda cogía y con una fría, solemne y tajante frase te resquebrajaba en dos partes y te deshacía la magia de ese momento.

                        Pero es que era todo, todo pasaba por el filtro de su negatividad y lo convertía en más y más negatividad. De hecho pasaba o iba pasando que yo muchas veces ya no le preguntaba su opinión y porque ya la sabía por adelantado y además y creo que por puro instinto de superviviencia, no quería que de nuevo me jodiera y me amargara el día. El caso es que él sentía bien dentro de su amargura, es decir, el mantenía un tono vital bastante bajo, pero él con sus comentarios negativistas no se hundía más...claro que, claro que yo sí y mucho. De hecho y me pasó durante un largo tiempo (unos años), que los comentarios y valoraciones negativistas que hacían otras personas me siguieron produciendo grandes alergias y extensas urticarias, pero bueno y todo hay que decirlo, me producían las mismas lesiones y alergias que el positivismo siempre desbordante.

                         Bueno, mi amigo dejó de ser mi amigo, pero por otras circunstancias que ahora no vienen a cuento contar (quizá, otro día)...pero estoy seguro que en esa historia de separación, influyó y mucho el que él fuera el rey del negativismo y por una muy sencilla razón, porque de cada vez le iba preguntando menos cual era su opinión o su parecer sobre las cosas y sin darnos cuenta, entre los dos se fue corriendo un tupido velo que nos fue alejando como amigos. Pero claro, él era así, pero yo también era y soy de otra manera y creo que las dos formas de ser, al final resultan ser incompatibles y punto y pelota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR