
Bueno, yo busco un amor sin cuerpos, sin sexo, aunque a veces y cuando nosotros queramos (y esto es muy importante) nos daremos un buen banquete de sexo, pero solo de vez en cuando y para no desgastarnos demasiado, es decir, de alguna forma yo quiero mantener la llama viva y para eso hay que saber reservarse y mantener las distancias. Yo no quiero un amor de todos los días y de todas las noches y madrugadas (un amor sudado y pegajoso), yo prefiero un amor de picoteo y de días intensos pero solo de vez en cuando. Claro que para eso las dos personas debían pensar lo mismo, porque sino no vale y no vale, porque yo sé que él o ella se pueden y se van a quedar colgados del otro o de la otra y eso significa que uno de los dos las va a pasar putas. Y eso tampoco me vale. Quiero decir, que uno de los dos siempre lo va a pasar peor que el otro, pero digamos que no hay o no se debe profundizar en esa desquiciada desigualdad.
Antes quizá perseguía más la eternidad en las relaciones y ahora, no. Ahora busco mucho más el momento, el instante, el rato, el mediodía de un precioso día o el amanecer. Claro que hay dos momentos que para mi son especiales en el día: el amanecer y el anochecer y hablo del día y no de la noche, porque de la noche sería la suave luz de la Luna y los sonidos y susurros de la noche. Y claro, si sumo cosas y más cosas, tengo el día y la noche casi al completo y por eso y pase lo que pase y con amor o sin amor, nunca me aburro, quiero decir que desde hace 5 años nunca me aburro y como comprenderéis si tengo esa parte de mi vida realizada y bien realizada, los daños amorosos tendrán menos efectos colaterales y si salí vivo seguiré vivo y de cada vez sé que seré más grande y mejor persona.