Aquél día debí dejarlo
una luz interior se encendió
y pude ver el peligro del sin sentido...
pero no,
porque todo era demasiado bonito
y ¿quién es capaz de parar el amor
por una simple intuición?...
pero ahí estaba ella
(la intuición)
en el medio de aquella fiesta
y hoy en día
esa intuición me sigue haciendo daño,
sigue metiendo su dedo en la llaga
y no deja de preguntarme
si después de todo... mereció la pena...
creo que al final le tendré que dar la razón,
aquello fue un amor que nació amputado,
sin brazos, sin piernas,
que no pudo caminar
ni moverse del sitio
y lo que no evoluciona se muere
y eso fue lo que nos pasó
que los dos morimos en el intento.

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