TENGO EL PODER EN MIS DEDOS











Yo tengo el poder en mis dedos,

los muevo y remuevo mi conciencia,

los estiro y crece la hierba,

los encojo y me hago un puño sólido y fuerte,

los abro y se abren las puertas y ventanas del cielo,

los disloco y me vuelvo loco

loco de dolor

tengo el poder de mi locura en mis dedos,

y ni antidepresivos, ni Valium,

yo simplemente estiro mis dedos

y mis receptores sinápticos se ponen en marcha,

mi locomotora son mis dedos,

mis vagones son mis huesos

y mis raíles son mis fuertes tendones

y todo funciona como la seda,

toco una hermosa flor

y corre una tibia corriente por mis venas

que sube y que me inunda de sensaciones,

yo tengo el poder en mis dedos

y tú tienes el tuyo en una noche de luna.

ORILLAS

Me gustaría que lloviera sobre mojado

y que sobre una gota cayera otra,

y que nunca dejara de llover

y que mi calle fuera un río desbordado

y yo en una orilla

y tú en la otra, 

mirándonos en la distancia,

sabiendo que tú no podrás cruzar el río

y que yo, tampoco,

sabiendo que extenderé mis dedos

y que no tocaré los tuyos,

es dura nuestra existencia de orilla,

no hay barcos que crucen el río,

ni hay puentes que nos unan,

lo nuestro es el vacío de la noche

y el mirarnos el uno al otro.

UNA CABEZA DE AJOS

Para paliar mi mala suerte,

tengo y como tenía mi abuela,

una cabeza de ajos,

ella los tenía en la faltriquera,

y yo los llevo colgados de mis errores

y cada error de mi vida

se merece el mejor de los ajos

y cada duda ha sido dura

y aún me duelen los huesos
por tantos golpes... 

pero bueno, 

tengo mi cabeza de ajos

y mis bellos amaneceres

y hasta tengo

una idea brillante dentro de mi cabeza de humano,

yo lo veo todo más o menos guapo

y lo poco negro que sobrevive dentro de mi,

no es negro,

es el blanco que se acaba de morir.

LA CALMA

Me gustaría creer con esa fe que me caracteriza,

que por dentro estamos hechos de otra materia,

que ni es carne, ni es hueso,

que no es piel, ni tendones,

me gustaría pensar que es aire y masa líquida,

que cuando se enternece, 

se transforma en sólido

y que cuando no le gusta algo,

se cubre de herrumboso verdín oxidado

verde amarillo tirando a gris negruzco,

es brillante su traje otoñal neblina,

y como por fuera no me dejan tener una estación única,

por dentro me visto de otoño todo el año,

llevo conmigo una preciosa cesta

para recoger setas,

uso botas de caña alta

y un sombrero de suave fieltro,

de marca blanca

y porque si la tiene, yo se la borro,

no me gustan las marcas

y menos me gustan las etiquetas que te catalogan,

y como si fuéramos pepinos o rábanos

o tomates de mata nacionales o importados...

de mi me gusta que se diga,

que soy humano,

que meto mucho la pata,

que cuando acierto hago una fiesta de mil pares de cojones,

y que cuando me dejan de querer,

 no lloro como un ser empequeñecido,

es más, me hago grande y gigante,

yo soy de retos,

de grandes retos

y ante las adversidades me crezco,

además me gusta pensar

que después del temporal viene la calma

y esa calma y os lo digo en secreto

 ¡es la calma que más me gusta!.

SOMOS DOS ANOMALÍAS





Usted y yo,

 somos dos anomalías,

somos la diferencia elevada al cuadrado,

somos dos gotas de agua en medio de una estación seca,

somos una lluvia de estrellas en una tierra sin hadas,

usted y yo,

somos de otra parte,

somos extranjeros o forasteros,

yo en concreto,

 procedo del norte

y soy más aguacero que lluvia fina,

y soy más de bosques encantados por la densa bruma

que de claros bosques mediterráneos,

soy más atlántico que pacífico,

y más mediterráneo que cantábrico,

y más verde que amarillo,

y más ola que mar en calma...

usted y yo,

 somos de otro mundo,

somos dos objetos perdidos que viajan sin maleta,

somos dos fuegos interminables,

somos dos lámparas que cuelgan del aire,

en fin,

somos dos linternas encendidas

 y a la que nos encantan nuestras anomalías...

ESTACIONES






En las estaciones los tiempos concretos pasan

y a cada hora le corresponde una campanada 

menos,

menos de vida extra, 

menos de ruleta de la suerte,

menos de horas concedidas,

y entre estación y estación hay un recorrido,

y un trazo señalado que marca una distancia,

próxima estación...Cibeles

conecta con las líneas 11  y 8

o estamos cerrando la temporada de invierno

y damos un saludo a la primavera que viene...

entre estaciones anda la cosa,

la mía número uno, 

es el otoño

y la otra (la segunda) 

es una estación de trenes

y si por lo que fuera

coincidiera una estación de tren en un hermoso día de otoño,

entonces si que podría decir

¡han coincidido los astros!

EN LA OTRA ORILLA DEL CHARCO














En la otra orilla del charco,

están tus ideas y están las mías,

para llegar hasta ellas...

se puede saltar el charco y como saltaría una rana desquiciada,

o te puedes bañar en él y a una hora temprana,

o cruzarlo a nado y sin tocar pie,

o puedes atravesarlo como un ciempiés,

en realidad al otro lado del charco,

están otros países y otro continente

y creo que otra historia

yo desde aquí y encerrado bajo cuatro candados,

les mando un saludo disléxico,

les mando un abrazo envasado al vacío,

mientras el beso os lo mando por vía telemática

y con acuse de recibo,

porque hoy en día todo tiene que ser virtual,

el coronavirus campa a sus anchas

y se pasea por las aceras y hasta por los descampados

y el amor carnal

tiene nombre de peste

y yo tengo nombre de verso reprimido.

¡MÁS SILENCIO!





Llevo un ruido dentro de mi,

un ruido que a veces me aturde y conmociona,

que palpita como un corazón valiente,

que tiene su propia ruta

y sigue senderos labrados a carne y fuego.

tengo ruidos que me estremecen

y que a veces, me encogen

y hasta quedarme en un ovillo de especie protegida,

en fin...

 tengo ruidos que bailan

y que a veces, se callan

y tengo otros,

que circulan a la velocidad del silencio,

del ruido pasan a ser lo contrario,

de un hecho pasan a ser un contra hecho

o una parodia de lo que un día fueron

y yo al ruido le pido silencio

y al silencio le pido más silencio

y a ti... ¿qué te puedo pedir?,

pues nada o simplemente

¡más silencio!.

YO DESEO SABER EL PORQUÉ







Yo deseo saber el porqué,

el porqué de las cosas

el porqué amanece sin que nadie me despierte

el porqué la luna se pasea en las noches de verano,

el porqué yo a veces trago como un sapo,

y porque a veces, 

me siento el más ridículo de la tribu

o porqué la fruta madura se cae del árbol,

yo en mi agenda tengo apuntado,

primera tarea es saber el porqué

y de hora en hora me hago la misma pregunta...

en fin, quiero saber el porqué de todo,

porqué la lluvia se convierte en ríos

 porqué tu poso no es igual que el mío,

porqué tus venas emiten señales de humo

y en cambio las mías, 

son adoquines de una larga acequia,

yo quiero saberlo todo,

el como, el porqué y el cuando

y saber si yo había nacido antes,

si tenía otro cuerpo,

si me llamaba Manuel,

si era marinero,

si me comía las uñas,

si dormía en la intemperie,

si soñaba despierto o dormido,

si me vestía de vez en cuando,

y si de aquellas,

¡ya te quería!.

MIS DEDOS










Mis dedos son patas de cangrejo,

son dedos con hueso y algo de suerte,

son garfios de capitán pirata a punto de jubilarse,

son hilos invisibles que mueven tendones oxidados,

además, mis dedos son visionarios

y si me señalan alguna parte

es que algo va a pasar en esa parte o lugar,

intuyen los cambios

y los manifiestan con finos temblores 

apenas percibidos por los demás,

pero mi fino temblor de huesos,

hace que vibren mis temores 

y que al final, se agiten...

mis dedos bailan una danza invisible,

cuando se estiran

en realidad se encogen,

cuando se mueven

es porque alguien está moviendo los hilos.

QUÉ DE ÉSTA... ¡SALDREMOS!

Día 17 de marzo...

seguimos en cuarentena,


seguimos
en éste largo y penoso aislamiento

encerrados a cal y canto y bajo candados,

por mi parte... sigo tranquilo,

sin novedad a bordo,

estoy acostumbrado a bregar contra los elementos,

y de un día malo puedo hacer un día bueno

o por lo menos puedo hacer un día mejor,

hasta ahí llega el poder de mi varita mágica

y si aún así, no me hiciera caso el día,

me quedaría mi última baza...

el poder que me infunde la luna

me hace grande, 

más grande si cabe,

y hago de esa noche un espectáculo de fuegos sin artificios,

uyy perdón... un estornudo


y ahora, un golpe de tos...

 eso me hace pensar 

que mientras siga en mi casa seguiré vivo,

esto mismo me pasa en un lugar concurrido

y ya me habrían matado y colgado del palo mayor,

la masa enfurecido no tiene ojos

y su comprensión hacia el mal ajeno

es igual a cero...

y fue pasando el día

y a su vez, ha pasado la noche

y tengo que anunciar...

 que estamos a día 18 de marzo

y miércoles

y hoy estoy de guardia precisamente para eso,

para tratar como se pueda a los infectados

y decidir si requieren ser trasladados al hospital

o que se confirme su infección...

yo creo que hoy en día

el infectado se siente como un leproso,

sabe que lo suyo se contagia con excesiva facilidad,

sabe como interpretar esas miradas de su alrededor,

miradas entre miedo, furia y repulsa

y como si el infectado tuviera gran parte de la culpa


 es conocida la respuesta humana ante el temor y el miedo,

la culpa la tienen los demás,

sino no es el chino será el africano,

sino no es el coreano será el vecino de al lado,

sino no eres tú nunca voy a ser yo,

pero aún así y todo...confiemos...

confiemos en la capacidad del ser humano por cambiar las cosas,

hay humanos que nos gusta salir por la tangente,

y nos entusiasma reconocer el lado humano de las personas

y como decía el otro,

siempre habrá esperanza y ganas

y os puedo asegurar

qué de ésta... ¡saldremos!

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...