DE LEJOS...DE CERCA...

 



De lejos, soy un punto negro.

De cerca, soy un punto blando y grueso.

De lado, soy atravesado,

cuesta meterme de lado,

pues soy de perfil difícil

y no llego a ser delincuente, pero a veces lo rozo...

De frente, soy claro y contundente,

aunque con el paso del tiempo,

de cada vez me va gustando más la niebla de la madrugada

además de los días de intensa y persistente lluvia,

debe ser que de cada vez me estoy volviendo más íntimo.

Me gusta lo mío y lo que me rodea.

Me gustan los paseos bordeando el mar,

y los septiembres lluviosos y llorosos.

Adoro el otoño y sus colores.

En el invierno me ovillo y me quedo en el nido.

Me encanta cuidar de mis estancias,

y que a su vez, ellas cuiden mi presencia.

Las tardes me entusiasman,

entre las 6 y las 7 de la tarde

suelo perder la referencia del tiempo,

y siempre acabo pensando,

que el tiempo se para,

pero no se para

y lo que se para, es mi mente y es mi alma.

Y cuando llega el ocaso se encienden mis luces,

soy un lunático incomprendido

y que además, no tiene remedio...

y en cuanto la luna se desnuda

yo me desnudo junto a ella

y después...

ya es cosa nuestra.


SERÍA BUENO PODER DILUCIDAR

MENORCA



Sería bueno poder dilucidar

si al fin y al cabo,

yo soy como mi padre,

algo debo tener

pero ese algo se esconde muy mucho,

algo debí heredar en el gen de la herencia,

y lo que habría que aclarar,

es si ese gen no sufrió hipoxia en el canal del parto

y porque al final y como mucho, 

me quedé con la carcasa de mi padre,

y así por fuera me parezco

y por dentro, no...

claro que antes de sacar conclusiones

había que conocer bien a mi padre por dentro,

quién sabe se desbordaba humanidad,

quién sabe si antes de ser mi padre,

había sido otro,

quién sabe si cuando yo lo conocí

ya estaba en franca decadencia,

tengo un buen recuerdo de él

en mis primeros años de vida,

después...

lo recuerdo en el tobogán que va desde la vida a la muerte

y como poco a poco se apagó su vela.

Fito & Fitipaldis - Me acorde de ti (Videoclip oficial)

ANDAR Y DESANDAR












 









Desandar

es otra forma de andar,

es andar haciendo el pino hacia atrás,

es andar a contra pie como los cangrejos,

es andar buscando lo que te haya caído,

es andar arañando recuerdos con las uñas de los pies

y casi siempre volviendo al punto de partida.

Lo desandado es reiniciarse de nuevo,

es colocarte 40 años atrás

y es comprobar que nunca harías

lo que de aquellas hiciste

y un apunte final...

hay que andar para poder desandar lo andado.

¿SOMOS HUMANOS?



                             Voy comprobando, que con el paso del tiempo, me estoy volviendo más tibio y más prudente y más complaciente y creo que también, más estúpido. No existen los todos y si existen los algos que a su vez suman y te hacen ser un poco más de un lado que del otro. Pero de aquél todo y un todo tan absolutista queda muy poco, por no decir, que no queda nada. Y de nuevo, el todo y la nada y sino va quedando el todo, tampoco va quedando la nada. Yo flutúo como las mareas vivas o no tan vivas, estoy en ese continuo sube y baja que tiene la vida y ahí no me quedo quieto. Es decir asciendo, ahí me mantengo un tiempo y después empiezo a bajar y ahí abajo me quedo otro rato. Por tanto la mayor parte del tiempo estoy en estado de transición hacia algún lugar y sitio y claro que toco los extremos e incluso podía decir, que hasta les he cogido cariño. Pero los extremos, de tan intensos que son y de tanta pasión que requieren te cansan y te agotan y por eso es fundamental saber salir de ellos, a tiempo. Antes, no lo conseguía siempre, es más muchas veces no lo conseguía y por eso hubo años en mi vida que acabaron siendo extremos, patéticos, pobres, dependientes, débiles, frágiles y obsesivos y al menor soplo de viento, me rompía en mil pedazos. De aquellos polvos estos lodos, que diría el otro.

                                             Pero ser frágil, al final y si sobrevives a ello, te hace ser más fuerte que nunca. Pero yo no presumo de ser fuerte, porque no lo soy y en cambio, presumo de haber pasado por todas o por muchas situaciones malas o peores y de seguir vivo y con una ganas de vivir que ya quisieran muchos. Yo ahora, todo lo veo más templado, menos pasional, más tranquilo y ya no voy de infarto. Lo único que me queda de todo ello, es una parte de mi instinto más asesino. Es el primer instinto que te sale (es el instinto más primario y visceral), ese que te hace palpitar como un caballo desbocado, que te hace petar la yugular como un tambor de hojalata, ese que te inunda los ojos de sangre fresca y que si no matas es porque realmente... estás en contra de matar y de sufrir y de torturar y porque al fin y al cabo, al final (y menos mal), siempre gana o casi siempre gana el pensamiento más humanista y ese pensamiento, es plácido, prudente, sosegado y sopesado. Y somos humanos (aunque muchas veces lo dudemos y por un millón de razones todas lógicas), pero la tendencia debe ser inclinarse del lado más humano posible. Y en esas... estoy yo ahora y con mucha paciencia y buena letra.

EL ALMA ES MI ZONA DE TRABAJO

 














El alma es mi zona de trabajo,

terreno acotado y libre de malos rollos,

que también los tengo

y que a veces, hasta me salen de madre,

pero poco a poco y a base de pico y pala

y mucha paciencia,

los voy domando y moldeando,

y además les explico,

que a los malos rollos les tengo manía

y que en cuanto pueda les corto el cuello,

por tanto... me visitan 

y están un rato dentro de mi estructura,

pero yo aprovecho las corrientes marinas

para que los arrastren al otro lado del mar

y como último pensamiento

me vuelvo a reafirmar en lo dicho al principio

"el alma es mi zona de trabajo".

Y ¿QUÉ SOY?

 


¿Y soy hombre

o soy persona?,

aunque en realidad no sé lo que soy

puede que sea algo de todo un poco,

mis venas son cañerías recién desatascadas por tanta mierda acumulada,

mis arterias son avenidas que cruzan fibras y músculos,

mi poco pelo, escaso, sigue en su estado inicial,

mi mandíbula es poderosa y desmesuradamente retráctil,

mis dientes son de acero galvanizado,

mi piel es de cocodrilo,

mis manos son garfios perfectamente insertados,

mis pulmones, antes negros y sucios,

ahora lucen claros y transparentes,

mis ojos...

mis ojos siguen siendo verdes,

quizá de un verde un poco más desgastado y pálido,

mientras que mis ojeras cuelgan como nidos de golondrinas de una cornisa,

mis cicatrices me siguen doliendo, pero menos,

mis recuerdos se cuelan por cualquier resquicio,

y mis penas...y mis penas,

¿qué puedo decir de mis penas?

que existieron,

que estuvieron,

que acamparon dentro de mi,

pero tengo que decir

que llegó un día 

en donde les tuve que enseñar la puerta de salida

y desde aquellas,

no recuerdo su nombre.


ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...