Hoy he visto la luz del otro lado
y os juro... que no me ha gustado,
era luz pálida y fría,
era luz negra de cámara oscura,
era luz de herida abierta inconmensurablemente despótica,
tenía olor a podredumbre con moscas, gusanos
y unos cuantos pelos desperdigados,
eran de aire contaminado por descomposición de esporas fecales,
había esqueletos bailando a ritmo del caos,
había cuencas vacías y retinas desprendidas
en los oscuros campos de la nada más oscura y sin luciérnagas encendidas,
había crujir de huesos porosos y reblandecidos,
había rechinar de dientes malolientes,
y campanillas todas locas en el cielo de sus bocas,
todo era fuego y leña desesperada,
todo ardía como una hoguera en medio de un pinar de aquellos tiempos,
era de noche
de noche cerrada,
no llovía,
ni se sudaba,
todo era calmo,
tranquilo y aburrido,
el mar sonaba de fondo como un inmenso eco,
las chispas de la hoguera saltaban sin control,
tu cara se iluminaba a pequeños ratos
en otros, se apagaba con un ligero soplo de brisa
y mientras y por fin, nos dormíamos el uno en el otro,
y entonces...
yo vi aparecer a la muerte con su guadaña,
primero, me enseñó su brillante luz oscura
y después me señaló en que lugar
debería depositar mi cuerpo y todo mi esqueleto
y ahora todo esto os lo cuento
bajo mi lápida de mármol
y media tonelada de tierra oscura
y tan negra como una noche sin luna...