Hoy la luna
me sabe a poco.
Hoy decía que le dolía el pecho
y que le irradiaba hacia el techo,
creo que le salían crisantemos en el interior de sus huesos huecos,
decía que tenía un gato en las entrañas
y que le maullaba mientras se retorcía como un gato panza arriba,
y mientras...
buscaba el espectro infinito de la noche más oscura,
que no encontró...
y que por fin, concluyó,
que no le llovía como debía
y entonces,
ni una gota cayó encima de mi piel.
Hoy,
los colores son de sudor de tres o cuatro días
y los recuerdos son de ausencias de otros tiempos
hoy, no existe nada, ni nadie,
hoy vuelo
y me crecen los dientes y me caen las muelas al suelo.
Hoy me orino
y crecen las malvas del mismo suelo
y los agujeros negros saltan de lugar y sitio,
y que nadie me diga nada y porque no,
y porque soy a la vez
algo humano e inhumano
y además y al mismo tiempo
puedo oler lo que pasará en el tiempo.
Yo me veo dentro de un agujero negro
y a ti te veo,
flotando entre tus dedos
que a lo mejor, no reconozco,
pero para eso tenemos el sentido,
para perderlo y levantarnos sin él.
En fin...
soy poderoso
pero no tanto
y como podéis ver y comprobar
y que además,
no pasa nada
y porque nada tiene que pasar
si tú no quieres que pase.