Amigo,
por el medio ha pasado casi toda una vida,
ahora y de repente me he despertado,
como sin quererlo
y después de un largo sueño de 64 años,
en que hubo más sueños que pesadillas,
y más dulzura que amargura.
¿Te acuerdas?
te acuerdas de aquellos tiempos de revolución pendiente,
de calles, de manifestaciones,
de defensas, de agresiones,
de quemar coches y contenedores,
de tirar piedras y de correr cual estampida...
¿te acuerdas?
A mí de vez en cuando me vienen flases
y aún te puedo ver corriendo delante de la policía
y como de vez en cuando giras tu cuello 180 grados
y no te preocupes... te digo en susurros,
nadie viene detrás de ti,
ni siquiera yo te persigo,
y es que un día despareciste de mi vida
y esto es lo que me ha quedado de ti,
fogonazos esporádicos en alguna tarde otoñal.