SI QUIERES REABRIMOS PENAS...




Si quieres reabrimos penas

y llantos y miedos

porque de amor ya no queda nada

lo pusimos de saldo

y aquél día se acabó agotando.


De amores, 

mejor no hablamos,

si quieres hablamos de música,

de poemas, de literatura,

de cine, de prosa,

de escultura, de pintura,

de árboles y plantas,

de mares y cielos,

de luna y su luz de luna,

del viento y la brisa marina,

de que bonitos fueron aquellos tiempos...

pero nada de hablar de amor,

el amor ya está hablado y sentido

y sobre todo,

¡está olvidado!.


Habrá otros amores más adelante

y hasta dicen que en el mismo infierno

puede haber más amor.


Yo no me lo creo

pero tampoco lo niego.

EL PUENTE de Amalia Bautista (Del Blog de Emma Gust)

Fotografía de Key Gross




EL PUENTE

Si me dicen que estás al otro lado
de un puente, por extraño que parezca
que estés al otro lado y que me esperes,
yo cruzaré ese puente.
Dime cuál es el puente que separa
tu vida de la mía,
en qué hora negra, en qué ciudad lluviosa,
en qué mundo sin luz está ese puente,
y yo lo cruzaré.


 

DIÓGENES DE CARMEN RUTH BOILLOS (Del Blog Papeles de Pablo Müller)

 

DIÓGENES UN POEMA DE VULNERABLES DE CARMEN RUTH BOILLOS

 

 

 

 

DIÓGENES

 

 

Llevas años atesorando soledad

compartiendo olores con ella,

llenándola de objetos inútiles,

vacío,

lisiados de vida y…

tullidos de alma.

 

Vagas buscando tus riquezas

entre los deshechos de otros,

llenando tu hacienda de inerme compañía,

que busca y llama

a millones de insectos,

ratas

y otros vectores infecciosos.

 

Recorres los pasillos de la loca abundancia

mientras silabeas y tarareas la letanía

que acompaña tus pasos cotidianos.

 

Si hubiera espacio sobre el sofá

te sentarías a recordar

los brazos que una vez te amaron.

 

Si hubiera espacio sobre la mesa

invitarías a tus recuerdos a subsistir

con los manjares de la desidia.

 

Si hubiera espacio en el baño

enjuagarías tus evocaciones tristes,

les lavarías las vergüenzas.

 

Si lo hubiera sobre la cama

retomarías tus sueños

y desarroparías las nostalgias.

 

Pero en esta casa…

ya no hay sitio para nada

la soledad densa el aire

y las penas la pituitaria.

 

 

 

Carmen Ruth Boillos

Vulnerables

 

Huerga y Fierro Editores


PRESTIGE


 

13 de novembro de 2002
Tal día coma hoxe, fai dezaoito anos, escoitamos por primeira vez un nome que NUNCA MÁIS imos olvidar: PRESTIGE.
Un barco que pasearon coma un caldeiro furado, deixando loito por donde pasaba. Un día escachou e soubemos que iso non ía ter fin.
Señores de traxe dicían no "parte" que non era unha marea negra. Ao abrir os ollos e as ventanas o desastre estaba alí, ao lado das nosas casas. Non se podía neghar.
Chegharon voluntarias sen que ninguén chamase por elas. Non había ferramentas porque aquelo non existía.
Aquel inverno non houbo augha que afoghase os nosos berros. Miles de paraguas cubriron o país baixo un lema e unha bandeira común. Puxeron en xogo o noso medio natural e a forma de vida de moitas familias.
Xente de terra adentro estaba defendendo o mar da Costa da Morte como se levasen toda a vida indo mariscar. Nunca volvín ver unha mostra de solidaridade ighual. O mar non era de ninguén porque era de todas.
A nosa responsabilidade é protexer o noso medio natural para que non volva acontecer. Temos que facelo polas voluntarias que coas súas mans axudaron a construír o que temos hoxe.
Xa van dezaoito anos daquel novembro, pero non esquecemos. Dentro de nós permanece unha rabia contida contra as inxustizas. Despois de todo, Prestige deixounos algho positivo, dignidade no corazón. Aquel novembro naceu a nosa conciencia.
NUNCA MÁIS.
Foto.- Jorge Meis

EL OTOÑO DEL PATRIARCA (Gabriel García Márquez)

 



“...que carajo, si al fin y al cabo cuando yo me muera volverán los políticos a repartirse esta vaina como en los tiempos de los godos, ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los cura, los gringos y los ricos, y nada para los pobres, por supuesto, porque ésos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo...”
El otoño del patriarca, Gabriel García Márquez.

J.J.Millás/J.L. Arsuaga (ROCA CABALLERESCA)

 

Del libro LA VIDA CONTADA POR UN SAPIENS A UN NEANDERTAL (J.J.Millás/J.L.Arsuaga)
Capítulo siete: Refundando Bettonia
(..... )
- ¿Tú sabes de dónde viene el granito? - me pregunta.
- Ahora mismo no caigo - digo
- Es una roca ígnea, piensa en eso. Roca ígnea. Procede del enfriamiento del magma.
La verdad es que, si lo piensas, te estremeces. Todas estas formas escultóricas que al oscurecer deben parecer gigantes fueron en otro tiempo materia líquida y ardiente.
- ¿Te has fijado - continúa Arsuaga - en que, con mucha frecuencia, sobre la cima de una roca vertical aparece una horizontal?
- Es cierto - digo.
- Se las llama rocas caballeras; no necesito, creo, explicarte por qué.
Seguimos ascendiendo en medio del paisaje de granito solidificado sin perder de vista el castro, aunque cada vez cuesta distinguirlo un poco más. La sensación de soledad es tal, que si me dijeran que hemos ido a caer en un planeta extraño me lo creería. De súbito, al girar en un recodo del camino, la muralla desaparece.
- Ya no se ve el castro - digo como advirtiendo de un peligro.
El paleontólogo se detiene con la respiración entrecortada y me invita a caminar unos metros más, hasta el siguiente recodo, donde vuelve a detenerse. Dice:
- Nos hemos internado en el territorio por una vía ganadera que tiene siglos de existencia. Hemos dejado atrás el castro, el poblado, la seguridad. Si atravesáramos la sierra que tenemos delante, llegaríamos a Talavera de la Reina.
Se queda observándome, como a la espera de que diga algo, pero no tengo ningún interés en llegar a Talavera de la Reina, si es eso de lo que habla, de modo que alzo las cejas interrogativamente.
- ¿No ves nada que te llame la atención? - pregunta.
Miro en derredor mientras él continúa hablando:
- Ten en cuenta que los fenómenos más portentosos suelen ser de apariencia muy humilde.
En esto descubro a un lado de la vía, justo en la curva que acabamos de dar, una roca vertical, de unos dos metros y medio de altura, terminada en forma de meseta. Sobre la meseta hay depositadas multitud de piedras pequeñas.
- ¿Eso? - digo.
- Eso - dice él -. Eso es celta. Se llama el Canto de los Responsos porque cada vez que alguien echa una piedra ahí arriba, sale un alma del purgatorio.
- Pero la idea del purgatorio es posterior a la Prehistoria.
- Claro, porque más tarde se cristianizó. Pero en sus orígenes célticos era una roca protectora. (.......)

LA ÚLTIMA ETAPA



 Amo la vida.

Odio la muerte.


Morir moriré

tarde o temprano,

y espero que sea más tarde que temprano.


Aunque empiezo a estar en una edad peligrosa,

tengo 64 años y muy cerca de cumplir 65.


A los 60 decía que la vida empezaba a partir de ahí,

que todo lo anterior pesaba muy poco

y a partir de ese día anunciaba el renacimiento.


A los 62 ya no decía lo mismo.

Lo anterior pesaba mucho más

el presente ya no era tan alucinante

y al futuro lo adivinaba más corto y difícil.


A los 65 que voy a cumplir dentro de nada,

les temo

les temo pero sin entrar en pánico,

más bien los respecto y los pondero,

es decir, los valoro mucho más que antes

y no señor,

la vida no empezó a partir de los 60 años,

la vida empezó mucho antes

y lo que comenzó a partir de los 60 años,

fue la última etapa antes de la muerte.


La etapa pre morten

y en donde poco a poco

se te van muriendo pedazos de carne y hueso

y una vez que tu cerebro se inunde de nubes grises

pasarás a ser un muerto viviente.

NECROLÓGICA (Juan José Millás)



Los números verdes, por el fósforo, de los minutos van cayendo para convertirse en horas. Me refiero a las horas del despertador de mi mesilla de noche, un modelo analógico que me acompaña desde hace treinta años. El sueño no llega. Quizá ha cogido un atasco, quizá ha empezado a dormir a la gente que vive en los números pares de mi calle, siendo que yo vivo en uno impar, el caso es que llevo dos horas en la cama y no me duermo. Tengo la boca seca por los ansiolíticos. Las encías, la lengua, el paladar y la garganta parecen de cemento. Imagino que se me seca también la tráquea. Luego, el aparato digestivo se convierte en una especie de tubo de hierro. Sin darme cuenta, creo que estoy llevando a cabo un ejercicio de relajación, pues también las piernas y los brazos se han convertido en pura piedra y pesan mucho, igual que la cabeza. Solo que, en lugar de dormirme, que era lo que pretendía, me muero.

Muerto estoy.
Aparece entonces un joven que dice pertenecer al departamento de recursos humanos del periódico. Me pregunta a quién prefiero que encarguen la necrológica. Se me ocurren dos o tres nombres, pero me parece mal ponerlos en ese compromiso. No hagáis nada, le digo telepáticamente. El de recursos humanos duda.
-Debo insistir -dice.
-No insistas -ruego yo.
Me habla entonces de la existencia de una necrológica estándar, sin firma, que sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Le digo que, si sirve para un roto, me viene bien. Me pregunta si quiero que me la lea y le digo que no, pero de todos modos me la lee. La necrológica me atribuye unas supuestas virtudes de todo a cien y remata enseguida la faena relatando un par de anécdotas biográficas de las que no guardo memoria porque son de cualquiera.
-Pondremos una foto a dos columnas, añade, para compensar los lugares comunes del texto.
En esto, de forma misteriosa, las glándulas salivales comienzan a funcionar y se me humedece la boca y regreso a la vida. Pero el sueño sigue sin llegar.

SIETE POEMAS DE CUADERNO DE GUARDABOSQUE DE LUIS LUNA (Del Blog "Papeles de Pablo Müller")


 

 

 

Es agudo el diálogo del cierzo y del espino.

Se construye con púas

y sílabas de hielo.

Pero está exento de dolor.

Lo salva la fatiga.

 

 

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Otra vez los árboles desnudos

te hacen tiritar frente a la luz rojiza de la tarde

y de nuevo los pájaros se posan en tus ramas

para cederte su equilibrio.

Con qué reiteración paciente

se afirma en ti el entorno

hasta hacerte paisaje

lugar en donde caben

los árboles, los pájaros

tu propia inexistencia.

 

 

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No reniego del día.

En él cabe el desierto

que la voz amortigua.

La espera necesaria.

Todo aquello que pone ante tus ojos

completamente nuevo

y tal vez intocado

 

 

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Tiras la piedra

al centro del estanque

y no alcanza tu vista a ver los círculos.

Lo que importa es la imagen

que nace en tu memoria

la respuesta que vibra

en el hueco vacío de tu mano.

 

 

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Sobre la nieve

el animal descubre sus pisadas.

La conciencia del signo.

 

 

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El sol sobre la nieve

una sílaba es.

Donde todo comienza.

 

 

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El pastor ciego conduce su ganado

por la estepa y los cerros.

Como tú las palabras.

 

 

 

Luis Luna

Cuaderno del guardabosque seguido de variaciones sobre paisaje

 


 

ALARGABA LA MANO Y TE TOCABA de Antonio Gala (del blog azuldemar)

 

Alargaba la mano y te tocaba.

Te tocaba: rozaba tu frontera,
el suave sitio donde tú terminas,
sólo míos el aire y mi ternura.
Tú moras en lugares indecibles,
indescifrable mar, lejana luz
que no puede apresarse.
Te me escapabas, de cristal y aroma,
por el aire, que entraba y que salía,
dueño de ti por dentro. Y yo quedaba fuera,
en el dintel de siempre, prisionero
de la celda exterior.

La libertad
hubiera sido herir tu pensamiento,
trasponer el umbral de tu mirada,
ser tú, ser tú de otra manera. Abrirte,
como una flor, la infancia , y aspirar
su esencia y devorarla. Hacer
comunes humo y piedra. Revocar
el mandato de ser. Entrar. Entrarnos
uno en el otro. Trasponer los últimos
límites. Reunirnos.....

Alargaba la mano y te tocaba.
Tú mirabas la luz y la gavilla.
Eras luz y gavilla, plenitud
en ti misma, rotunda como el mundo.
Caricias no valían, ni cuchillos,
ni cálidas mareas. Tú, allí, a solas,
sonriente, apartada, eterna tú.
Y yo, eterno, apartado, sonriente,
remitiéndote pactos inservibles,
alianzas de cera.

Todo estuvo de nuestra parte, pero
cuál  era nuestra parte, el punto
de coincidencia, el tacto
que pudo ser llamado sólo nuestro.

Una voz, en la calle, llama y otra
le responde. Dos manos se entrelazan.
Uno en otro, los labios se acomodan;
los cuerpos se acomodan. Abril, clásico,
se abate, emperador de los encuentros.
¿Esto era amor? La soledad no sabe
qué responder: persiste, tiembla, anhela
destruirse. Impaciente
se derrama en las manos ofrecidas.
Una voz en la calle....Cuánto olor,
cuánto escenario para nada. Miro
tus ojos. Yo miro los ojos tuyos;
tú, los míos: ¿esto se llama amor?

Permanecemos. Sí, permanecemos
no indiferentes, pero diferentes. Somos
tú y yo: los dos, desde la orilla
de la corriente, solos, desvalidos,
la piel alzada como un muro, solos
tú y yo, sin fuerza ya, sin esperanza.
Idénticos en todo,
sólo en amor distintos.
La tristeza, sedosa, nos envuelve
como una niebla: ése es el lazo único;
ésa  la patria en que nos encontramos.
Por fin te identifico con mis huesos
en el candor de la desesperanza.
Aquí estamos nosotros: desvaídos
los dos, borrados, más difíciles,
a punto de no ser....¿Amor es esto?
¿Acaso amor es esta no existencia
de tanto ser? ¿Es este desvivirse
por vivir? Ya desangrado
de mí, ya inmóvil en ti, ya
alterado, el recuerdo se reanuda.
Se reanuda la inútil existencia....
Y alargaba la mano y te tocaba.

 

GEORGE ORWELL