EXPLICARTE A TI, HIJO MÍO


 

EXPLICARTE A TI, HIJO MÍO


Explicarte a ti, hijo mío,

explicarte el funcionamiento de la vida

sería como contarte una historia interminable.

Además,

desconozco los mecanismos íntimos de su funcionamiento,

y que es lo que nos impulsa a seguir viviendo,

si será el día a día

si será la luz del sol

o será el influjo de la luna.


Pero hay algo de nosotros,

que desconocemos,

pero que nos aferra a la madre tierra

con manos y con dedos.


Hay una especie de simbiosis catártica

entre el hombre y la madre tierra,

que nos hace ser únicos, impredecibles y seres humanos.


Dicen que los rasgos de cada uno están impresos en el ADN

y deben estar grabados a cincel y martillo,

porque cuando uno se pierde,

siempre aparece el instinto

que te hace subir de peldaño

cuando te sientes más hundido,

y te sacará a flote como un submarino herido.


En fin hijo mío,

somos gigantes con pies de barro,

somos delicadamente delicados,

somos sensibles y a veces, sensibleros,

nos va la lágrima fácil y el guión de las fotonovelas.


Como te voy a pedir a ti, hijo mío

que me comprendas hasta la náusea.

Lo que nos diferencia, hijo mío

es la experiencia

de mis largos años de vivencias

y eso me da poso y me sedimenta como persona,

pero desde luego

no me da la clave de mi existencia.




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JULIO CORTÁZAR