Estos últimos (los rogantes), son los que ruegan y van implorando por la vida sin desconsuelo y toda su vida (son los rogantes o suplicantes), es decir, son unas lindas ladillitas vestidas de seres humanos. Y los primeros o arrogantes, son esos individuos altaneros, que dicen estar por encima de todos y de todo. En consecuencia te tratan con el desprecio de que le otorga su arrogancia y como si fueran poseedores de un título nobiliario nombrado por la gracia de dios. Después hay los regantes, pero estos sólo riegan y además no se meten con nadie.
Rogantes hay muchos por la vida, los hay ladinos y son expertos simuladores o sea que ruegan pero parece que no lo hacen y los hay descarados y estos últimos ruegan con todo su desparpajo. Yo de preferir a alguno de ellos, prefiero a éstos últimos (a los descarados), por lo menos van de frente y dando la cara. Los rogantes ladinos o ladillas escondidas, son bichos asquerosos y grimosos que van de lindas mariposa y en el fondo son unas larvas que se arrastran por el lodo.
Los arrogantes son prepotentes y presumidos, les gusta demostrar sus logros y ostentarlos con todo su orgullo de macho alfa. Pero además les gusta el despreciar. Es decir, cada logro de ellos es un insulto para los demás y porque para ellos, en cada fracaso tú decreces o te encoges, mientras ellos en cada logro o triunfo, se agigantan como pavos reales. Por lo menos es lo que pretenden (su primera intención es pasarte todos sus logros por delante de tus narices y para que así... te hundas y no levantes cabeza nunca más). Pero el que lo consigan, también depende de si tú les dejas. Es decir, cuando un gallo de éste tipo empieza con su alardeo y despliegue de plumas, justo en ese momento, hay que tener la agilidad de cortarles el rollo ipso facto, porque si no después ya irán más sueltos y más creciditos y será más difícil poder parar su prepotencia...
La peor "cualidad" de un arrogante es su desprecio. Te ven como ve un gigante a una pequeña hormiguita toda desprotegida. Te ven con cara de perdonavidas y su mensaje es más que claro... él viene a ser dios y tú una mierda pinchada en un palo. Se debería de usar la táctica de ser mucho mejor que él (que no siempre se hace y no siempre se consigue). O sea, si él tío alardea de algo y piensa que es el no va más del universo, pues tú siempre vas a ser más (siempre tendrás que ser más que él) y le cuentas un hecho o historia que hiciste y que en realidad no hiciste, pero que siempre y siempre, tu cuento supere a su puta historia de fantasma. Como decía el otro: "Para chulo mi pirulo", lo mismo pero con otras palabras más finas.
Al arrogante le gusta tener público, pues su humillación hacia ti casi carecería de sentido. O sea que en plan personal pasan de humillarte, pero cuando están en grupo, ahí es donde demuestran su verdadera condición de víboras venenosas. Les encanta el tema de la humillación y poner el pie sobre el cadáver del que ellos consideran su enemigo. El único consuelo, es que el arrogante se gusta demasiado y tanto se gusta que al final, se dejará llevar por su instinto asesino de los más débiles y entonces, llegará el momento en el que traspasarán la frontera de la humillación. Y ahí, es donde se le puede pillar y es el instante idóneo para dejarlo en ridículo y así bajarle sus putos humos de cabrón (y con redobles de tambor). Es su punto más débil, pues cuando se sienten creciditos se ponen blanditos. Cuando pillas a uno bien, te quedas satisfecho para muchos años y siempre te quedarás en disposición de que si viene el siguiente con su arrogancia de mierda, ya te pillará preparado y entonces sí que se le caerán los anillos y los dientes al suelo. Y sin dientes, son como lindos tiburones de agua dulce que no muerden ni ladran ni nadie les va a hacer caso.
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