Hoy no llueve.
No llueve como casi todos los días.
Ahora,
en éste mes de septiembre
estoy esperando la gota fría
que por estos lares
suele causar estragos
y es que se pone a llover tanto
y en tan poco tiempo
que se forman ríos de barro, fango y malas ideas.
Tampoco quiero catástrofes naturales,
yo sólo quiero que llueva
y que todo se moje (incluido yo)
y que al llegar a casa
tenga que secar y limpiar mis gafas.
Necesito sentir la mano templada
de la lluvia de septiembre
sobre mis hombros y manos.

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