Yo soy de los que confío.
Confío por mi propia naturaleza de medio animal
y no por un razonamiento bien sazonado
que a su vez me haya demostrado
que tengo que ser confiado.
En realidad confío porque así vine al mundo.
Más tarde
aprendí a desconfiar y fui aprendiendo por el camino
y me fueron dando por todos lados
y hasta que llegó un momento en que me dije
¡ya no puedo más!.
Ahora dependo del día y del viento
y si es un lunes o hace viento del sur
desconfío más que respiro
mientras al confiar lo guardo en el bolsillo de atrás
y a la espera de que el viento o el día cambien,
que sé muy bien
que tarde o temprano
tendrán que cambiar.

No hay comentarios:
Publicar un comentario