En las profundas oscuridades de mis dudas
he decidido poner una vela encendida.
Quiero dedicarle una luz
y por haber obtenido el honor de haberlas tenido conmigo.
Además quiero poner
amapolas en sus maltrechas paredes,
luciérnagas en ese techo que poco a poco se va venciendo
y en las esquinas quiero poner
cuatro perros verdes con ojos fluorescentes.
Así será mi cueva.
Y yo era de los que pensaba
que en la duda estaba el problema
y que una cueva, como la mía,
no me iba a servir de nada...
pero resulta que mi cueva
es parte de mi nave
y yo soy parte de ella.

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