Wislawa Szymborska


 

Una vez encontró en los arbustos
una jaula de palomas.
Se la llevó
y para eso la tiene
para que siga vacía.


Wislawa Szymborska

PESADILLA (Hace 8 años)


PESADILLA

Ésta noche me desperté sudando en medio de una maldita pesadilla y ahora y como pasa muchas veces, ya no me acuerdo de ella. No sé desgranarla porque no puedo acordarme de nada. Es verdad que a veces uno encuentra un pequeño hilo deshilachado, que si tiras de él llegas a saber por lo menos de que tema iba la maldita pesadilla. Pero en otras, como es el caso, ni hilo deshilachado ni hostias benditas, en blanco nuclear me he quedado. Al final, lo único que te queda es ese sabor de boca extraño, ese deje amargo que ha dejado la pesadilla. Y cada vez que te llega ese sabor, vuelves a intentar descifrar cual fue tu pesadilla fantasmagórica. Sin darte cuenta, el día ya lo tienes marcado por esa pesadilla: el sabor amargo, las vueltas que le das para intentar acordarte y lo incómodo que te hace sentir. Pues lo cotidiano, sean quehaceres y tareas emprendidas, se verán interrumpidas por esos pensamientos en vaivén.
Me he lavado la boca dos veces por lo menos y el sabor vuelve y regurgita con más fuerza que antes. Por lo que deduzco que es más profundo de lo que yo pienso. A lo mejor la pesadilla no ha quedado convenientemente guardada en la memoria y por eso no me acuerdo de ella, pero puede que se haya quedado en alguna parte desconocida, porque la sensación es que la tengo dentro de mí y estar está, pues de vez en cuando me manda mensajes a través de ese sabor raro o a través de esos pensamientos espesos y de nebulosa. A veces he intentado comunicarme con ella y ya que conscientemente veo que no puedo, intento sumergirme en su terreno, y me dejo llevar a un plano subconsciente o sea al terreno de los sueños. Cierro los ojos y hasta me acuesto completamente a oscuras, y a ver si éstas condiciones favorecen esta comunicación interplanetaria. Si alcanzo ese estado de semiinconsciencia que hay entre el sueño y el estar despierto, pues debería funcionar el sistema comunicativo. Pero de nuevo, nada de nada, no logro alcanzar a mi pesadilla, en tal caso me monto otros semisueños nuevos, que no logran quitarme esa amargura de la boca. Y si me quedo en estado letárgico o sea dormido del todo, los sueños que voy teniendo no tienen nada que ver con mi auténtica pesadilla.
Entonces concluyo: mi pesadilla debe ser autista, pues no encuentro la forma de comunicarme con ella. Al final sigue ese sabor de boca metálico y esos destellos que de vez en cuando emite la pesadilla y así va pasando el día. Vamos como un día más, pero con el peso de haber tenido una maldita pesadilla que nunca más sabré cual fue..


 

PERDONEN (Juan José Millás)


 

Perdonen

Esto no debería abordarse como un problema mecánico de cierre o apertura de puertas, sino como una cuestión de decencia y de respeto a la especie a la que pertenecemos
El rey de Marruecos abre una puerta y provoca una crisis en España y quizá en Europa. Se lo imagina uno dejándose abanicar mientras indica al ayudante de campo el grado de apertura que desea. Dispone de una gran pantalla de TV para observar el caudal de pobres de su reino que pasan al otro lado y calcular cuándo conviene aumentar o disminuir el flujo. “Que abran una rendija”, le dice al coronel con el pecho lleno de medallas, “para que sólo quepan niños”. Y ahí van, en avalancha, decenas o cientos de críos que chapotean, pobres, al otro lado de la grieta que su monarca ha tenido a bien franquearles. “Que la abran un poco más para dar salida a tres o cuatro mil adultos”. Y los adultos se precipitan en chorro aligerando de este modo sus reservas de carne de cañón. ¿Será por falta de carne de cañón? Le sobran palacios, mansiones, negocios hoteleros, yates y carne de cañón para vivir varias existencias completas a cuerpo de sátrapa.
Mohamed VI no provoca crisis migratorias, provoca inundaciones. El sintagma “crisis migratoria” incluye connotaciones de orden moral, humanitario, de preceptos desconocidos para la geopolítica en general y para Marruecos en particular. Que Europa, tan dada a externalizar los problemas migratorios (véase Turquía), viva pendiente de esa puerta accionada a distancia por un monstruo resulta deprimente. Europa se reserva el derecho de admisión siempre y cuando un funcionario de aquí o de allá no le meta el pie en la puerta para impedirlo.
Tal vez, esto no debería abordarse como un mero problema mecánico de cierre o apertura de puertas, sino como una cuestión de decencia y de respeto a la especie a la que pertenecemos. Grandes palabras, decencia y respeto. Perdonen la prosopopeya.
J.J.Millás


 

DONDE

 


Donde 

rezuman los recuerdos y la memoria.

Donde 

saltan de rama en rama y de nido en nido

mientras escuchan a lo lejos

el piar de los muertos de hambre

y el cercano zumbido de los que portan banderas,

para así señalarse

como patriotas de polvo y paja

y como tristes seguidores de la banalidad.

LA CAÍDA de Batania

Fue mi historia con ella como tirarse del décimo y encontrarse en el aire con una mujer que se había lanzado del noveno: pensé que nos unía ...