UNA PEQUEÑA HISTORIA

 


UNA PEQUEÑA HISTORIA

Este es conocido como uno de los momentos más increíbles de la medicina. En 1922, en la Universidad de Toronto, los científicos fueron a la sala de un hospital con niños que estaban en coma y morían de cetoacidosis diabética. Imagínese una habitación llena de padres sentados junto a la cama esperando la inevitable muerte de su hijo. Los científicos fueron de cama en cama e inyectaron a los niños el nuevo extracto purificado: la insulina. Cuando empezaron a inyectar al último niño en coma, el primer niño inyectado comenzó a despertar. Uno por uno, todos los niños despertaron de sus comas diabéticos. Una habitación de muerte y tristeza, se convirtió en un lugar de alegría y esperanza.

EN EL FONDO...

 



Y la playa está sola

 además, le gusta vestirse de soledad

pienso yo...por un momento...

y como si me sirviera de consuelo en éste anochecer invernal...


Porque no me quiero ver reflejado en mi propio espejo,

y es que me duele la cruda y fría verdad

y me escuece la mentira piadosa

y el reflejo de mi iris sobre el frío cristal...


Sé que a veces prefiero

mirarme en espejo ajeno,

más que en el mío propio,

a veces pasa eso,

prefieres la mirada del ignorante desconocido

que la del amigo que te va a decir la verdad.



INHUMANO Y MÁS...

 


"El 2 de septiembre de 2020 se cumplieron 20 años de la fotografía que hice en la Playa de los Alemanes, en Tarifa, Cádiz. Una pareja de bañistas frente al cadáver de una persona migrante subsahariana tras naufragar su patera. La veo ahora y me pregunto: ¿Hemos cambiado nuestra mirada sobre ‘ellos’? La respuesta es sí. Ahora ya no es solo indiferencia, ahora también es odio inducido con patrañas e inoculado por el nuevo fascismo ascendente en millones de corazones, almas y votos ante el silencio cómplice de algunos que se autoproclaman respetuosos con los derechos humanos.
(...) No había dispositivo de ayuda a pie de playa. Los que llegaban vivos, heridos, quemados o con hipotermia estaban tirados en playas y roquedales durante cinco o siete horas, ya bajo custodia policial. He sido testigo de cómo guardias daban el biberón a bebés hambrientos, con su propio dinero, y de cómo vecinos ayudaban o daban refugio clandestino a los migrantes para que no fueran deportados. También he visto la indiferencia, sobre todo en instituciones y gobiernos. Pero nunca el odio y la criminalización política interesada que sufren ahora.
Tampoco había asistencia humanitaria y algunos guardias les compraban bocadillos. Los encerraban durante 40 días, sin ver el sol y sin médicos, en la siniestra sala de maletas del viejo aeropuerto, de donde salían millones de turistas. Se encarcelaba a personas no delincuentes en un campo de concentración llamado CIE. Mientras nuestros campos se llenaban de trabajadores migrantes sin derechos, nuestra economía crecía. Recuerdo el terror esperando a que llegaran camiones para llevarse deportados a los indocumentados. Hoy siguen esclavizados y en condiciones inhumanas, como jornaleros, con papeles o sin ellos, en asentamientos de chabolas que les queman cada poco. Lepe, en Huelva, el Ejido, en Almería, o Lleida siguen siendo símbolos de la explotación humana. Y muchos continúan con el miedo a ser deportados".

NIÑA DE ALMA GRANDE

 

Niña de Alma Grande.

La niña Ruby Bridges, con sólo 6 años, es escoltada por delegados federales en Louisiana, 14 de noviembre de 1960. Bridges fue la primer estudiante negra estudiando en una escuela para blancos, ella participó en un proyecto federal que pretendía acabar con la segregación racial en las escuelas del estado de Louisiana.
El 14 de noviembre de 1960, Ruby bridges se dirigió a la escuela William Franz en Nueva Orleans. Tomó coraje, entró a las dependencias del colegio y se encontró con la institución vacía.
El cuerpo docente se había negado a enseñar a la niña negra y los padres del resto de las/los estudiantes no los llevaron más a esa clase.
Sólo una maestra se ofreció a enseñarle y lo hizo todo ese año, como si tuviera la presencia de más estudiantes en la sala.
Al final del primer día de clase, tres alguaciles federales, armados, esperaban a la gran Ruby para escoltarla a casa, frente a una multitud de casi 1000 personas que la agredían verbalmente, la escupían y la amenazaban de muerte. El Delegado federal Charles Burks, recordó más tarde: "ella mostró mucha valentía, nunca lloró. Ella no lloró. Sólo marchaba como un pequeño soldado, y todos estamos muy orgullosos de ella... ".

DESDE ESTE DESIERTO DE MI PISO de Gloria Fuertes (Blog "azuldemar")

 


De este manantial de soledad exterior,
me brota continuamente
el agua clara de la paz;
el silencio interior me acaricia
como no sabe hacerlo ningún humano.
El silencio interior se manifiesta
y me escucho,
—aunque oigo también
los mil ruidos de la autopista
a la que dan mis terrazas—.
desde mi celda,
entre el asfalto y las golondrinas
trenzo el puente invidente
por el que paso a meditar,
que no puedo prescindir aún de las personas
de este mundo que me rodea,
que me conoce,
—o que no me conoce—,
que me adula
o hiere o ama
o envidia.

Desde este desierto de mi piso
amo en soledad a todos
y rezo un poema por los analfabetos del amor.

 




HARTO Y NO HARTO

 


Se me dilatan las arterias 

por tanto hartazgo acumulado...


Voy sobrepasado y falto de tiempo

me pasan y me sobrepasan por encima de mi viejo cuerpo

y con esa mirada tan despectiva

que solo da el desprecio...


En mis tiempos y ante tanto desagravio

 yo me consideraba fuerte e inmune

y hasta pensaba que me crecía ante las adversidades,

y tardé mucho tiempo en darme cuenta que no era así, 

cada ataque hacía mella en mí

y dejaba una cicatriz cada vez más honda

y tan honda y tan escondida

que siempre pensé

que aquellos huesos horadados

eran producto de una osteoporosis precoz,

pero no y porque en realidad,

eran agujeros negros dentro de mi conciencia

eran heridas en la capa más profunda de mi alma

y cada herida llevaba impresa su fecha de nacimiento.


Ahora tengo un árbol genealógico 

con mis heridas interiores

y cada una tiene fecha, nombre y apellidos

y año en que se empezó a curar.


Hay fechas de muy buenas cosechas

y hay otras que son imposibles de olvidar

y hay épocas de guerra fría

y de guerra de guerrillas

pero  afortunadamente

también hay épocas de paz y tranquilidad

SU GENITALIDAD (Juan José Millás)

 Me meto, para hacer tiempo, en un bar en cuya barrar hay varios periódicos del día. Aunque es temprano, ya hay gente que los ha leído. Bueno, más que leerlos, parece que se han peleado con ellos, pues están desencuadernados, desencajados, arrugados, tristes. Un periódico triste no es necesariamente el que trae malas noticias, sino el que tiene una mancha de café con leche en Cultura. O un lamparón de grasa en Necrológicas Tomo el que me parece menos castigado, lo abro y leo que alguien, no sé dónde, encontró un zapato con un pie dentro. El ruido ambiental no me permite concentrarme en la noticia, de modo que la leo en diagonal, preocupado también por mi cita con el dentista, cuya consulta se encuentra en el portal de al lado. Me va a quitar una muela que no me da más que problemas. Muerto el perro, se acabó la rabia. En la medida en que la muela forma parte del esqueleto, siento que me va arrancar una parte de él. Me vienen a la cabeza vitrinas de museos en las que aparecen calaveras sin dientes. Las calaveras tienen su personalidad. ¿Qué transmitirá la mía dentro de cien o doscientos años, cuando esté completamente descarnada? ¿Inseguridad, pena, rabia, lástima?

De modo que un zapato con un pie dentro. Imagino que al final del día, al descalzarnos, los pies se quedaran dentro de los zapatos y un escalofrío me recorre la médula. Esto de la médula y el escalofrío no es un modo de hablar, es como suena. Cuando la sensación llega a la nuca, un camarero se acerca y me pregunta si me ocurre algo.
-No me encuentro muy bien –digo.
-¿Vive cerca? ¿Quiere que avisemos a su casa?
-Enseguida se me pasará, gracias.
Durante mucho tiempo dormí con calcetines por miedo a que los pies se me desprendieran de los tobillos por la noche. Según pude averiguar, es uno de los modos en que se manifiesta el temor a la castración. Todos somos castrables. La posesión de un pene implica el pánico a perderlo. Solo que ese pánico se muestra de formas indirectas. La pérdida de las piezas dentales es una de ellas. Antes de abandonar el bar, ordeno las páginas del periódico, para el que venga detrás de mí. Reconstruyo su genitalidad, como si dijéramos.




Que nadie se entere

 Que nadie se entere

que tú y yo somos arena y agua

y que a solas los dos, somos uno,

yo soy el alma que clama

y tú eres el corazón palpitante

yo soy el poeta y tú eres la inspiración,

tú eres mi dulce veneno

y yo el autor de la canción.

¿QUIÉN GANARÁ?


 

FRIDA KAHLO


 

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...