Escríbame usted por el motivo que sea,
por ejemplo,
por necesidad perentoria del ¡ahora ya!
o porque le da la real gana de hacerlo y no se hable más,
o porque yo se lo pido y muy educadamente y encarecidamente.
Escríbame usted un mensaje de texto
y una carta llena de letras escritas por sus hermosos dedos
o mándeme una señal de su existencia,
mándeme una señal de que aún sigo viva,
o de que yo estoy y sigo aquí
y que estoy más viva que muerta.
Que mire usted...
que aunque la vida se me empieza a caer a cachitos,
me gustaría escuchar de usted y de una vez por todas
si yo aún sigo formando parte de aquél ayer,
no del hoy (ya sé que no)
sino del ayer (y espero que sí).
¡Me gustaría morirme
sabiendo que sí!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario