LA ESPUMA DE AQUELLOS DÍAS



Desde que desapareciste de mi vida

me siento mejor

más liviano, menos ácido, más amable...

cosa que agradecen mi estómago y mis cuerdas vocales,

y por supuesto... mi alma inmunda,

porque tampoco me merezco un aplauso por mis actos,

no soy un alma pura y limpia,

me envilezco en cualquier esquina,

guardo el resentimiento dentro de mis huesos

y en las noches de luna llena

me sale espuma por la boca.

Soy un ser del otro lado,

tengo rabo, cuernos y verrugas,

mi alma es oscura como la noche,

y duermo boca abajo para que mi cerebro se encharque...

Y los días y meses van pasando como el aire que respiro,

y ahora no eres más que una mancha en mi expediente.

Lejos han quedado aquellas tardes de locura interminable,

fuiste, pudiste, estuviste...

pero el tiempo ha sido el mejor encargado

de limpiar 

la espuma de aquellos días.

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JULIO CORTÁZAR