ME HABÍA ACOSTUMBRADO AL AMOR

 



Yo soy amante de la sin razón y del desequilibrio mental,
por eso y entre otras cosas...,
me enamoré de ti,
como sino se podría entender
que te pude querer a contracorriente,
contra todo, 
contra mi mundo, 
contra tu mundo,
en el puto silencio, 
paseando de la mano por el jardín, 
tocando lo prohibido y lo incandescente, 
soñando que al día siguiente te podría volver a ver,
hablando pero sin alterar el silencio,
queriendo estar y en realidad, no estar...
no sé...
me había acostumbrado a vivir en el deseo perpetuo,
sin verte, 
sin tocarte, 
sin tenerte y sin poseerte,
siempre deseando estar en otro lugar,
lejos, muy lejos...tan lejos...
que ni me acuerdo de donde habíamos partido.

No sé...
me había acostumbrado a recorrer mentalmente tu cuerpo,
a coger tu mano, 
a pellizcar tus deseos, 
a esconderme en cada rincón de tu cuerpo
a cobijarme en la profundidad de tus grutas,
y a querer sin devolver
no sé...
creo que me había acostumbrado 
y en definitiva
al amor.

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JULIO CORTÁZAR