EL DÍA DE HOY


El día de hoy está gris tirando a negro y a veces se cuela algún rayo de sol. Día de calor húmedo y denso, que hace de ésta Isla que ya de por sí es tranquila, una especie de Balneario. ¡Joder! como añoro los Balnearios, pero los Balndearios Balnearios o sea con sus preciosos jardines decadentes y donde dominan los sonidos del agua y que su edificio sea concorde con su jardín o sea que sea de grandes y altos techos, que el mobiliario sea añejo y rancio y que todo huela a antiguo y por supuesto, con suelos de madera.

No soporto los Spas y Balnearios nuevos por esto, por sus putas moderneces de mierda que le quitan ese aire a añejo. A mi gustan los grifos corroídos que nunca cierran bien, las cañerías teñidas de óxido y que gotean un poco, los sonidos de ese goteo pertinaz y contínuo, que las puertas chirríen un poco. ¿Qué le voy hacer?, si yo nací en un siglo equivocado, si yo sería feliz y como una perdiz en los años 20 del anterior siglo XX y lo digo por todo, pues me encanta aquella estética entre decadente y atrevida: su forma de vestir, sus coches, su forma de divertirse y hasta me encanta la música de los felices años 20.

Lo dicho, Dios me castigó cuando me hizo nacer en 1.956. ¡Hombre! también tengo que reconocer que me gustan un mogollón de cosas nuevas: ese aire acondicionado que me refresca en Verano, el buga que vaya con su ordenador de a bordo, el Internet y lo que me facilita que pueda seguir escribiendo, el puto móvil de mierda, que aunque en general me cague en él, tengo que reconocer que me presta grandes servicios. Ahora bien, todas éstas moderneces me gustan, pero me gustan englobadas dentro de un entorno que me suene a viejo y por eso, hasta mi casa tiene más de 100 años, porque por ella pasan muchos fantasmas y que a veces pierden parte de su tiempo para hablar conmigo.

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JULIO CORTÁZAR