MI CUEVA


Tengo que ponerme las pilas para entrar de lleno en mis tareas diarias. Tengo que coger el coche y antes limpiar la "O" del teclado, porque le tengo que dar con toda mi saña para que escriba. Y "O" hay muchas por escribir y ahora me estoy dando cuenta de ello. Tengo que llevar el coche al taller. Pagar lo que me queda de obra en mi hogar sacrosanto y algunas pendejadas más que aún tengo pendientes, como es el recolocar las cosas de mi casa, porque yo, ¡ya no puedo más!. Necesito tener mi propio estudio o cueva en donde poder cobijarme para escribir tranquilamente.

Claro que éstas preocupaciones se podían decir que son las de un tío que vive bien y puede que así es y me alegro de que así sea o acaso yo voy a decir ¿que preferiría vivir debajo de un puente y sin poderme llevar un mendrugo a la boca?. O acaso es pecado el intentar vivir lo mejor posible y tener una casa que  resulte amable y confortable y si es pecado, pues nada, que soy un gran pecador, que soy como el demonio con cuernos y rabo.

Vamos a ver...soy como soy y soy un tío que le tiene ganas a la vida y porque la vida te da algo, pero en contadas ocasiones, porque la vida en sí, es rácana y cutre y si tú no le metes caña, te dejará vivir pero bajo mínimos y siempre estarás falto de vida y de oxígeno. Yo le exijo unas cuantas cosas, pero sobre todo le exijo una cosa, que me deje vivir en paz y sin padecer un gran perjuicio físico,pues yo me encargo del resto. Me encargo de sacar las castañas del fuego, de cubrir mis necesidades más vitales, de expandir mi imperio de cariño y sentimientos y de adecentar mi cueva de lobo solitario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR