LA RAZA HUMANA

 


                                                                                                                                                                    Que me pasa a mí,  
que no le pasa a nadie más,                                                                             
acaso, soy un ser extraordinario,
diferente y extraño,
o la diferencia está en los demás que me rodean.

Porque yo veo todos los días mi cara,
y os aseguro que no me salen cuernos en la frente, 
ni mis incisivos superiores crecen con desmesura,
ni mi cara se elonga en forma de hocico,
ni siquiera me entra la rabia, ni rosmo, ni ladro, 
ni babeo cuando te veo.

Por lo tanto concluyo:
soy una persona normal,
aunque no carezco de defectos,
pero éstos van dentro de mi pedigrí,
y tampoco tengo fecha de caducidad declarada,
y que yo sepa, 
aún me queda mecha para rato.

Será acaso que yo soy el ser humano,
y que los demás son falsas apariencias que a veces
me hablan, me sonríen y lloran,
¿será eso?, no lo sé,
porque lo que yo sé, 
es que no me fio de nadie,
por no fiarme...no me fio ni de mi mismo,
y si me pasa eso,
y en el espejo veo mi inmensa humanidad,
¿porque los demás?, me pregunto,
¿no pueden ser lobos con piel de cordero?.

¿O hay alguien que ose decirme lo contrario?,
porque yo no soy espejo de nadie,
ni espío a través de cerraduras,
ni soy un cura que confiesa a pecadores,
y entonces ¿que coño voy a saber yo
de lo que hacen los demás con su vida?.

Lo único que sé de la raza humana,
es que a éste ritmo tan destructivo, 
le queda poco, tan poco, 
que apenas hay esperanza de vida,
sólo nos queda ponerse a la cola,
a la cola que da directamente 
a la caldera del señor de las tinieblas.

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JULIO CORTÁZAR