RUTINAS

 


Día a día,
y con la misma rutina,
el día y la noche, la noche y el día,
las mañanas, las tardes,
y los mediodías.
Los domingos, los lunes,
el viernes y el fin de semana.
Me duermo y me levanto,
y me cuesta despertarme,
meo, cago, y me lavo los dientes,
desayuno y meriendo como un alto ejecutivo,
me afeito o no me afeito,
dudo y pienso,
me ducho y me callo, 
sigo y sigo porque hay que seguir,
y porque si no, 
no llego a lo que tenga que hacer,
me siento y trabajo,
me concentro y resuelvo,
pienso de nuevo,
y así, hasta que cae el día.

Después me inhibo,
y me vuelvo autista,
no me reconozco por fuera,
y menos por mis adentros,
ahí, me autoexcluyo y huyo,
me tumbo y todo retumba como un eco contínuo,
descanso como puedo,
y busco la mejor postura,
me acomodo o me incomodo,
intento descansar de nuevo,
me cabreo porque nada salió como tenía pensado,
me espeso y me voy autodesapareciendo,
así y hasta que los párpados me piden paz y sosiego.
Entonces... me quedo dormido.

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GEORGE ORWELL