Y TE PERDÍ A LO LEJOS

 

Y te perdí a lo lejos,
y mientras estaba desapareciendo tu cuerpo,
tu sombra también se despedía,
saludaba moviendo la mano...
en esas, cogió el sombrero
lo tiro por los aires,
y yo pensé,
¡se acabó!,
y  sentí un aguijón punzante
o era una espada que se clavaba
pues yo sabía,
que era la despedida definitiva.

Y ya sé que nos prometimos volvernos a ver,
y a escribirnos cada Domingo,
y nos comprometimos a soñar el uno con el otro,
pero los sueños son sueños
y además y a veces, se los lleva el viento,
y la puta realidad es la de cada día,
y entras y sales y sales y entras,
y cada movimiento es un desgaste,
y la maquinaria de nuestra alma,
necesita aceite y grasa,
y un poco de mínimo mantenimiento
y si al parecer somos máquinas,
para qué nos prometimos el volvernos a ver.

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JULIO CORTÁZAR