OTOÑO

 



Día 28 de Septiembre del 2.018. No hay nada nuevo en ésta larga y a veces, muy corta travesía (creo que la mayoría de las veces es muy corta y más cuando empiezas a divisar la meta). El barco sigue el rumbo preestablecido y anteriormente marcado. La vida y sus cosas siguen flotando a su manera y a su libre albedrío. Los días se van haciendo más cortos y dentro de nada se hará de noche a las 5 de la tarde y entonces y en ese mismo momento podíamos decir y a voz en grito: la hemos jodido compañeros, la hemos jodido y bien jodido. Pero bueno, quedan dos meses por el medio y en ese tránsito quedan muchos peces por ser pescados, muchas setas que coger y cocinar y por supuesto, quedan por caer muchas hojas muertas o marchitas, mucho musgo por crecer y en fin, queda mucho Otoño por disfrutar. Por tanto, ¿que importa que el día se haga minúsculo?...porque vamos a ver tenemos todas las cosas mencionadas anteriormente y hay que añadirle el olor a castañas asadas, el aroma a leña quemada y a las pies de una preciosa y grandiosa chimenea que todo lo enternece y calienta. Acaso ¿hay algo más tierno que el calor entrañable de una chimenea?. Sería para leer delante de ella la más preciosa de las Poesías o contar un hermoso cuento o una preciosa historia llena de duendes y druidas...es que lo mágico cuadra con ese ambiente.

Sinceramente, en Otoño yo estoy feliz. Ir a pescar, ir a pasear, ir a por setas, ir a por leña, encender la leña, aromas alucinantes, yo en otoño estoy feliz y por mi y si estuviera en el gobierno haría un decreto ley y declararía todo el años como otoñal. Bueno de vez en cuando, alargaría los días, pero dejaría como están sus portentosas mareas bravas y vivas y mantendría su luz tangencial, suave y tierna. Colores otoñales, colores que van del marrón hasta el verde y pasando por todas sus tonalidades. Me gusta y me entusiasma su tono vital, entre apagado y encendido o como suspendido en una nube llena de claroscuros. Me gusta su lluvia, sus campos, sus bosques, su mar...sí, su mar...es como si el mar se purgara después de tanto verano agresivo y así, vomitara toda la mierda de guiri bañado o mejor dicho, de millones de guiris bañados en sus cristalinas aguas.

El Otoño está hecho para triunfar, está hecho para el que quiere triunfar en silencio, sin hacer ruido mediático, sin destacar por encima de los demás...destacar por sus propios méritos, destacar por escribir sus mejores Poemas, en fin, destacar sin perder la condición de persona y de hombre o mujer. Hay que ser lo que un quiere ser y el Otoño es ideal para ello: te muda la piel y se te hace más tierna y suave, te cae el pelo y te empieza a salir pelusilla de culo de niño, en fin, que se te renueva todo y por eso me supongo, que hasta las ideas se te renuevan y se te hacen bellas, sinceras, espléndidas y maravillosas.

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