
Hoy he dedicado mi maldito tiempo a lavar, secar la ropa y poco más. 7 lavadoras seguidas y entre medias pude ver dos películas, dos hermosas películas. Ahora que estoy en mis estelares vacaciones, me veo todos los días mis dos o tres películas...y si hubiera más, vería más, porque creo y pienso que de alguna manera al no poder viajar ahora, con las películas me desplazo por bellos lugares. La verdad es que esto se puede hacer con cualquier cosa: con los libros se viaja muy bien, con las películas se viaja muy cómodo y sobre todo, se viaja mejor con la imaginación, pero bueno, todo se puede mezclar y un poco de pelis y otro poco de libros y lo que falta lo cubres con la imaginación y si aún encima lo escribes, entonces lo bordas con letras de oro.
Pues sigo probando mi nuevo sitio desde donde escribo y me encanta, hay más luz, está más esquinado, está más recogido y hasta puedo pasar más desapercibido y no sé para qué...¡total estoy sólo!...pero supongo que será por si acaso entra alguien y pienso en el hipotético caso de que quiero seguir escondido. Hay que jugar a algo y por eso me gusta jugar al escondite conmigo mismo y además, porque también me sirve para desentumecer mis huesos. Hay tantos escondites en ésta casa, hay tantos recovecos y rincones, hay tantas luces distintas, tantos tonos, tantos colores, tanta belleza y tanta melancolía en sus paredes, que hasta a veces pienso que está inundada de magia.
¡Hombre! magia no lo tengo muy claro, pero años sí que tiene y debe estar llegando a los 110 años, más de un siglo, que se dice pronto. Y aquí sigue en pie, con sus anchos muros de piedra isleña, con sus hermosas escaleras, con sus paredes estucadas. Son 110 años de historia y es cuando me pregunto: ¿cuanta gente a vivido en ésta casa?. Por lo menos 4 o 5 familias y con todos sus vivos y sus muertos y por eso siento tanta mezcla familiar de fantasmas. Lo de que las paredes hablan, es verdad. H hablan, sonríen y lloran, porque al fin y al cabo éstas paredes han sido los testigos de que por ésta casa han pasado 4 o 5 familias distintas. Siento el peso de esa historia, siento como cada piedra pesa más y siento que hay demasiadas almas en ésta vieja casa.